El héroe argentino que sigue sin tumba en Malvinas

El héroe argentino que sigue sin tumba en Malvinas

Se trata de un teniente y comando que perdió la vida durante el ‘Combate de Top Malo House’, ocurrido el 31 de mayo de 1982 en un puesto ovejero. Qué ocurrió con sus restos.

Muchas de las heridas que dejó la Guerra de Malvinas parecen difíciles de cicatrizar, incluso a 37 años de finalizado el conflicto. La identificación de los restos de los caídos en combate —en su mayoría enterrados en el cementerio de Darwin— es una de ellas: si bien hubo grandes avances en los últimos años, todavía quedan cuentas pendientes. El caso del teniente Ernesto Emilio Espinosa, fallecido en el enfrentamiento conocido como el “Combate de Top Malo House”, es una de las páginas oscuras que aún, a casi cuatro décadas del conflicto bélico, no se pudo terminar de escribir.
Espinosa tenía 25 años en 1982, estaba casado y era padre de dos hijas. Formaba parte de la primera sección de la Compañía de Comandos 602 y combatió en el enfrentamiento que tuvo lugar a 15 kilómetros del monte Simons, en el parador ovejero llamado Top Malo House. Allí, los soldados fueron sorprendidos el 31 de mayo por un grupo de élite británico del Cuadro de Guerra para Montaña y el Ártico de los Marines Reales. El teniente, que se encontraba en el segundo piso del rancho de madera, fue el primero en notar y avisar que el enemigo se acercaba a atacarlos y dio el alerta a sus compañeros para que abandonaran el lugar. Los salvó, pero él murió carbonizado en el lugar, donde hoy hay un cúmulo de escombros.
Marisa Bisceglia, periodista e investigadora nacida en el pueblo italiano Pratella, explicó la historia en diálogo telefónico con la prensa: “A la Compañía 602 de la cual formaba parte les dieron la indicación de que tenían que ir a tantos kilómetros porque se hablaba de la presencia enemiga, aunque les advirtieron que esa zona era peligrosa. Salieron por la madrugada en los helicópteros, con una temperatura baja donde además nevaba. Ellos estaban mojados y el capitán decidió alojarse en lo que era un galpón, un puesto ovejero. Éste último me admitió —durante una entrevista— que tendría que haber dejado una custodia pero que lo consultó con todos los comandos y le dijeron que era una locura, el que iba a estar de guardia se iba a morir por las temperaturas. Ellos nunca supieron hasta el combate que eran vigilados, había una patrulla inglesa subterránea que los vigilaba, y es justamente con la que luego se enfrentaron. Cuando uno de ellos descubre eso, llama a su jefe y le dice el enemigo está en tal lugar”.
“Del lado británico estaba el capitán Rod Boswell, quien se comunica con su jefe Julian Thompson, y éste les respondió que aniquilaran al enemigo. Espinosa, que era tirador especial y al momento del enfrentamiento tenía su FAL con mira telescópica —como me contaron en los testimonios recopilados— les gritó ‘bajen, que yo los cubro’. Ahí se desencadena el combate que dura más de media hora y fue a campo abierto, no podían cubrirse porque estaban fuera del refugio. El ataque a Espinosa fue con una granada y eso lo mata de inmediato. Fue una explosión impresionante y ya las llamas habían tomado todo el lugar, y el teniente ardió junto con la casa. Pese a eso, el coraje y el espíritu de cuerpo —que es cuidarse los unos a los otros las espaldas— prevaleció. Cuando se desarrolla un combate ellos no piensan en sí, sino que están viendo que sus camaradas estén a cubierto”. continuó la investigadora.
Respuesta a la investigación. “En un escueto relato, Boswell me contestó que ellos lo que hicieron fue levantar los muertos y heridos argentinos. Aunque él no lo dijo, ellos también tuvieron bajas. En el lugar del ataque sopla el viento continuamente, sumado a la nieve y la lluvia; los restos del heroico teniente podrían no estar. Los escombros se encuentran en una propiedad privada que, durante la guerra no la habitaba nadie”, añadió Bisceglia a este medio.
“Las hijas de Espinosa, María Gabriela y María Florencia, tienen que conocer el lugar donde murió el papá”, completó la autora del libro Cartas de amor y coraje, historia basada en otro héroe de Malvinas, el teniente Roberto Néstor Estévez.
