Defensor deicial podría ser sancionado por su “sincericidio”

HOY LOS INTEGRANTES DEL TRIBUNAL DE JUICIO DEBERAN DECIDIR COMO SIGUEN ADELANTE CON EL CASO QUE CONMUEVE A LA OPINION PUBLICA.

Durante la última jornada de alegatos que tuvo lugar en el ex campamento de YPF, actual sede judicial, los integrantes del Tribunal de Juicio, del Distrito Judicial Norte, Dres. Juan José Varela, Daniel Ernesto Borrone y Eduardo López, no pudieron disimular un gesto de perplejidad.

En esos momentos le correspondía al defensor oficial Gustavo Ariznabarreta exponer su alegato final, antes que el único imputado por el crimen y descuartizamiento de Nilda Nuñez, Aldo Nuñez, decidiera si haría uso o no de la posibilidad de pronunciar sus últimas palabras ante la sentencia.

Y entonces sobrevino algo nunca ocurrido antes en la historia de la Justicia fueguina: el defensor oficial efectuó una especie de “sincericidio”, más propio de un confesionario o sillón de psicólogo, que de una audiencia judicial.

En vez de formular algún tipo de argumento a favor de su defendido, o al menos un pedido de atenuación de pena, Ariznabarreta expresó “su frustración” ante la falta de colaboración de Nuñez para trazar una defensa.
Entre otras inesperadas consideraciones, Ariznabarreta confesó: “No tuve cómo explicar por qué había una pierna de la víctima debajo de la cama de mi defendido”, “Mi cliente nunca me habló” y “¿Qué puedo decir si no tengo nada que decir?”, entre otros comentarios que obligaron a los jueces a disponer un cuarto intermedio para tomar una postura en torno a la situación.

Es que el jefe de fiscales colocó en un verdadero brete al Tribunal de Juicio, dado que situó a Núñez en estado de “indefensión” en el proceso judicial en marcha. Si todo continuara adelante como si nada hubiera pasado, podrían existir impugnaciones que hicieran caer todo lo actuado desde la primera audiencia, realizada el 29 de mayo”.

Por ello se espera que hoy los magistrados decidan no tener en cuenta la emotiva exposición de Ariznabarreta y lo reemplacen en sus funciones, a fin de que otro abogado realice el alegato correspondiente. De esta manera se evitaría tal vez que organismos de Derechos Humanos o fiscalizadores judiciales, impugnen la totalidad de un juicio que estaba a días de concluirse – casi como un hecho – con la condena a prisión perpetua del sujeto que mató a su pareja y a su hija nonata, en Tolhuin, hace un año atrás.
En lo que respecta a la actuación profesional del experimentado integrante de la Defensoría judicial provincial quedará sujeta a lo que decidan los integrantes del Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego, no descartándose la aplicación de un apercibimiento por no haberse apartado antes del caso, si consideraba que no estaban dadas las condiciones para cumplir con la tarea asignada y para advertirle que su actuación no solo se constituyó en una estéril catarsis emocional si no en un riesgo cierto de que todo el trabajo realizado a lo largo del juicio, se convierta en tiempo perdido.
Vale destacarse que en los corrillos judiciales se descuenta que Ariznabarreta haya expuesto que su representado no le permitió con su silencio, defenderlo, como una estrategia de defensa en sí misma: “El lleva muchos años trabajando como defensor y cuenta con una trayectoria profesional que se lo impide”, revelaron algunas fuentes consultadas.