Condenaron a José Nava Moreno a 5 años de prisión

POR GOLPEAR Y PATEAR SALVAJEMENTE A LOS CABOS DE POLICIA RODRIGO BAZAN Y MARTIN ZARATE, A UNO DE LOS CUALES FUE NECESARIO HACERLE 22 PUNTOS DE SUTURA EN LA CABEZA.

El Tribunal de Juicio en lo criminal del Distrito Judicial Sur condenó ayer miércoles a José Sebastián Nava Moreno a la pena de 5 años de prisión por ser autor material y penalmente responsable de los delitos de resistencia a la autoridad en concurso ideal con lesiones graves calificadas por la investidura de las víctimas – los cabos de Policía, Rodrigo Bazán y Martín Zárate – y la intervención de menores de 18 años de edad.
La misma calificación penal, sin el agravante de la intervención de menores, le aplicaron los jueces a Braian Enrique Sanabria y a Fernando Daniel Nava Moreno (hermano del primero de los nombrados, más arriba).
Vale destacarse que en estos dos últimos casos, si bien fueron hallados penalmente responsables, no deberán cumplir condenas intramuros aunque deberán someterse a reglas de conducta, entre las que consta la prohibición de salir de la provincia.
Esto particularmente complica a los hermanos Nava Moreno, dado que luego de los incidentes de violencia ocurridos en el año 2016 y por los que fueron juzgados, se radicaron en la provincia de Salta desde donde debieron viajar la semana pasada para comparecer en juicio.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal lo presidió el juez Alejandro Pagano Zavalía, con las vocalías de los doctores Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla.
El Dr. Fernando Ballester Bidau representó al Ministerio Público Fiscal; y la defensa de los imputados la asumieron un funcionario de la Defensoría Pública y la querella la ejerció el Dr. Federico Vidal.
El juicio a los tres jóvenes había comenzado el martes 7 de agosto, para determinar la responsabilidad penal de los hombres que hace dos años y medio atrás, agredieron físicamente a dos policías que se encontraban de recorrida en un sector de la ciudad, causándole graves lesiones.

LOS HECHOS JUZGADOS

La madrugada del 24 de enero de 2016, los policías Martín Zárate y Rodrigo Bazán se encontraban recorriendo las arterias de Cilawaia y Yowen, cuando observaron a un grupo de jóvenes en medio de la calle, por lo que bajaron del móvil y les solicitaron sus datos personales.
Mientras los efectivos de la Policía tomaban nota de los nombres de los jóvenes, éstos comenzaron a agredirlos físicamente, ocasionándoles múltiples lesiones, a golpes de puño y pedradas. Uno de ellos, inclusive, le sustrajo el arma reglamentaria al cabo Bazán, con su correspondiente cargador.
A consecuencia de las lesiones sufridas – hematomas, escoriaciones, cortes y fracturas – los policías debieron ser hospitalizados.
La jueza María Cristina Barrionuevo dispuso entonces cuatro allanamientos en torno a la causa caratulada “Robo, lesiones y atentado y resistencia a la autoridad”. De los allanamientos surgió que en el hecho intervinieron tres menores –entre ellos una joven de 17 años- y dos mayores, lográndose recuperar además el arma reglamentaria del uniformado.
Los allanamientos se realizaron en la casa de uno de los menores, en Cilawaia al 1907, en donde se secuestraron prendas de vestir. Posteriormente el procedimiento se trasladó a una casa del barrio Cañadón casa 34, en donde residía José Sebastián Navas Moreno. Allí, debajo de una tarima, se encontró el arma sustraída al policía.
Otra de las requisas se realizó en la calle Anuka al 1935 en donde se domiciliaba un menor de 14 años. Allí la Policía secuestró prendas de vestir y un teléfono celular. Por último se requisó otro domicilio ubicado en la calle Cilawaia al 1924 en donde se domiciliaba un joven de nombre Marcos Calapeña. Allí se secuestraron prendas de vestir y dos celulares. En dicho domicilio se encontraba su novia de 17 años, quien tenía una campera con restos de sangre y zapatillas con suela coincidente con la de los atacantes.


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