El hombre está acusado de haber victimizado sexualmente a una niña de 6 años y de hacerle ver videos pornográficos.
Los hechos se remontan a los años 2013 al 2015, y habrían ocurrido en el colegio en que un docente acudía para dictar clases, acompañado por su pequeña hija.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte integrado por los jueces Eduardo López, Natalia Buitrago y Ricardo Locatelli, habilitó el lunes 6 de junio, al debate oral y no público, para determinar la responsabilidad penal de Celestino Andrés Demartini, por hechos que se habrían producido entre 2013 y 2015.
Se trata de un hombre que prestaba funciones como portero en una escuela de la ciudad de Río Grande y que está acusado del delito de “abuso sexual gravemente ultrajante, en concurso real con suministro de material pornográfico y corrupción de menores agravados”.
Los hechos se habrían producido en la escuela donde daba clases su padre, oportunidad en la que la víctima tenía 6 de edad.
Durante la primera jornada de debate, el imputado se negó a declarar por lo que se dio lectura a la declaración que hizo durante la etapa de instrucción, en la que había negado los cargos. Luego, se procedió a reproducir la audiencia videofilmada en cámara Gesell, de la menor.
Cabe mencionar que, para el martes 7 de junio, a partir de las 10 está previsto iniciar la ronda de 16 testigos, que comenzará con el testimonio de la madre, el padre y la pediatra de la nena.
Cabe destacarse que el Ministerio Público Fiscal está representado por el letrado Jorge López Oribe; la querella por la abogada Valeria Capotorto, y la defensa por el defensor público, Eduardo Tepedino.
Los hechos
El expediente judicial revela que el caso se inició a raíz de la denuncia del padre de una niña pequeña, a quien llevaba con él cuando dictaba clases en la escuela Nro. 2, en Río Grande. La pequeña recorría los pasillos del establecimiento educativo y jugaba en las aulas vacías, mientras su progenitor ejercía su labor de docente.
Algunos comportamientos que consideraron no habituales en la nena alarmó a sus padres, terminando por confirmar que algo malo estaba ocurriendo cuando la pequeña recibió en su propio aparato de telefonía celular cargado con juegos y películas infantiles, un video pornográfico de un destinatario anónimo. De conversaciones con la pequeña, surgió el nombre del portero de la escuela, Celestino Andrés Demartini, a quien la niña señaló como autor de prácticas que constituyen abuso sexual.
A raíz de la causa iniciada y la sospecha generada, Demartini fue apartado de sus funciones y llega en libertad al juicio, en el que en su primer audiencia, se abstuvo de dar su versión de los hechos al Tribunal.
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