Juicio por tentativa de homicidio en Río Grande.
El joven imputado reconoció su participación en el ataque a Lautaro Ortigoza durante el juicio oral. La fiscalía sostuvo que el móvil fue evitar que se conociera una relación íntima entre ambos mientras su abogada defensora, pidió la atenuación de la pena.
Dylan Catriel Blanco, uno de los dos imputados por el violento ataque a Lautaro Ortigoza, reconoció durante el juicio haber sido el autor de la agresión que tuvo como víctima a su primo, aunque aclaró que su intención “no fue matarlo”. Sus palabras tuvieron como eco las de su abogada defensora, Rita Marchi, quien en un momento de su alegato reforzó el argumento esgrimido por el acusado expresando “Si él hubiera querido matarlo, lo habría hecho”.
Lo acontecido el 11 de junio de 2024 en el ex frigorífico de Río Grande, fue calificado por el fiscal Jorge López Oribe como un intento de homicidio agravado. Para el representante del Ministerio Público, el móvil estuvo directamente vinculado con la intención de evitar que trascendiera la relación íntima entre la víctima y el agresor.
En una de las jornadas del juicio, Blanco, de 20 años, intentó posicionarse como único responsable del ataque, deslindando de culpa a Mía Villanueva, también acusada. Este gesto fue interpretado como una estrategia para reducir la carga penal ya que al haber más partícipes, la calificación penal se agrava.
La acusación cuenta con múltiples elementos probatorios que comprometen a Blanco: el testimonio de la víctima, huellas de calzado coincidentes con las suyas, lesiones en sus manos, ropa suya con sangre lavada y un cuchillo incautado en su domicilio, presuntamente utilizado en el ataque.
La defensora oficial Rita Marchi, solicitó que el hecho sea recaratulado. A su criterio, no se trató de un intento de homicidio sino de “lesiones graves”, al considerar que las heridas sufridas por Ortigoza no tenían “potencial mortal por sí solas”, algo que contradicen las pericias médicas presentadas. “Dylan no quiso matar a Lautaro”, afirmó Marchi, y planteó que si el Tribunal mantiene la figura de tentativa de homicidio, al menos se prescinda de los agravantes y se aplique el mínimo legal de la pena, que es de cuatro años de prisión.
El juicio entró en su etapa final y se espera que el veredicto sea dado a conocer el viernes 6 de junio. El caso generó una fuerte repercusión en Río Grande por los lazos familiares existentes entre los involucrados, la brutalidad del ataque y las derivaciones emocionales y sociales que quedaron expuestas durante el debate.