El Tribunal Oral en lo Criminal se expidió con rapidez y dispuso la inmediata detención del condenado en el mismo recinto del juicio.
A Juan Santiago Caballero se lo condenó por la comisión de los delitos de abuso sexual agravado con grave ultraje, acceso carnal, exhibición de pornografía y por ser cuidador de la niña que victimizó entre sus 7 y 10 años de edad.
Aunque se creyó que el Tribunal Oral en lo Criminal del Distrito Judicial Norte se tomaría algunas horas para expedirse, luego de escuchar los alegatos de la defensora oficial Nora Francini, la sentencia se produjo antes de lo previsto, ayer jueves 3 de junio.
De este modo, los jueces tribunalicios del Distrito Judicial Norte – ciudad de Río Grande – se hicieron eco del requerimiento del fiscal Jorge López Oribe y le aplicaron a Juan Santiago Caballero una condena de 12 años de prisión de cumplimiento efectivo. Como ya se informara, el abogado querellante Francisco Ibarra había pedido que al acusado se lo condenara a 15 años de cárcel, también de cumplimiento efectivo.
Lo que llamó la atención y sorprendió grátamente fue la permeabilidad de los magistrados a la solicitud planteada por el fiscal y el letrado patrocinante de la víctima, quienes habían fundamentado en sus alegatos la necesidad de disponer la inmediata privación de la libertad de Caballero, a fin de evitar que pudiera profugarse como ocurrió recientemente con otro condenado por un delito similar.
De tal modo, el sujeto no pudo disimular su estupor cuando se le informó, luego de la lectura de la sentencia, que no podría retirarse del recinto de juicio y que quedaba a partir de ese momento a disposición del Servicio Penitenciario de Tierra del Fuego.
El próximo viernes 18 de junio los jueces darán a conocer a las partes los fundamentos de la condena.
Los hechos
Los hechos que se juzgaron en el juicio transcurrieron del 2015 al 2018, entre los 7 a 10 años de edad de la víctima.
La niña, de actualmente 13 años, refirió en Cámara Gessell, como su padrastro abusaba de ella en oportunidad de encontrarse ausente su madre, cuando ésta la dejaba al cuidado de su padrastro y cómo éste la trasladaba en su automóvil. El Tribunal pudo escuchar a la niña a través de filmaciones en las que dijo también que cuando el hombre la llevaba a practicar natación, aprovechaba ese tiempo para someterla en el vehículo.
La víctima relató también que la pareja de su madre le mostraba material pornográfico y dijo también que el sujeto era considerado dentro de la familia como su “papá del corazón”.
La madre lo denunció pero siguió conviviendo con él
Durante el juicio, se produjo un hecho que llamó la atención del Tribunal y que es que al momento de hacer uso de la palabra, el imputado argumentó en su favor que la madre de la niña continuó conviviendo con él durante los primeros meses del año pasado, pese a la denuncia que ella misma había radicado con anterioridad. Esto fue confirmado por la mujer, quien a su turno y ante los jueces dijo que “fue por razones de fuerza mayor”.
Otro testimonio fundamental del juicio, que dejó en evidencia cómo el proceder de los familiares de las víctimas suele ser favorecedor de que la victimización de los niños se extienda en el tiempo, fue el de su tía. La mujer sostuvo que ella ya sabía lo que Caballero le hacía a la nena porque su hija, prima de la víctima, se lo había contado. La situación fue relatada de una niña a la otra pero nadie hizo nada hasta que el caso llegó a la Policía y a la Justicia.
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