Desde CAVAC (Cultura de las Artes Visuales Asociación Civil) impulsan una novedosa propuesta para costear la impresión de un libro de cuentos.
La leyenda pirograbada “Me quedé en casa”, aparece en el techo de cada una de las casitas de madera que con corazón de palet fueron creadas por las generosas manos de artistas locales. La compra de un portalápices artesanal permitirá a dos chicos recibir sin cargo el libro “101 maneras de llegar a la luna”, una creación literaria también “made in TDF”.
Diario Prensa Libre encontró al presidente de CAVAC, Javier Elissamburu, ideando nuevos proyectos, esta vez, para juntar plata que permita imprimir una buena cantidad de ejemplares del libro de cuentos titulado “101 maneras de llegar a la luna”.
Invitado Javier a contar de qué se trata la iniciativa, respondió que “es un libro que, por ejemplo, permitirá al lector en una de sus historias, protagonizarlo escribiendo su propio nombre, el de sus amigos y /o familiares. Además se incluyen 101 ilustraciones que podrán – de acuerdo al interés de cada lector- ser pintadas. La edición contará asimismo con otro cuento traducido al inglés, siempre dejando espacio para escribir y dibujar fomentando la creatividad de los chicos. Bajo el nombre `Un texto para que entendamos todos´se incluirán los 10 principios de la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas”.
Elissamburu cuenta que “la verdad es que tenemos recursos para realizar una tirada de 300 ejemplares pero sabemos que ese número es reducido si queremos llegar a la mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes. Ante esa situación se nos ocurrió hacer -siguiendo en la misma línea del reciclado de palets como hemos hecho con los robots por todos conocidos – unas casas decorativas reforzando la idea de cuidarse. Empezamos pensando en poner “Quedate en casa”, pero terminó siendo consensuada en: “Me quedé en casa”, como modo de aludir al largo proceso de confinamiento atravesado. Será una especie de producto de la pandemia que nos marca y marcó a todos, marcará la historia y será un recuerdo de situaciones vividas, pensando siempre en el después”.
Consultado sobre el costo de cada casita lapicero, el entrevistado destacó que “solo son 101 piezas seriadas y cuentan con un precio mínimo de $350.-, pero el precio en definitiva quedará en la voluntad de quien desee colaborar con esta idea. Queremos llegar a poder imprimir 500 ejemplares y por cada casa vendida dos chicos más recibirán libros gratuitamente. Todas las personas o familias que colaboren serán reconocidos con un señalador, el cual se va a entregar junto con el libro, ya que nos parece importante premiar la solidaridad de las personas”.
Los interesados pueden contactarse por la red social Facebook CAVAC – Cultura de las Artes Visuales o cualquiera de sus integrantes.
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