Conviviendo con el VIH – SIDA: una realidad de nuestro tiempo

El Dr. Gabriel Aisenberg es argentino, vive desde hace años en Houston, Texas en Estados Unidos. Es médico clínico e infectólogo con amplia experiencia en infección por VIH.
A continuación nos explica cuál es la situación de los pacientes que padecen la enfermedad provocada por este virus.

Dr. César Berenstein: Cuando nos iniciamos en la medicina el padecer VIH-SIDA era de muy mal pronóstico, con escasas terapéuticas disponibles y una evolución habitualmente desfavorable. ¿Cómo es la realidad al día de hoy promediando ya el siglo XXI?

Dr. Gabriel Aisenberg: Recuerdo que en los años 1982 o 1983 cuando estaba terminando el colegio secundario se empezaba a hablar de esta enfermedad de la que se sabía poco, apenas se había identificado el virus, conocíamos que afectaba las defensas y nos exponía a infecciones o tumores que de otra manera nuestra inmunidad era capaz de controlar y teníamos muy pocas armas terapéuticas. Había sustancias que se habían utilizado para el cáncer como el AZT, de alta toxicidad pero escasa efectividad. Recién en los años ’90 aparecieron otras drogas que de todas maneras no aportaban demasiado a la evolución de los pacientes. Fue a partir de la investigación de la estructura del virus que salen a escena nuevos fármacos que aunque tenían efectos indeseables, lograron mejorar el pronóstico de la infección, convirtiéndola en una enfermedad crónica con la que se puede convivir por muchos años. En ese sentido no es una situación muy diferente de la diabetes o la hipertensión arterial. Hoy en día si la persona tiene acceso a la salud y al tratamiento, el tener diagnóstico de VIH no equivale a asumir un pronóstico desfavorable a corto plazo.

Dr. C.B.: ¿Cómo actúa esta enfermedad en la embarazada y el recién nacido?

Dr. A.: Cuando tenemos la suerte de detectar el HIV antes del embarazo o en etapas tempranas hay protocolos de tratamiento muy efectivos. Lograr tener controlada la enfermedad en la madre baja la probabilidad de su transmisión al recién nacido a menos del 2%. También hay posibilidad de administrar el tratamiento al neonato pero la clave está en realizar un tratamiento adecuado en la madre. Esto a veces no ocurre por diferentes circunstancias muchas veces sociales y nos encontramos con una infección descontrolada cerca del momento del parto o la cesárea, lo que conlleva a riesgos adicionales.

Dr. C.B.: El tratamiento se realiza con un grupo de drogas que se utilizan al mismo tiempo. ¿Es bien tolerado por los pacientes?

Dr. A.: Hoy en día existe por suerte un abanico de drogas que podemos utilizar. Algunas pueden tener efectos indeseables que el paciente advierte y nos refiere algún malestar y en otras ocasiones nosotros los detectamos mediante los controles que hacemos rutinariamente observando que algún órgano está sufriendo un grado de deterioro y nos alertan para cambiar de medicación.

Dr. C.B.: Se conoció a través de la prensa en el último tiempo algunos casos aislados de curación de la infección por VIH, ¿esto genera alguna expectativa en los especialistas sobre hallar una cura?

Dr. A.: Recurrimos nuevamente al asesoramiento que nos da la historia. A finales del siglo XX y comienzos del XXI un investigador de Boston descubrió que el ataque al virus con diferentes drogas era capaz de controlar la enfermedad y creímos en aquel entonces que la cura era posible. Sin embargo ahora sabemos que este virus invade las células de defensa de nuestro organismo que se llaman linfocitos y queda escondido como si fuera un libro en una librería muy difícil de encontrar para eliminarlo. La única forma de hacerlo es destruir los linfocitos del paciente, por ello los dos únicos casos descriptos como de probable curación recibieron transplante de médula ósea, dando la oportunidad de exterminar el virus al atacar las células propias del sistema de defensa. Este procedimiento es una condición compleja no exenta de riesgos por lo que no considero que sea una alternativa para resolver esta patología ya que el precio a pagar es muy alto. De todas maneras aprendimos de estos casos que puede haber alguna otra forma de encarar la investigación que se lleva adelante para intentar la cura a partir de estos casos testigo. Quizá algún día alguna mente más inteligente que la mía pueda idear una estrategia factible a partir de estos hallazgos y abordar un tratamiento curativo para esta enfermedad. La infección por VIH que era considerada habitualmente mortal años atrás se ha convertido en una enfermedad crónica si se administra un tratamiento adecuado. La curación definitiva es aún una utopía pero con los rápidos avances de la ciencia no debemos perder las esperanzas de que un día se haga realidad.


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