Se probó en el juicio que el perverso sujeto abusó de las hijas de su hermano, de 8 y 12 años de edad, entre los años 2010 al 2015.
El hombre, de apellido Aguirre, llegó al juicio en libertad pero quedó inmediatamente puesto a disposición del Servicio Penitenciario, ni bien fue conocido el veredicto.
Un nuevo caso de características increíbles de entender se sometió a juicio en la ciudad de Río Grande, resultando del análisis de los jueces Juan José Varela, Raúl Sahade y Pedro Fernández, una condena de 18 años de prisión, de ejecución inmediata.
El condenado es un sujeto de apellido Aguirre, quien al arribar a Tierra del Fuego, procedente de una provincia norteña, comenzó a convivir con su hermano y su grupo familiar. El sujeto se empleó en una planta fabril y aprovechó la convivencia para someter carnalmente a sus dos sobrinitas, de 8 y 12 años de edad, en el año 2010. Los abusos continuaron por cinco años hasta que en el año 2015 el hecho salió a la luz y se produjo la denuncia. Debieron transcurrir casi 9 años para que la Justicia fueguina le aplicara una sanción penal y lo retirara de la sociedad, luego de realizadas las jornadas de debate en la que las pruebas fueron contundentes por más que el acusado insistiera en negar los cargos.
Finalmente el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte condenó el jueves 25 de abril, a Aguirre a cumplir la pena de 18 años de prisión, pena propuesta en la etapa de alegatos por el fiscal Ariel Pinno, al hallarlo penalmente responsable por los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal reiterado con promoción de la corrupción de menores agravada”.
El imputado, quien cursó el debate en libertad, quedó detenido inmediatamente y trasladado a la Unidad de Detención Nro. 1 de Río Grande.
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