Comienza el juicio por el brutal crimen de Zulema Medina

Comienza el juicio por el brutal crimen de Zulema Medina

Estaba previsto que la audiencia de debate comenzara los primeros días de febrero, pero ante un imprevisto de salud de uno los integrantes del Tribunal tuvo que posponerse la fecha de inicio.

Comienza el juicio por el brutal crimen de Zulema Medina

José Ceferino Lencina comenzará a ser enjuiciado este miércoles 15 de febrero, a partir de las 9.30 horas, en el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur. El hombre de 36 años deberá responder por el delito de homicidio doblemente agravado, por la muerte de quien fuera su pareja, Zulema Victoria Medina, ocurrida el 22 de febrero de 2022.
Estaba previsto que la audiencia de debate comenzara los primeros días de febrero, pero ante un imprevisto de salud de uno los integrantes del Tribunal tuvo que posponerse la fecha de inicio.
De acuerdo al requerimiento de instrucción fiscal, el cuerpo de la mujer “fue hallado sobre la cama con una sábana envuelta sobre su cuello”, en una situación violenta.
“Ambos mantenían una relación de pareja, que con agresiones físicas y verbales ha enmarcado la violenta relación de la pareja -incluyendo violencia hacia la mujer, y de tipo doméstica o familiar-, el hecho habría sido perpetrado, también, mediando violencia de género”, precisó el fiscal Daniel Curtale.
Para el Ministerio Público Fiscal, el hombre deberá responder por el delito de homicidio doblemente agravado, por el vínculo (por tratarse de la persona con quien ha mantenido una relación de pareja) y por haber sido cometido mediando violencia de género, del que resultara víctima Zulema Victoria Medina de 38 años.
El Tribunal de Juicio estará presidido por el juez Alejandro Pagano Zavalía, con las vocalías de los Dres. Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla.
En tanto, el Ministerio Público Fiscal estará representado por el Dr. Daniel Curtale y la defensa del imputado la ejercerá el Defensor deicial, Dr. Juan Carlos Núñez.
Lencina fue procesado en marzo de 2022, por la Dra. María Cristina Barrionuevo, titular del Juzgado de Instrucción Nº 2 de Ushuaia, por el delito de homicidio doblemente agravado; primero por el vínculo de pareja que mantenía con Medina, y segundo por haberlo cometido mediando violencia de género.
Además, convirtió la detención del hombre en prisión preventiva y trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de $1.000.000.
El hombre llega a juicio privado de su libertad, dado que desde que ocurrió el hecho y fue hallado por la Policía quedó detenido.

LOS HECHOS

Zulema Medina fue vista por un vecino llegando a su domicilio, sito en la calle Vicente Lisandro Canga 1739, del barrio INTEVU 17, alrededor de las 3 y media de la madrugada del 22 de febrero del 2022. Desde una ventana el hombre la vio descender de un vehículo de alquiler – un taxi o un remis – y caminar sola, tranquilamente, hasta la puerta de su vivienda, llevando una cartera negra y un bolso. Varias horas más tarde, a las 10 de la mañana aproximadamente, uno de sus hijos, de 24 años de edad, preocupado porque la había llamado telefónicamente sin recibir respuesta, fue al departamento B ubicado en los fondos del predio. Llamó a la puerta y solo escuchó el ladrido de las mascotas de su madre. Entonces decidió entrar y la encontró sentada sobre el suelo, con la espalda apoyada contra el lateral de la cama, con una sábana enrollada en el cuello. Había sido salvajemente asesinada.

