La abuela de la víctima convoca a todos los vecinos a una manifestación este jueves en la ciudad de Río Grande para pedir justicia.
El fallecimiento de la niña de 3 años de edad, ocurrió el 5 de agosto de 2006. Por el hecho fue juzgado su padrastro Lucas Gabriel Gómez, quien fue absuleto en junio de 2014 por segunda vez por el beneficio de la duda y finalmente condenado en 2017 a 15 años de prisión pero el fallo aún no quedó firme.
Este jueves, la abuela de Agustina Varela realizará una manifestación en la Plaza de las Américas a las 15:30 horas para pedir justicia después de 15 años de la muerte de su nieta. El abogado de la familia, Francisico Ibarra, precisó «la justicia cuando tarda tanto deja de ser justicia».
En diálogo con la prensa, remarcó «es increíble el tiempo que transita el hecho, la sentencia que dispuso la condena fue en el 2017, ahora el expediente se encuentra en la Corte Suprema de la Nación», destacando que «los tiempos que se manejan en la Justicia para ellos son los normales pero para la sociedad pasa lo tolerable».
Asimismo, Ibarra afirmó «supuestamente estariamos pronto a tener una sentencia porque ya pasó por las distintas vocalías de la corte», además detalló «4 años desde que está en la Corte es un tiempo habitual y a esto hay que sumarle el año especial por la pandemia, es lamentable que eso sea lo normal pero son los plazos que manejan».
«Tenemos que exigir que la Justicia sea más rápida y agilice los trámites procesales, ahora por la pandemia tuvimos un aspecto positivo ya que se pasó a hacer todo por internet, ojalá que esto beneficie en los tiempos», insistió el abogado.
En cuanto a la amenazas por parte de las fuerzas policiales que tuvo la madre de la víctima cuando recién empezaba la investigación, Ibarra indicó «los primeros años de la causa hubieron muchas falencias en la investigación, no se realizaron las medidas probatorias y se atrasaron los tiempos sin ninguna justificación pero con el tiempo lo pudimos revertir y se pudo llegar al juicio».
Por otro lado, Rosalia Varela, la madre de la víctima manifestó «parece un chiste pero los derechos humanos están más a favor del condenado que de la víctima pero seguimos esperando la condena firme».
«No soy partidaria de hacer manifestaciones porque creo que los jueces son los que tienen que hacer justicia, pero estoy bastante decepcionada porque no hicieron su trabajo. Si no fuera por Ibarra no hubiéramos perdido todo», expresó Varela.
Finalmente, enfatizó «la vida sigue, estoy sobrellevando lo que pasa, uno tiene que tener la fe y la confianza de que la justicia va a llegar, además de que mi otra hija merece una vida digna y eso es lo que me sostiene».
Sobre la actualidad de la causa Agustina, la abuela manifestó que la misma “fue remitida a Buenos Aires y eso generó que el asesino, sólo cumpla 1 año de los 15 que le dio la justicia en un juicio que se llevó adelante en julio de 2017”.
Dos juicios, sin condena
En junio de 2014 el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte absolvió por segunda vez, y por el beneficio de la duda, a Lucas Gabriel Gómez, acusado de ser el autor del homicidio de la menor.
Ese fue el segundo juicio oral y público que se desarrolló por el caso luego que el Superior Tribunal de Justicia dictara nula una sentencia anterior y ordenara un nuevo juicio, tras la apelación a la decisión del Tribunal que había absuelto a Lucas Gómez.
El hecho que se juzgó ocurrió entre las 2 y las 3.15 horas del 5 de agosto de 2006, cuando la familia de Agustina se encontraba reunida en una fiesta familiar para celebrar el cumpleaños una tía de ella.
La niña había sido llevada a la reunión por su madre, Rosalía Varela, y por Gómez, pero la mamá se retiró antes porque tenía que rendir un examen al día siguiente en Ushuaia y dejó a la nena con sus familiares y su pareja.
Según dio por acreditado el fiscal, el imputado acompañó a la chica al baño y regresó después de un rato diciendo que ésta se había quedado durmiendo junto a una primita en una habitación.
Ya al final de la fiesta, otra tía, Viviana, llevó a las dos nenas a su casa y al llegar a la vivienda, Agustina comenzó a quejarse: la mujer la revisó y descubrió que tenía golpes en el abdomen y en un ojo.
Tras dar aviso a su hermana, llevó a la niña al Hospital de Río Grande, donde la asistieron, pero murió cerca de las 7 por un shock hemorrágico por politraumatismos varios y desgarro traumático de hígado, según estableció la autopsia.
En los alegatos, el fiscal Candela valoró los peritajes forenses que indican que la niña fue golpeada en la franja horaria en que se encontraba a cargo de Gómez y enumeró a la gran cantidad de testigos que lo vieron con ella cuando la llevó a dormir.
Además, tuvo en cuenta el testimonio de una prima de Agustina que había visto al imputado golpearla en la nuca una semana antes del crimen y escuchó el mismo gemido de dolor de la niña la noche de la fiesta.
Candela dijo que también se logró probar que la nena era sometida a maltratos desde fines de 2005, cuando Gómez inició una relación con la madre y la niña “cambió radicalmente su conducta” por esta situación.
Fallo del Superior Tribunal de Justicia
El 14 de julio de 2017, el Tribunal Oral en Río Grande confirmó la condena a Lucas Gómez. Recibió una pena de 15 años de prisión por el crimen de Agustina Varela, quien tenía 3 años al momento de su muerte.
Lucas Gómez había sido absuelto en dos juicios, audiencias que luego fueron anuladas en otras instancias judiciales por diversas irregularidades del proceso.
El sorpresivo fallo del Superior Tribunal de Justicia finalmente resolvió la causa que llevaba más de ocho años. Los jueces hicieron lugar a las apelaciones por el segundo juicio, en el cual también fue absuelto Lucas Gómez por el homicidio de la pequeña de 3 años.
Los jueces tomaron el juicio y fueron más allá de lo actuado por el Tribunal, analizando la prueba producida, y revocando la absolución.
El Superior Tribunal condenó a Gómez por homicidio, y solicitó al Tribunal del segundo juicio que se constituya para definir el monto de la pena que finalmente fue fijada en quince años.
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