Condenaron a 19 años de cárcel al tío de Wanda Nara: “Abusaba a las nenas con un arma en el bolsillo”

Carlos Colosimo, preso desde 2015, recibió la dura pena este mediodía en el Tribunal Oral N°3 de San Isidro. Las víctimas fueron cuatro menores compañeras de colegio de su hija: las cámaras Gesell fueron decisivas para el veredicto

La primera señal llegó en agosto de 2015, luego de una clase de educación cívica en el colegio Nuestra Señora del Refugio de Boulogne. N., de apenas once años, se había sentado en su silla en el aula para oír sobre los derechos de los niños, sobre abusos sexuales y límites. Algo resonó en la cabeza de N. al oír esos términos y situaciones; la niña no pudo soportarlo y corrió hacia un pasillo, llorando.

Una preceptora la vio deshecha en el suelo, con una evidente crisis nerviosa y le preguntó qué pasaba. Allí, la niña le dijo a esa preceptora todo lo que no les había dicho a sus padres durante meses. Carlos Colosimo, alias «Cachi», fisicoculturista y personal trainer, padre de una de sus amigas y compañeras de clase, tío de Zaira y Wanda Nara, había abusado de ella y en más de una ocasión.

No fue la única; al menos otras tres menores relataron haber sufrido las mismas vejaciones, que habrían ocurrido en la casa de Colosimo en Boulogne y en un pequeño barco que el fisicoculturista amarraba en San Fernando. Eran toqueteos, intentos de penetración. Colosimo, por su parte, portaba una enfermedad crónica durante estos supuestos ataques: estaba, según reconoció su propio abogado defensor, Jorge Césaro, infectado de HIV.

C., la madre de N., acudió al colegio tras la crisis de su hija para una primera reunión. Comenzó a asesorarse, ella y las autoridades del Nuestra Señora del Refugio. «Ahí decidimos denunciarlo. Fuimos con mi marido y denunciamos a Colosimo en una comisaría de la zona», asevera la madre a Infobae.

La denuncia disparó una causa en la fiscalía del doctor Eduardo Vaiani, hoy procesado por ayudar a narcotraficantes junto al fiscal general de San Isidro, Julio Novo. El expediente fue heredado por la doctora Laura Zyseskind, la misma que este año logró una condena a cadena perpetua para el femicida Fernando Farré.

Así comenzaron las cámaras Gesell a las menores, la casa de Colosimo fue allanada. El fisicoculturista fue finalmente detenido frente a su propia hija a metros de la puerta de la escuela, para ser procesado con prisión preventiva y enviado a un penal en José León Suárez donde los otros presos lo deliraban por ser tío de Wanda y Zaira mientras le pedían cigarrillos y zapatillas. Hoy, dos años después, la madre de N. suspira del otro lado del teléfono: «Finalmente se hizo justicia».

Este mediodía, el Tribunal Oral Criminal N°3 de San Isidro, presidido por el juez Maximiliano Savarino, condenó a Colosimo a la pena excepcionalmente dura de 19 años de cárcel por abusar de cuatro niñas tal como reveló Infobae este mediodía y según confirmó el doctor Hilario Lagos, abogado querellante en la causa que representó a dos de las víctimas.

El juicio había comenzado el 8 de julio pasado. Fue agónico: se esperaba que durase tres audiencias y se extendió a once a causa de los múltiples pedidos y planteos hechos por la defensa del ex fisicoculturista. Lagos, por parte de sus clientes, pidió 15 años de prisión para Colosimo; Zyszeskind pidió 25 para las cuatro víctimas en total.

«Las cámaras Gesell y los testimonios de los padres fueron decisivos», asegura Lagos. La fiscal y luego el Tribunal las valoraron particularmente; no había áreas grises ni fisuras, las fechas coincidían en todos los testimonios así como las características de los ataques. «Yo me senté ante el Tribunal y conté todo tal cual fue. Junto con mi marido fuimos los primeros testigos», dice la madre de N.

«Conté lo que nos comunicó el colegio, que si no era por el colegio no nos enterábamos, y les estoy eternamente agradecida. Mi hija contó en casa que había visto una escena de violencia entre Colosimo y la mujer, eso también lo conté ante el Tribunal. No era algo aislado, por lo visto. Mi hija también nos contó que Colosimo la abusaba con un arma en la mesa o en el bolsillo. Era su forma de demostrar poder. Fumaba marihuana mientras lo hacía«, asegura C.

El doctor Hilario Lagos y la fiscal Laura Zyszeskind

El doctor Hilario Lagos y la fiscal Laura Zyszeskind

Durante el juicio, la madre de la primera víctima y su marido tuvieron que presenciar una pieza tan esencial como dolorosa: el video de la cámara Gesell de su propia hija, proyectada en la sala del TOC N° 3 en los tribunales sanisidrenses. «Nunca la habíamos visto», afirma C.: «Ahí nos enteramos de cosas peores».

La condena no termina con el calvario. Las cuatro víctimas están hoy bajo tratamiento psicológico. El miedo persiste en la hija de C.