El Gobierno abrió otro foco de conflicto con los gobernadores: solo les envió el borrador de la Ley Ómnibus a los aliados

El Gobierno abrió otro foco de conflicto con los gobernadores: solo les envió el borrador de la Ley Ómnibus a los aliados

La decisión del oficialismo profundizó las diferencias con los mandatarios más duros. Antes habían evitado convocarlos para discutir el paquete fiscal. Enojo y aumento de la tensión en el interior

El Gobierno abrió otro foco de conflicto con los gobernadores: solo les envió el borrador de la Ley Ómnibus a los aliados

La relación entre el gobierno nacional y un sector de los gobernadores se tensa cada día un poco más. El martes a la noche la jefatura de Gabinete, que conduce Nicolás Posse, envío el borrador del nuevo proyecto de Ley Ómnibus a la mayoría de los mandatarios y los jefes de los bloques de la cámara de Diputados, con el objetivo de que comiencen a estudiar la nueva propuesta. Fue a la mayoría, no a todos.
En la Casa Rosada no hay explicaciones concretas sobre los motivos por los cuales el Gobierno decidió mandar el proyecto solo a un sector de los gobernadores. Tanto la Jefatura de Gabinete como el ministerio del Interior, a cargo de Guillermo Francos, evitaron dar respuestas y se responsabilizaron mutuamente sobre el accionar.
Hubo una selección de gobernadores y bloques hecha por la Casa Rosada. Solamente les mandaron el documento a los que están seguros que los acompañarán con el voto. Al resto, no. Una disposición extraña, teniendo en cuenta las dificultades que hasta aquí ha tenido el oficialismo para poder construir una mayoría parlamentaria. Y una muestra anticipada de la seguridad que tienen sobre la futura aprobación de la ley.
El grupo de gobernadores a los que no les llegó está compuesto por Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Claudio Vidal (Santa Cruz), Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Tampoco le llegó al jefe de bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, ni a la titular del bloque Innovación Federal, la salteña Pamela Caletti, ni a los bloques de izquierda.
En cambio si fue enviado a los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio y al mandatario cordobés, Martín Llaryora, quien ya había asegurado de antemano que iba a acompañar el nuevo proyecto. A todos les llegó cerca de las 22 del martes. La decisión volvió a generar ruido en el vínculo entre un sector de los gobernadores y la Casa Rosada. “Es innecesario lo que hacen, pero ellos son así”, se quejó, con cierta resignación, un mandatario del sur del país.
El ala dura de los gobernadores, integrada por la mayoría de los mandatarios patagónicos y de Unión por la Patria, no estuvo inscripta en la lista de destinatarios. Fue una decisión política. No hubo errores. El Ejecutivo decidió no enviarles el documento a los que no tienen una buena sintonía con la Casa Rosada. “Ya sabemos que no lo van a votar”, se sinceró un funcionario nacional. No se pensó en evitar el conflicto o el enojo. No hubo intención de abrazarlos a pesar de la negativa a acompañar el documento oficial.
Muchos conocieron el proyecto a través del grupo de WhatsApp que tienen los 24 mandatarios y que funciona con frecuencia. Uno lo subió y el resto lo pudo ver al instante. Tarde o temprano lo iban a tener. Por eso lo que se pone de manifiesto es el gesto político de dividir a los gobernadores entre los opositores y los socios estratégicos. Aunque, en términos partidarios, todos sean parte de la oposición. El Gobierno elige amigos y enemigos.
La decisión del oficialismo tensó aún más el vínculo con algunos gobernadores, que llevan largas semanas reclamándole al Milei respuestas sobre temas específicos de las provincias y la restitución de fondos coparticipables. Reclamos que nunca tuvieron respuestas concretas desde Balcarce 50, lo que empezó a generar hartazgo en muchos de ellos.
Para los mandatarios es el segundo destrato político en poco más de una semana. Días atrás los mismos gobernadores no fueron convocados a la Casa Rosada para discutir el paquete fiscal. En cambio, Francos y Posse se inclinaron por recibir a los diez mandatarios de Juntos por el Cambio, nuevos socios del oficialismo en esta etapa donde el Gobierno busca aprobar su primera ley después de cuatro meses de gestión.