CASO DEL POLICIA QUE SE AUTOLESIONO EN TOLHUIN DISPARANDOSE EN LA CABEZA CON SU ARMA REGLAMENTARIA
Luego de sobreponerse a una compleja cirugía realizada en el Hospital Regional Río Grande, en la que le extirparon una bala de la región latero frontal del cráneo, el uniformado registró una esperanzadora mejoría.
El pasado viernes, Gonzalo abrió los ojos y salió del estado al que había sido inducido farmacológicamente. Ese mismo día también se procedió a retirarle parcialmente la asistencia mecánica respiratoria, medida que había pospuesto en el tiempo por decisión de los facultativos, quienes esperaron a que el organismo del muchacho evidenciara mayores signos de estar compensado. De continuar la franca recuperación que está experimentando, para alegría de su madre, su tía, su hermano y sus camaradas y amigos, en las próximas horas se intentaría retirarle completamente la asistencia para verificar si su aparato respiratorio logra funcionar sin ayuda de la máquina.
Consultada una fuente confiable intrahospitalaria al respecto, se pudo saber que no obstante, el joven continúa con pérdidas de líquido cefalorraquídeo por la nariz. Dado que no ha vuelto a tener episodios de fiebre alta, los médicos decidieron reducirle la dosis de antibióticos. En contrapartida y aunque sería normal por la gran cantidad de fármacos que recibe a diario, Gonzalo presenta un cuadro de trastornos gástrico intestinales, los que también están siendo atendidos mediante drogas que lo ayuden a sobrellevar los efectos secundarios de la medicación.
La gran incógnita que todavía no pudo ser develada es si Gonzalo Ezequiel Araujo sufre o no secuelas del disparo que él mismo se infligió en la cabeza, el pasado 13 de febrero, en el sector alto del Cerro Jeujupén y por ende, la calidad de vida que se puede esperar en el futuro para él.
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