Bono obligatorio: “Si esto avanza vamos a intentar hacerlo en cuotas”, dijo Navarro

El vicepresidente de CAME confió en la buena relación con el gremio de comercio para flexibilizar el pago, pero cuestionó la decisión del gobierno nacional que, por un lado accedió a dar facilidades a las pymes, y por otro agrava la crisis con esta medida.

El vicepresidente de CAME, Diego Navarro, confió en arribar a un acuerdo con el Centro de Empleados de Comercio para flexibilizar el pago del bono de 5 mil pesos, que se convertiría en “una recomposición salarial obligatoria”, dijo ayer en declaraciones a la prensa.
“Eso es lo que se terminó de acordar ayer aparentemente, porque la letra chica no está definida”, indicó, encendiendo el alerta por las complicaciones que genera “incrementar las obligaciones” en el contexto actual de las pymes.
“Vamos a ver cómo termina esto, pero si esto avanza vamos a intentar hacerlo en cuotas. Se habla de 5 cuotas para el sector pyme. Dentro del convenio paritario de este año, hay una cláusula de revisión, y seguramente se van a poder aplicar estos importes a la revisión que se haga en su momento”, indicó.
Reiteró que “no es un bono, sino una recomposición salarial obligatoria, como la está planteando el gobierno en este momento, porque si va a estar a cuenta de futuros aumentos, es una recomposición salarial. Es un adelanto de dinero y, siempre ponen una cláusula gatillo en las paritarias para equilibrar la inflación. Seguramente al momento de aplicar esa cláusula gatillo, se va a tener en cuenta este importe”.
Como está planteado, “no es remunerativo. Cuando se acuerde un aumento, pasará a ser remunerativo, aunque ha habido paritarias donde se acordaron aumentos no remunerativos por un tiempo, que luego se incorporaron al básico, con un costo laboral distinto”, señaló.
Navarro fue crítico de esta medida de Macri en medio de un proceso electoral, cuando desde CAME “venimos planteando la emergencia pyme porque estamos en un momento muy delicado. El gobierno viene tirando medidas de emergencia desde hace un tiempo, con el pago de AFIP en 120 cuotas entre otras, pero tampoco nos está alcanzando. CAME tiene una representación cercana a las 1.500 cámaras, y en su conjunto manifestaron que hay muchos sectores que no están en condiciones de afrontar este pago. La situación es generalizada en Río Grande, que ya no es un lamento boliviano sino argentino, porque ojalá tuviéramos las condiciones inflacionarias y de financiamiento que tiene Bolivia”, señaló.
Destacó que “desde 2007 en Río Grande nos pusimos los pantalones largos en la Cámara con el gremio, y nos sentamos todos a acomodar las vicisitudes de la paritaria local, en materia de zona y complemento regional. A veces hay más tensión que otras, pero siempre encontramos la forma de ponernos de acuerdo, y eso es una ayuda para mantener un equilibrio. Esto permite que los aumentos no sean automáticos y se puedan flexibilizar según el momento que vive la economía”.
“Yo soy el paritario con el que normalmente se sienta el CEC y no podría decir cuál va a ser el resultado de estas negociaciones, porque recién después de que se hace el acuerdo a nivel nacional, nos sentamos a dialogar en Río Grande”, explicó, pero hasta ahora los cinco mil pesos no llevarían el coeficiente de zona. De todos modos “ya esa suma para Río Grande es un montón de plata. Seguramente vamos a encontrar puntos de equilibrio para sostener el fin del gremio y de los empleadores, que son las fuentes de trabajo. Sabemos que la pérdida de puestos de trabajo viene acompañada del cierre de negocios, que es la fuente de trabajo del empleador”, subrayó.
Cargó contra el Gobierno nacional porque con estas medidas de neto corte electoralista “siguen asfixiando cuando tenemos el país más caro del mundo en pago de impuestos, logística, cargas sociales. En logística somos un asco y cualquier país tiene mejor situación que la nuestra. Somos impresentables en la política logística del país. Pasar un contenedor por la aduana de Buenos Aires es entrar a un agujero negro donde no se sabe ni tiempo de salida, ni costo de servicios aduaneros, portuarios, ni nada de eso. Hay mucho para cambiar y nadie le quiere hacer frente a este cambio. En momentos de crisis se mira la coyuntura; parece ser que es más importante el administrador que el administrado, y siempre terminamos igual”, concluyó.


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