La Unión Obrera Metalúrgica Río Grande negocia reducción salarial y horaria en FAMAR

Al congelamiento de salarios se le suma ahora la reducción de sueldos, por la caída de la producción. No hay demanda en el continente y “esto puede llegar a derivar en cualquier tipo de situación”, dijo Linares.

El secretario adjunto de la UOM Río Grande, Marcos Linares, admitió ayer que están negociando una reducción salarial y horaria con FAMAR, para poder mantener los puestos de trabajo.
Esta nueva modalidad ante la crisis se suma al congelamiento de salarios vigente desde la firma del acuerdo con AFARTE el año pasado, y la caída de casi 800 contratos la semana pasada, a lo que se deben agregar los PPD que ya no tendrán trabajo para lo que queda de 2018.
“Estamos discutiendo el escrito de este acuerdo que contempla una reducción de salarios con una reducción horaria. Son 148 compañeros y en total hay 176, contando trabajadores de ASIMRA”, dijo Linares en diálogo con la prensa de Ushuaia sobre la situación de FAMAR.
La empresa está produciendo “algo de autopartes, en volúmenes no muy altos, y celulares”, indicó, y la decisión del gremio es aceptar la reducción salarial para sostener los puestos de trabajo. “Los volúmenes de producción están muy bajos por lo que nos transmitieron los representantes de la empresa, y no sería posible continuar con el mismo sistema porque no pueden sostenerlos”, explicó.
La posibilidad de que esta reducción salarial y horaria se extienda a otras fábricas “no se ve en lo inmediato”, sostuvo, pero tampoco se descarta.
“Estamos absolutamente preocupados por la situación del país, la falta de consumo, y esto puede llegar a derivar en cualquier tipo de situación”, advirtió el dirigente.
Sostuvo que los contratos caídos el jueves “tiene que ver con empresas que tenían proyecciones de producción y han tenido que modificarlas, porque no vendieron lo que tenían previsto vender. La producción de televisores no debería haberse terminado porque se da en forma continua, pero lo que pasa es que las empresas hicieron una proyección de ventas de determinado número para el mundial y no lo lograron comercializar. A partir de ahí queda un stock, que hace que suspendan la producción o la bajen a una expresión mínima”.
En el caso de aire acondicionado tampoco hay buenas noticias. A la recesión se le agrega el ingreso al país de equipos importados y “una planta tenía previsto comenzar con una campaña fuerte en junio pero le ha transmitido al cuerpo de delegados que, producto de la devaluación del último mes y la suba de las tasas de interés, se posterga para julio o agosto”, informó Linares.
Se le consultó sobre la visión optimista que sigue manteniendo el ministro de Industria Ramiro Caballero ante esta realidad, dado que expresó que el nivel de empleo actual “es mejor que el año pasado”, tomando el mismo período. “No tengo la comparación para decir que es mejor que el mismo mes del año pasado y nosotros comparamos con el 2015, que no fue un año excelente para la ocupación en la industria electrónica, porque hubo una situación compleja con la adquisición de dólares para que las empresas pudieran comprar insumos; y tenemos varios miles por debajo del nivel de empleo actual. Posiblemente hoy estamos igual o peor que en 2016 en cuanto a ocupación”, estimó.
En este contexto, la posibilidad de dar marcha atrás con el congelamiento salarial por dos años se aleja cada vez más: “El acuerdo se empieza a aplicar a partir del 1° de julio y hasta ahora no hemos logrado arribar a ninguna solución con AFARTE. El jueves, sin tenerlo previsto, nos encontramos con 800 trabajadores menos. Son entre 750 y 780 y la totalidad eran contratos a plazo fijo, no hay ningún PPD”, aclaró Linares, por lo cual la cifra de los metalúrgicos que quedan sin trabajo es mayor todavía, teniendo en cuenta que varios PPD ya cubrieron los cuatro meses de prestación anual obligatoria.
El dirigente atribuyó toda esta crisis a “un combo importante entre el aumento de tarifas, los procesos inflacionarios, los porcentajes de las paritarias que no tienen nada que ver con la realidad y han hecho que los trabajadores pierdan poder adquisitivo. Producto de esa pérdida de poder adquisitivo, se comercializa mucho menos cada uno de los productos que se elabora. Nuestros productos no son de primera necesidad y es mucho peor aún”, sostuvo.
Finalmente se le consultó sobre la posibilidad de pago del aguinaldo en cuotas. “Tiene que ver con parte de la discusión que se viene llevando adelante. El ofrecimiento de AFARTE fue el pago en cuotas del premio y el aguinaldo, que fue rechazado”, concluyó.


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