La primera en prestar testimonio fue su ex pareja.
El sujeto de 34 años de edad está acusado de haber quemado con agua hirviendo a su ex conviviente y a uno de sus hijos, cuando intentaba defender a su madre. Y también de herir con un vaso roto a su ex cuñada.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte integrado por el juez Juan José Varela, Eduardo López y Verónica Marchisio, con el Ministerio Público Fiscal a cargo de Jorge López Oribe, tiene previsto escuchar los testimonios de 13 personas en el juicio que se está llevando a cabo en instalaciones del ex campamento de YPF, en Río Grande.
El imputado, Claudio Rodrigo Soccio, enfrenta cargos por los delitos de “lesiones graves agravadas en concurso real con lesiones graves, lesiones leves y resistencia a la autoridad”. De ser encontrado culpable, podría ser condenado como mínimo a 6 años de cárcel, según establece el Código Penal Argentino.
El sujeto de 34 años de edad está acusado de quemar con agua hirviendo y herir con los bordes filosos de un vaso roto, a quien en esos momentos eran su pareja y su cuñada, las hermanas María y Alicia Tulián, de 43 y 38 años de edad, el día 18 de abril de 2021. Uno de sus hijos además resultó salpicado por el agua caliente de una pava, cuando intentaba interponerse entre su furibundo padre y su madre, sufriendo lesiones menores.
“Yo lo invité al cumpleaños”
Debido a varias denuncias realizadas por María Tulián, ex pareja del imputado, la Justicia había ordenado una restricción de acercamiento al agresivo sujeto. Pero fue ella misma quien admitió haber violado la manda judicial manteniendo encuentros con el padre de sus hijos. Esto fue así hasta que el día 18 de abril fue precisamente María quien lo invitó a una reunión familiar para festejar un cumpleaños. En esa ocasión, refirieron los presentes en la etapa de instrucción, Soccio llegó alcoholizado y se puso “celoso” de un muchacho adolescente amigo de su propio hijo, a quien le atribuyó un interés en María. Furioso arrojó un televisor al piso, tomó un vaso de una mesa de luz, lo rompió y con los bordes filosos le cortó la cara y torso a Alicia, su cuñada, quien intentaba defender a su hermana de los improperios y empujones que le daba el descontrolado individuo. Acto seguido fue a la cocina y le arrojó el contenido de una pava con agua hirviendo a María, resultando quemado también su propio hijo, quien trataba de proteger a su madre.
Ante semejante panorama, el que según la mujer se extendió por unos ocho años aproximadamente, se le preguntó en el recinto por qué había hecho oídos sordos a la prohibición de acercamiento que existía entre ambos, dispuesta por la Justicia con el fin de preservarla, respondiendo la mujer que lo hacía “por amor” y porque no perdía las esperanzas de que el padre de sus hijos “en algún momento cambiara su actitud”.
María Tulián confirmó también que el domingo de los incidentes fue ella misma quien invitó a su ex, de quien justamente estaba separada por otros hechos de violencia, al cumpleaños del hijo y que no pensó en que el sujeto iba a volver a celarla de manera enfermiza como ya había ocurrido repetidas veces anteriormente. El alcohol y los celos dijo María que era una mezcla que sabía muy bien que siempre terminaba en la agresión verbal y física de Soccio hacia ella.
Debido al clima de tensión existente en el recinto de juicio los integrantes del Tribunal accedieron a colocar una barrera visual entre acusado y testigos, a fin de que éstos últimos no se sintieran amenazados ante las miradas intimidatorias del primero.
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