¿Como te das cuenta que estás en una relación de la que debes salir?

¿Como te das cuenta que estás en una relación de la que debes salir?

Los psicólogos Alejandro Schujman y Eva Rodríguez usan el neologismo “Narcicopatas” para describir a personas que provocan dolor y sufrimiento.

¿Como te das cuenta que estás en una relación de la que debes salir?

Una pequeña y buena ranita estaba por cruzar el río, cuando un escorpión le chista y le dice:

—Psst, ranita… ¿Serías tan amable de cruzarme al otro lado del río que yo no sé nadar?

—¿Qué pensás, que soy tonta? Si te llevo me vas a picar, me hundo y muero —contestó la ranita—.

—¿Pensás que yo soy el tonto? Si te pico y te morís, sentencio mi propia muerte ya que no tengo forma de flotar —retrucó el escorpión—.

—Tenés razón, subí que te cruzo —accedió la ranita—.

A mitad del río, el escorpión le clava su aguijón. La ranita se da vuelta y con ojos desesperados le pregunta:

—¿Escorpión, que hiciste?

—Perdón, es que no pude con mi naturaleza —respondió él—.

La ranita, mientras se hundía, se dijo a si misma: “Evidentemente yo tampoco”.

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Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia.

Una enorme cantidad de consultas en redes sociales y en el consultorio en estos tiempos son de protagonistas de relaciones tóxicas que preguntan acerca de las posibilidades de que esos vínculos viren hacia terrenos saludables.

La mala noticia: narcisistas y psicópatas no cambian. La buena, quienes se enganchan con estas personas pueden (no sin trabajo, dolor y un proceso mediante) cambiar, aprender y fortalecerse.

 

Dos trastornos diferentes, con puntos de conexión

 

El término “narcicopata” es un neologismo que apareció varias veces durante las charlas sobre el amor, el dolor y las relaciones que los autores de esta nota mantuvieron por los caminos de Mendoza.

Narcisistas y psicópatas habitan un limbo que nada sabe de amor y empatía más que hacia sí mismos.

No es el mismo cuadro, son trastornos de personalidad diferentes, sin embargo comparten la forma de relacionarse con sus parejas u “objeto” (nunca el peso de la literalidad fue tan evidente) de amor.

 

Coinciden en que:

 

✓ Inyectan de inmediato mariposas en la panza. Son encantadores desde el minuto cero.

✓ Dicen todo lo que queremos escuchar. Detectan inseguridades e inmediatamente se ocupan de compensar puntos flacos volviéndose indispensables.

✓ Son capaces de grandes promesas que no son otra cosa que mentiras disfrazadas, espejitos de colores, castillos de cristal.

✓ No respetan los límites ligados al bienestar de la persona que está a su lado, solo importan los propios deseos.

✓ Están libres de responsabilidad y compromiso porque creen que todo lo hacen bien y que no fallan en nada. Es muy difícil escuchar a un narcisista decir: “Perdón, lo hice mal, fue mi culpa, lección aprendida”.

✓ Son muy observadores e implacables cuando el error es del otro; no se les escapa detalle y lo usarán para denigrar, exigir y humillar.

 

Pare de sufrir

 

Escuchamos en el consultorio, en las redes, en la vida misma relatos como este: “¿Por qué no termina de elegirme? ¿Qué más tengo que hacer? Pienso, pienso y no paro de sufrir.”

No entiende esta mujer de 35 años que nada tiene que ver con la miseria de su amado. El “narcicópata” siempre va a marcar la falta en el otro y esa es la fórmula del sufrimiento para uno y el disfrute casi perfecto para sí mismo.

Quien está en una historia con un “narcicópata” tiene que saber que hay un único camino: la puerta de salida.

Nada se puede hacer para cambiar la naturaleza del escorpión. Narcisistas y psicópatas sean hombres o mujeres no cambian su estructura ni su esencia.

