Cuando arde una casa… también arden vidas que no pueden gritar auxilio

Hace pocos días, el fuego consumió un hogar. Pero no solo se quemaron paredes.

Murieron cuatro perros. Cuatro seres que no pudieron escapar.

No supieron cómo. Nadie pudo ayudarlos a tiempo.

Y eso nos duele. Nos quiebra.

Nos enfrenta, una vez más, a esa realidad que la sociedad aún no quiere mirar de frente: los animales no son cosas. No son adornos. No son alarmas vivientes.

Considero que lo más doloroso es saber que estos animales habían sido llevados allí por una decisión humana, como si fueran simples pertenencias que se devuelven después de una separación.

No eran objetos. No eran parte de una disputa. Eran vidas. Y fueron entregadas a una tragedia.

Los animales no son propiedad ni castigo. No son moneda de cambio en relaciones rotas. Son seres sintientes que merecen cuidado, estabilidad y amor, siempre.

Son familia. Son seres sintientes. Y mueren sufriendo.

Murieron intoxicados, con miedo, buscando esconderse en algún rincón donde el humo y el fuego no los alcanzara.

Murieron esperando que alguien los salve.

Y nadie llegó.

Me siento con mucha indignación y dolor, no solamente como presidente de una ONG que abraza cada vida.

Me siento profundamente afectada como vecina de Ushuaia, como una persona que ama profundamente a los animales, que convive con ellos, que siente su ausencia como si faltara un miembro de la familia.

Estos hechos lamentables duelen como sociedad, no solo como activista.

Y no podemos dejar que esto vuelva a pasar.

Nosotros, como humanos, tenemos alarmas, teléfono, vecinos.

Ellos solo tienen a quien los ama.

No queremos más minutos de silencio.

Queremos responsabilidad. Prevención. Amor en acción.

Si convivís con animales, estos tips pueden salvar una vida:

• Identificá dónde duermen o se refugian tus animales cuando se asustan. No coloques sus camitas en rincones sin salida.

• Nunca los dejes encerrados sin ventilación. Tené siempre una salida de emergencia para ellos.

• Mantené puertas interiores sin trabas ni muebles que bloqueen el paso.

• Si se inicia un incendio, llamalos con voz calma y por su nombre. Tené en cuenta que gritar los asusta más.

• Incluí una manta y una correa en tu kit de emergencia.

• Avisá a tus vecinos de confianza que vivís con animales. En caso de emergencia, pueden alertar a los bomberos.

• Si necesitás evacuar, no los dejes atrás. NO LOS ABANDONES. Tené un plan. Ellos cuentan solo con vos.

Por quienes murieron sin entender por qué.

Por quienes aún podemos salvar.

Por quienes aman sin pedir nada a cambio.

No miremos hacia otro lado. No lleguemos tarde otra vez.

Ojalá el humo no tape nuestra indiferencia.

Ojalá el fuego no vuelva a llevarse a quienes solo sabían amar.


Edición:

Diario Prensa
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