Ocurrió en la calle Portolán al 400, en Río Grande.
Los uniformados que transitaban el martes 25 de julio en horas de la madrugada por la calle Portolán al 400, a bordo de un patrullero de la Comisaría 4ta de la ciudad de Río Grande, en cumplimiento de una recorrida habitual de prevención, se extrañaron al observar el desplazamiento de un rodado Renault Koleos de color gris, con su baúl abierto y a baja velocidad.
De la caja posterior del automotor asomaban atados de caños de PVC – utilizados en tendidos eléctricos -, cuya tenencia fue explicada por el conductor, identificado como Luis González y Natalia González, con las siguientes palabras: “Los encontramos tirados en la calle”. En el asiento posterior del rodado se encontraba un niño de 6 años de edad.
La versión dada por la pareja rápidamente fue desestimada por los efectivos, quienes realizaron un rápido rastrillaje por la zona, constatando que sobre la misma calle Portolán, en su intersección con la arteria Seriot, aparecía la puerta de una vivienda en construcción, dañada y un galpón con materiales de obra emplazado en los fondos del predio, también forzado.
Notificado el Juzgado de feria en receso invernal, dispuso la requisa personal de los dos sujetos y del vehículo, produciéndose el hallazgo nada menos que de 412 tubos de PVC de 3 metros de largo cada uno, además de herramientas varias. Dichos elementos fueron posteriormente reconocidos como propios por Ivana Ceminari, dueña de la vivienda violentada.
Concluida la requisa, el conductor Luis González fue notificado de derechos y garantías procesales, y los materiales de construcción se secuestraron para luego ser restituidos a su legítima propietaria.