Cuando estamos dentro de la situación la falta de perspectiva nos quita capacidad de acción.

Tan cerca está la salida que no creemos que esa sea, tan lejos nuestro amor propio que olvidamos que alguna vez lo tuvimos.

El grado de dificultad para salir de una relación con un “narcicópata” es inversamente proporcional a la relación amorosa que tenemos con nosotros mismos.

Si nos queremos bien, no vamos a soportar de ninguna manera ningún tipo de maltrato.

 

Banderas rojas

 

Señales de que ahí no es, red flags (banderas rojas), lápiz y papel si algo de esto te pasa podés elegir y decir que no:

✓ Si experimentás miedo generado por actitudes de tu pareja;

✓ Dudas sistemáticas respecto de tus decisiones;

✓ Inseguridad respecto de la veracidad de sus palabras y acciones;

✓ Si quedás siempre en segundo plano, nunca sos prioridad;

 Angustia permanente, aunque no sepas el origen;

✓ Culpa sin saber muy bien los motivos;

✓ Ansiedad porque nada es seguro;

✓ Desconcierto porque gran parte de tu tiempo está destinado a entender la cabeza del otro;

✓ Frustración por intentar salir de esa relación y no poder;

✓ Infravaloración porque tu autoestima se ha empobrecido.

Entonces, ¡ahí no es! El camino es hacia afuera de esa historia.

 

Caja de herramientas

 

Algunos consejos que pueden ayudarte a salir de una relación con un o una “narcicópata”:

✓ Contacto cero o el menor posible en el caso de que hayan puntos de encuentro inevitables (hijos, negocios, etc.) ✓ Consultar con un profesional para entender cómo llegaste hasta acá, aumentar tu autoconocimiento y fortalecer tus puntos débiles.

✓ Erradicar el sentimiento de culpa, y poner la pelota en el campo que corresponda.

✓ Salir de la posición de víctima: sos responsable de tu salud mental y de tu enganche en una historia que no te hace feliz.

✓ Perder el miedo a repetir. Armar una red de contención saludable. Nadie puede en soledad salir de una historia de tristeza y sufrimiento.

 

Si es amor, no duele

 

Ni como la ranita del cuento, ingenua y presa de su propia naturaleza, ni como los violinistas del Titanic que siendo fieles y leales al barco se hundieron de manera estoica e innecesaria: una vez más, la vida es larga pero no tanto.

Tenemos los recursos, quizás no para elegir de quién nos enamoramos, pero si para decidir qué hacer cuando en el amor sufrimos más de lo que disfrutamos, cuando morimos en vida, cuando lo días son eternos. 

Si es amor no duele, no lastima. Si hay violencia, si hay sufrimiento, si hay maltrato ahí no es.

Puede suceder que leyendo esta nota algún lector se sienta reflejado e identificado del lado del “narcicópata”.

Si esto genera algún tipo de preocupación, angustia o inquietud y necesidad de hacer un cambio entonces tenemos una buena noticia: es muy posible que haya un margen de salud mental necesario para iniciar un cambio a través de un proceso terapéutico.

Si hay empatía y preocupación por el otro, entonces hay esperanzas.

Los “narcicópatas” no cambian. La buena noticia: vos sí podés cambiar. Vos sí podés salir. Y la vida, mejor dicho, uno mismo puede hacerse el mejor de los regalos: la paz interior.

 

Fuente: Diario Clarin.

*Alejandro Schujman es psicólogo especializado en familias. Autor de No huyo, solo vuelo: El arte de soltar a los hijos, Generación Ni-Ni, Es no porque yo lo digo y Herramientas para padres.​ Dirige, coordina y supervisa la @redasistencialpsi

*La licenciada en psicología Eva Rodríguez se especializa en psicología positiva y sexología y coordina un equipo de trabajo en la Ciudad de Mendoza. Canal de YouTube: Eva Rodríguez Psicóloga


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