En Tierra del Fuego Salmoneras no. Turismo sí

En Tierra del Fuego Salmoneras no. Turismo sí

EN PUERTO WILLIAMS, LOCALIDAD CHILENA SITA A POCOS KILOMETROS DE USHUAIA, VOLVIO A RESURGIR LA POLEMICA ACERCA DE LA CONVENIENCIA O NO DE SU INSTALACION EN AGUAS ARGENTINAS.

Luego de publicada en la edición de ayer de Diario Prensa la noticia de la instalación concreta de las primeras jaulas de la empresa Nova Australis en aguas cercanas a la población chilena de Puerto Williams, varias voces pusieron en duda la inconveniencia de no imitar al vecino país en pos de los supuestos puestos de trabajo que significaría que también en la zona de Almanza – tal como se consideró en un proyecto afortunadamente abortado – se autorice la salmonicultura. Para aportar claridad al tema, la Fundación Ushuaia XXI, representada por su presidente y experto en turismo, Julio Lovece, se refirió a las razones por las que la capital fueguina particularmente se vería enormemente perjudicada por la aprobación de una actividad resistida por sus efectos altamente contaminantes.
• Porque nuestro destino turístico es la Terra Australis, el Fin del Mundo. Es el extremo del continente, un sitio que invoca a un imaginario que se multiplica en cada turista como pocos destinos del mundo y las salmoneras generarán un impacto que actuará en contra de ese imaginario.
• Porque para el turista potencial el Fin del Mundo es sinónimo de naturaleza alejada de los conflictos ambientales y millones de potenciales turistas están dispuestos a viajar miles de kilómetros para venir a conocer el fin del mundo y su naturaleza salvaje.
• Porque, además de ser una indispensable vía de comunicación, 9 de cada 10 visitantes navegan el Canal Beagle, transformándolo en el producto turístico más importante y emblemático de Tierra del Fuego.
• Porque el Canal Beagle es el único fiordo argentino, el único lugar de la Argentina que une la montaña con el mar.
• Porque el Canal Beagle es, por lo tanto, el atractivo emblema de nuestro destino turístico, una fuente de producción de imaginarios. