El fiscal había solicitado 20 años de cárcel y la Defensa que se atenúe la pena.
El Tribunal de Juicio del Distrito Judicial Norte encontró culpables a Dylan Blanco y Mía Villanueva por el brutal ataque a Lautaro Ortigoza, ocurrido el 11 de junio de 2024. La víctima sobrevivió de milagro tras ser abandonada gravemente herida en una zona descampada y se mostró satisfecha con las condenas pero advirtió que teme represalias por parte del entorno de los condenados.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte condenó este viernes 6 de junio a Dylan Catriel Blanco y Mía Martina Villanueva, de 19 y 20 años de edad, a la pena de 12 años de prisión por haber intentado matar a otro joven, Lautaro Ortigoza, también de 19 años, en un hecho ocurrido el año pasado en Río Grande.
Los jueces Eduardo López, Verónica Marchisio y Juan José Varela consideraron acreditado que la víctima fue citada mediante engaños a un encuentro en la zona del ex frigorífico CAP, donde fue brutalmente atacada con un arma blanca y abandonada. Según se ventiló durante el juicio, la convocatoria fue realizada por un menor de edad a través de una cuenta de Instagram que manipuló Villanueva, lo que evitó que Ortigoza sospechara de quién estaba realmente detrás de la invitación. Al llegar, se encontró con su primo hermano, Dylan Blanco, quien lo golpeó y apuñaló con extrema violencia.
La víctima logró sobrevivir porque había compartido su ubicación con un amigo. Esa medida permitió que fuera hallado a tiempo, con múltiples heridas cortantes y en estado crítico, debiendo permanecer internado cerca de un mes en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Regional Río Grande.
Durante el debate, el fiscal Jorge López Oribe sostuvo que se trató de un intento de homicidio agravado, motivado por la intención de evitar que trascendiera una relación íntima entre agresor y víctima. En su alegato final, solicitó una condena de 20 años de prisión para ambos imputados.
La defensa de Blanco, a cargo de la letrada Rita Marchi, planteó que el hecho debía ser recaratulado como lesiones graves, ya que —a su entender— las heridas infligidas no tenían “potencial mortal por sí solas”, argumento que fue refutado por las pericias médicas. Marchi pidió además que, de mantenerse la figura de tentativa de homicidio, no se consideraran agravantes y se aplicara el mínimo legal, de cuatro años de prisión. La defensa de Villanueva, representada por el abogado Juan Carlos Assán, también solicitó una pena atenuada.
Cabe mencionarse que durante una de las audiencias, Blanco intentó asumir toda la responsabilidad del ataque, deslindando de culpa a Villanueva, lo que fue interpretado como una estrategia para reducir su propia condena. Sin embargo, el Tribunal consideró que ambos actuaron con responsabilidad penal compartida y les impuso una sanción idéntica, aunque sensiblemente inferior a la solicitada por el fiscal.
Entre las pruebas que comprometieron a Blanco figuraron huellas de calzado coincidentes, lesiones en sus manos, ropa con rastros de sangre lavada y un cuchillo hallado en su domicilio.
En diálogo con la prensa, Lautaro Ortigoza se mostró satisfecho con la condena aplicada a su primo Dylan Blanco y a Mía Villanueva. El joven afirmó que “atentaron contra mi vida” y, consultado sobre si deseaba transmitir algún mensaje a la comunidad, expresó: “Solo decirles a todos que si se vuelve a repetir esto o yo salgo dañado, que sepan que hay alguien detrás y que seguramente es por venganza”.
Al concluir el juicio el Tribunal también ordenó brindar asistencia psicológica y apoyo a la víctima, mientras que los fundamentos de la sentencia serán leídos el próximo 26 de junio a las 13.
El caso generó una fuerte conmoción en la comunidad riograndense, tanto por la brutalidad del ataque como por los vínculos familiares entre los protagonistas y las consecuencias emocionales que afloraron durante el juicio.