En febrero de 2011, Bisceglia y el Teniente coronel y VGM (R) José Vercesi presentaron al gobernador de las Islas Malvinas, Nigel Haywood, una nota donde pedían por los restos de Espinosa y los del sargento Mateo Sbert (éstos últimos fueron hallados en el cementerio de Darwin en octubre de 2018). Además, reclamaron ante Cancillería y el Ministerio de Defensa de Argentina. La respuesta del gobernador británico llegó a través de un e-mail donde sostuvo que “todos los restos humanos (argentinos) fueron retirados y sepultados en el cementerio de Darwin” y que “no hay registro de que éste no fuera el caso” del teniente.
La investigadora remarcó que la legislación de las Islas Malvinas “no contiene ninguna disposición que permita designar a la Casa Top Malo como sitio protegido, ni a través de una ley de protección de las islas Falklands ni por aplicación de legislación británica”. “Viajé en 2011 y 2012 y pisar el lugar me produjo una sensación fuerte, de soledad y mucha paz. Está a 40 kilómetros de Puerto Argentino y no hay nada alrededor. El problema de que Espinosa no tenga su tumba radica en que, pasado el conflicto bélico, el dueño de ese lugar volvió y los isleños tienen que entender que cuando estás en guerra deja de ser tu propiedad, eso pertenece al Gobierno de Gran Bretaña. No quieren que haya una cruz más en cualquier lugar de las Islas que no sea Darwin. Con este proceder se viola el derecho humanitario incluido en el artículo 17 del Convenio de Ginebra, que sostiene que las partes en conflicto velarán porque se entierre a los muertos honrosamente y que sus tumbas sean respetadas, agrupadas convenientemente atendidas y marcadas de modo que siempre puedan ser encontradas, y eso le puede traer problemas internacionales. Espinosa está ahí, es un héroe y tiene que tener su tumba, no voy a descansar hasta que eso suceda porque es un homenaje también al heroísmo de todos sus compañeros. Top Malo House es sinónimo de compañerismo y coraje”, concluyó Bisceglia en diálogo con la prensa.
Antecedente. En octubre de 2018, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación confirmó que se logró identificar el cuerpo del soldado de Malvinas Mateo Antonio Sbert, fallecido también en la batalla de Top Malo House y cuyos restos se encontraban enterrados en una tumba con la leyenda ‘soldado argentino sólo conocido por Dios’. Su cuerpo identificado fue el N° 102 desde que comenzó la misión humanitaria en 2017. Al igual que Espinosa, fue condecorado por el Poder Ejecutivo Nacional con el más alto honor: “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”.
Proceso de identificación de los restos. En 2017, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó a los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido los resultados del trabajo forense realizado durante ese año para identificar los restos mortales que yacen en tumbas del cementerio de Darwin en las islas bajo la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”. Unas 107 familias, sobre un total de 121 caídos NN, habían prestado sus muestras de ADN para realizar el cotejo. En ese entonces, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, explicó que se realizarían entrevistas en la exEsma con los familiares de los caídos.
Las entrevistas fueron confidenciales y las familias se reunieron durante una hora y media con un equipo multidisciplinario de escribanos, psicólogos, miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) —clave en el proceso de identificación de los caídos—, funcionarios de la Secretaría de DD.HH. y del Ministerio de Desarrollo Social y representantes de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas.
El jefe forense del proyecto del Comité, Morris Tidball-Binz, aseguró en esa ocasión: “Desafortunadamente tendremos que informar a algunas familias que no hallamos los restos de sus seres queridos”. De las familias que dieron el ADN, 19 no tendrán respuesta positiva, ya que “en algunos pocos casos, las muestras genéticas provistas por las familias no fueron suficientes para producir resultados concluyentes”. Es decir que, por la lejanía de parentesco, no alcanzaron para conformar mapas genéticos útiles para la identificación.
(Por Florencia de Sousa para Perfil)


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