Apelación a la empatía y a los sentimientos de “humanidad”.
La ola polar pone en riesgo la vida de los perros que deambulan o duermen a la intemperie. Veterinarios y proteccionistas piden a la comunidad que los cobije del frío aunque sea temporalmente, y los salve de una muerte penosa y segura.
Con temperaturas que marcan registros extremos en distintos puntos del país, y especialmente en la región austral, los animales también se ven expuestos a las consecuencias del clima. Veterinarios advierten que dejar a los perros a la intemperie, incluso en cuchas, puede provocarles serios problemas de salud, e incluso causarles la muerte por hipotermia. Por eso, recomiendan que, en días de frío extremo, los animales permanezcan bajo techo, en lugares secos, abrigados y protegidos del viento, la escarcha o la nieve.
“No importa si tienen pelo largo o si están acostumbrados al patio: el cuerpo no alcanza a generar suficiente calor para resistir temperaturas tan bajas”, explican profesionales de la salud animal. También sugieren colocarles frazadas que los aíslen del frío del suelo, evitar paseos prolongados en horarios de heladas y observar cualquier síntoma de alerta como temblores, decaimiento o falta de apetito.
Además de las recomendaciones técnicas, se apela al sentido común y la empatía. “Si una persona ve un perro deambulando por la calle en estas condiciones, lo ideal sería poder resguardarlo, aunque sea temporalmente. Un garaje, una galería o un rincón del hogar pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, afirman. La invitación, en definitiva, es a actuar con humanidad: porque el frío no perdona, y ellos, como nosotros, solo quieren sobrevivir.