Investigación sobre un presunto abuso sexual en el Colegio Don Bosco de Ushuaia.
El relato de la niña que acusó al sacerdote Daniel Martínez presenta elementos que generan dudas razonables sobre si los hechos ocurrieron como fueron descritos. Los hechos expuestos son confusos e incoherentes. Se trata de una menor con TEA – Trastorno del Espectro Autista- y concurre a la escuela acompañada por una asistente terapéutica.
El juez Federico Vidal, a cargo del Juzgado de Instrucción N° 3 del Distrito Judicial Sur, continúa trabajando con extrema cautela en la sustanciación de una denuncia por presunto abuso sexual simple, impulsada por integrantes del equipo educativo del Colegio Don Bosco de Ushuaia y por los padres de una alumna de 11 años de edad. El acusado es el sacerdote salesiano Daniel Martínez, director general del establecimiento, quien no se encuentra actualmente en la provincia, ya que viajó a Córdoba semanas atrás para atenderse por su cuadro de diabetes. La notificación de su situación procesal fue realizada de manera remota.
El hecho que dio origen a la denuncia ocurrió el 2 de junio de 2025, cuando una docente del colegio recibió el testimonio de una alumna que refirió haber sido empujada por el sacerdote durante un recreo, señalando que él habría apoyado sus manos en sus nalgas para impulsarla. En esa misma conversación, la menor también le comentó que en una ocasión anterior, el religioso habría instado a sus compañeros a tironearle el cabello, también durante un recreo. Ninguno de los dos episodios fue ubicado temporalmente por parte de la niña.
Cabe señalar que la denuncia fue inicialmente formalizada por el propio colegio ante la Comisaría Primera de Ushuaia, sumándose luego también la de los padres de la alumna. Desde entonces, la causa permanece en etapa de recolección de pruebas, y el abordaje judicial prioriza el resguardo emocional y procesal de la menor involucrada. En paralelo, se monitorean con especial atención las garantías procesales del imputado, en un expediente que combina alta sensibilidad social con las complejidades técnicas propias del caso.
Es importante mencionar que analizada de manera preliminar los dichos de la menor, se detectaron incongruencias e incoherencias groseras, situación que ha llevado al juzgado a analizar con detalle el contexto en el que se originó el testimonio. La niña concretamente refirió haber sido “tocada en la cola” al ser supuestamente empujada por el cura durante un recreo – lo que implica la presencia de otras personas, entre ellas su propia acompañante terapéutica debido a su cuadro de TEA. En el mismo acto la nena le expresó a la maestra que ya había tenido un presunto incidente con el mismo cura, en el que, también en un recreo, acusó al religioso de poner a sus compañeritos en su contra: “Les pidió a los chicos que me tiraran el pelo” – indicó.
Cabe destacarse que el establecimiento educativo en cuestión cuenta con una gran cantidad de cámaras de videovigilancia en prácticamente todos sus espacios, incluidos los patios en los que los chicos salen al recreo, elementos que ya se encuentran siendo valorados por peritos técnicos.
Si bien la Justicia está considerando el contenido de la declaración, también, desde las áreas especializadas se evalúa que se trata de una menor diagnosticada con Trastorno del Espectro Autista y que, en el contexto de ese cuadro, asiste al colegio con una acompañante terapéutica. Por ello, el magistrado ordenó que la audiencia testimonial se realice mediante Cámara Gesell, con intervención de profesionales en psicología de la Dirección Pericial, como solicitó la fiscal de Género, María Guadalupe Martire. Se busca evaluar la validez del testimonio, considerando posibles condicionamientos derivados del diagnóstico, algún tipo de retraso madurativo u otros factores que puedan incidir en la construcción de su relato.
A la par de esta medida, el juez Vidal analiza convocar a los padres de la menor y a su acompañante terapéutica para que brinden testimonio, aporten información y, eventualmente, amplíen la denuncia.
Desde el área de prensa del Poder Judicial se informó, en relación a la batería de pericias a desgajarse la próxima semana, que «hasta que ello no ocurra, no se puede dar precisiones respecto de la gravedad de los hechos en los que se analiza el comportamiento del directivo con una de las alumnas».