TENIA 1,66 DE ALCOHOL EN SANGRE, ESTABA UNIFORMADA Y PORTABA SU ARMA REGLAMENTARIA
Una mujer policía con rango de oficial, vistiendo su uniforme y portando el arma reglamentaria debió ser auxiliada por sus camaradas luego de protagonizar una fortísima colisión en Gobernador Paz al 2000, de la que resultó ilesa.
Alrededor de las 23, sendos patrulleros se colocaron en las esquinas a fin de cortar el tránsito ya que a mitad de cuadra el Chevrolet Corsa de Jésica Soledad Barría estaba cruzado y con su trompa incrustada contra un poste de alumbrado público y un cesto metálico de residuos domiciliarios.
Al arribar personal municipal de la Dirección de Tránsito y solicitarle a la integrante de la Comisaría 3era que soplara la pipeta del alcoholímetro, el aparato registró 1,66 de alcohol en sangre, contra los 0,50 que tolera la legislación vigente.
Según se pudo saber, Barría terminó su horario de trabajo y se dirigió directamente a un festejo en donde ingirió bebidas alcohólicas. Tal vez no imaginó que horas más tarde el alcohol le jugaría una mala pasada. Con sus reflejos reducidos perdió el control del volante y chocó. Tampoco habrá tenido en cuenta que manejar sin la documentación habilitante, tarea que como funcionaria pública debe hacerle cumplir a la ciudadanía, la colocaría al borde del despido o al menos, con una sanción tan severa como para que se olvide de ascender hasta su retiro.
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