Una relación signada por la violencia

V. B. S., amiga y encargada también de la limpieza del kiosco “Gael”, recibió poco antes de las 4 de la madrugada del día 22 de febrero, dos audios en los que Zulema Medina le decía que pasara por su casa a buscar la llave del comercio. Le mandó también una foto del lugar próximo a la ventana en donde además le iba a dejar $1.400 para que se pagara un taxi y le comprara una esponja de cocina. Así lo hizo a las 8.30. Empujó la ventana hacia adentro, corrió la cortina y agarró la llave y el dinero. No percibió nada que le llamara la atención. No obstante, refirió que le pareció extraño el hecho de que “Andrea” (Zulema) le haya mandado ese mensaje debido a que en los cuatro meses que llevaba haciendo la limpieza, la modalidad de retiro del juego de llaves consistía en que le dejara la puerta principal abierta para que entrara y las retirara de la mesa del comedor, mientras ella dormía.
La mujer refirió que estaba al tanto de que Zulema mantenía una relación de noviazgo con un hombre a quien conocía con el nombre de José, de unos 33 o 34 años de edad aproximadamente, menor que ella y de contextura física robusta con un arito en su oreja.
En una ocasión, reveló la declarante, Zulema le confesó que la relación estaba signada por constantes inconvenientes por cuestiones de celos. Su amiga le describió a Lencina como una persona muy posesiva, que le revisaba el teléfono y que le sacaba dinero sin su consentimiento. En una ocasión – agregó – le había sustraído 10 mil pesos y antes, 5 mil. Inclusive, en varias ocasiones le pegó, momentos en los que ella se defendía y lo agredía físicamente, produciéndose situaciones de gran violencia recíproca. Estos hechos nunca fueron denunciados por Zulema, porque “no quería tener problemas”, le decía a V.B.S.
El testigo D. R. M., de oficio vidriero, coincide con los dichos de la amiga de Zulema, con respecto al tipo de relación que sostenía la pareja. El trabajaba con José Lencina y reconstruyó lo ocurrido la noche previa a la muerte de la mujer. Según refirió, el día 21 de febrero a las 23, pasó a buscar a José Lencina por su lugar de trabajo, el local El Mercado, en San Martín y Onas. Cuando terminó su jornada laboral como bachero, juntos fueron a la chocolatería Smechen, en San Martín 741, a realizar algunos arreglos. Cuando ya estaban en la puerta, Lencina le pidió que lo llevara hasta su casa, el domicilio que compartía con Zulema, para cambiarse la ropa. Momentos después salió y volvieron al local comercial para cambiar los vidrios de un exhibidor. Terminadas las tareas lo llevó al mismo domicilio de la calle Vicente Canga, adonde arribaron a eso de la 1.50.
El “Mendo”, como lo nombra D.R.M, le contó que estaba de novio desde hacía varios meses con una mujer rubia, alta, delgada y de piel blanca, mayor en edad que él y que era dueña de un kiosco. Le refirió que últimamente se estaban llevando bien, que ella estaba cambiando a partir de que había vuelto de sus vacaciones sola, el 3 de febrero – 19 días antes del crimen – dado que el tiempo en que ella estuvo fuera de la provincia, únicamente lo llamaba para saber como estaban los perros. D.R.M. agregó también que desde que Lencina conoció a su pareja – Zulema – comenzó a aislarse de sus amigos.
En la conflictiva relación existente entre Zulema Medina y José Lencina, también existía un componente determinante: la comercialización y consumo de estupefacientes, según lo indica la testigo D.J.G., una mujer de 38 años de edad con quien “El Mendocino” sostenía un vínculo que se superponía con el de “la Tucu”.
Esta persona sabía que Lencina vivía con Zulema Medina, y que cada vez que discutían, el hombre iba a su casa. Sostuvo también que cuando se peleaban él solía dormir en una carpa, en un bosque cerca de un río o en un galpón precario situado detrás de la vivienda de la calle Vicente Canga. Sostuvo también que ella comenzó una relación amorosa con Lencina a mediados de noviembre del 2021 y que él le decía, en relación a Zulema que “vivían juntos pero separados” y que también vivían en el lugar otros dos hermanos de ella. Debido a que en una oportunidad vio una publicación en Facebook de ambos, esto la molestó y comenzaron a verse más esporádicamente, aunque la última vez que lo vio fue el 21 de febrero (el día anterior al asesinato), a las 16.
D.J.G., hace un aporte sustancial a la causa cuando afirma que ella estaba en conocimiento de que José y Zulema tenían inconvenientes de pareja: “José me comento que tuvo varios altercados con agresiones físicas con “la Tucu”. Más de una vez me dijo que tenía intenciones de atentar contra la vida de ella, dado a problemas económicos relacionados con pagos de un kiosco y venta de estupefacientes. Igual podía ser por despecho dado a que también ella tenía otra pareja” – concluyó.


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