Víctor Ojeda fue dado de alta, detenido e incomunicado

PARA EL FISCAL FERNANDO BALLESTER BIDAU, EL ARROLLAMIENTO DE TRES PERSONAS QUE SE ENCONTRABAN FRENTE AL LOCAL ESPERANTO, POR PARTE DE UN AUTOMOVILISTA QUE CIRCULABA EBRIO Y EN CONTRAMANO,  CONSTITUYE EL DELITO DE “TENTATIVA DE HOMICIDIO” Y NO DE “LESIONES GRAVES”.

Víctor Alejandro Ojeda, de 28 años de edad, recibió una golpiza bestial luego de que su vehículo, un Chevrolet Celta, de color rojo, chapa patente KBP-266, pasara literalmente por encima de varios muchachos y chicas que se encontraban frente al local bailable Esperanto, en Antártida Argentina 239, a elevada velocidad y en contramano, a alrededor de las 6 de la mañana del domingo 4 de junio.

Luego de atropellarlos, de impactar contra otros vehículos y elcordón de la vereda, el rodado recién se detuvo a varios metros, poco más arriba de la esquina de Antártida con Gobernador Paz.
Hasta allí se dirigieron muchos testigos de lo ocurrido y enfurecidos, arrancaron  del interior a Ojeda y lo golpearon al punto de provocarle fractura de mandíbula y múltiples contusiones.  A duras penas logró introducirse nuevamente en el rodado y sentarse en el asiento del conductor, adonde la policía lo encontró, semi desvanecido. De no llegar los bomberos y los primeros uniformados policiales, el joven pudo terminar linchado.
En una ambulancia, al igual que los heridos que habían quedado tendidos sobre el pavimento, en la cuadra anterior por la que su rodado había pasado en marcha descontrolada embistiendo todo lo que encontraba a su paso, Víctor Ojeda fue trasladado al Hospital Regional Ushuaia para su atención.
El parte médico señaló que además de aliento etílico, el muchacho presentaba fractura de maxilar y politraumatismos, estado de confusión y pánico.  Por esa razón fue internado en un pabellón apartado y custodiado por policías que debían evitar que familiares y amigos de las víctimas volvieran a agredirlo.
En el mediodía de ayer, una vez que los facultativos le extendieron el alta médica, Ojeda fue notificado de que a partir de ese momento quedaba detenido e incomunicado, imputado como responsable de haber arrollado a varias personas y de causarle lesiones graves.  El Chevrolet Celta rojo, que fue destruido a golpes de puños y patadas, figura a su nombre en el Registro de la Propiedad Automotor.


Debajo del Chevrolet Celta rojo, aparece colgado, un par de zapatillas. A pocos metros, dos de las víctimas, quedaron tendidas sobre el pavimento, descalzas. Las fotografías exponen con crudeza la violencia de los hechos, en los que el automóvil pasó literalmente por arriba a tres de los jóvenes que se encontraban frente al boliche bailable Esperanto.