No llegaron esquiadores, ni monjas…
La comunidad fueguina se debate por estos días entre el temor a nuevos contagios a raíz del arribo de pasajeros del continente por vía aérea y la psicosis, creyendo cualquier versión que se echa a correr por fake news y que luego se multiplica de boca en boca.
El charter privado de la compañía South American Jets, vuelo WJ*1110, un Airbus de color blanco matrícula A320, aterrizó en el aeropuerto internacional Islas Malvinas a las 16.06 del martes 28 de julio, procedente de El Palomar (Bs. As.). El mismo día, a las 12.45 lo había hecho también el boeing 737 – 800, celeste, de Aerolíneas Argentinas, vuelo AR 1878, después de haber partido tres horas antes de Ezeiza (Bs. As.). Este último debía haber arribado a Ushuaia el sábado 25 de julio pero fue reprogramado ante la gran cantidad de casos que se registraron en la ciudad de Río Grande, unos días antes.
Por estos días, la sociedad fueguina se altera cada vez que ve aterrizar aviones y teme que el delicado equilibrio logrado al menos en la ciudad de Ushuaia y en la de Tolhuin, se pueda perder, tal como le ocurrió a Río Grande. En esa localidad se cree que la explosión de casos que de manera convulsiva se van confirmando día a día, a partir del 18 de marzo, tuvo su punto de inicio precisamente en un “fueguino varado” contagiado que en vez de respetar la cuarentena aislándose en su domicilio, salió a la calle a hacer una vida normal, concurrió a un asado multitudinario y a un gimnasio, con los resultados que son conocidos.
La llegada de los dos aviones, el privado con capacidad para 160 pasajeros y el de Aerolíneas Argentinas con 146 plazas ocupadas, para colmo en un mismo día, se reflejó en las conversaciones habituales evidenciando un nivel de ansiedad y estrés alarmantes.
Algunas versiones indicaban que en el Airbus habían arribado delegaciones de esquiadores extranjeros que venían a la capital fueguina a entrenarse y a participar de la apertura del centro invernal Cerro Castor; otros, que había llegado un contingente de monjas; algunos más, que el pasaje era de mormones… entre otras variantes a cual más imaginativa y disparadora de más ansiedad y más estrés…
Inclusive uno de los vecinos que propagó la “noticia confirmada” de la llegada de esquiadores procedentes del exterior, un guía de turismo identificado como Nicolás Wolaniuk, debió desdecirse y pedir públicamente disculpas, justificándose en que “até cabos sueltos muy a la ligera y realicé una interpretación equivocada”.
Quiénes llegaron
En el charter arribó una comitiva de trabajadores de la pesca que inmediatamente de llegar fueron trasladados al Hotel Ushuaia, establecimiento que tiene acuerdos con distintas empresas como Pesantar, dedicadas al rubro. Un vecino que pasaba por la calle Alem se extrañó de ver al grupo de hombres en el exterior del edificio tomando fotos, y lo subió a sus redes sociales haciendo entrever que se trataba de turistas. Estas personas – tal como ocurrió con la tripulación que arribó a Ushuaia el 23 de mayo para embarcar en el barco merlucero Echizen Maru, en donde después se registraron 57 infectados con COVID 19 – también vienen a reemplazar a otros trabajadores actualmente en navegación, cuya marea finalizará cuando concluya el período de cuarentena de los recién llegados.
Es es de destacar que la tripulación de buques pesqueros que operan en el mar austral no son residentes fueguinos pero cuentan con permisos otorgados por el Gobierno nacional, gestionados por las empresas operadoras. Antes de subir al avión deben someterse a hisopados PCR en sus ciudades de orígen – por lo general son oriundos de Corrientes – o en Buenos Aires antes. Luego deben permanecer aislados 14 días en Tierra del Fuego y realizarse un segundo hisopado antes de embarcar al buque al que se los asignó.
Lo mismo ocurre con los trabajadores que periódicamente arriban para hacer recambio de personal en las plantas petroleras, cuyos permisos de desplazamiento también son de potestad de las autoridades nacionales.
O monjas, 0 esquiadores
Otra vecina de Ushuaia difundió una fotografía en la que aseguraba que las personas jóvenes que aparecen en la misma, luego de llegar el Boeing de Aerolíneas Argentinas, eran esquiadores que venían a la inauguración del Cerro Castor.
Consultadas las fuentes oficiales negaron de plano tal posibilidad: “Son chicos que estaban estudiando en otros lugares del país, que entregaron los departamentos que alquilaban y que se volvieron a su ciudad natal con todas sus pertenencias”, haciendo notar esto último ante la observación de que algunos parecían portar estuches de tablas de snowboard.
“Nadie que no tenga domicilio en Tierra del Fuego podrá abordar los vuelos con destino Ushuaia – aseguraron las fuentes gubernamentales. Y nadie que llegue estará excluido de la obligatoriedad de guardar 14 días de cuarentena”.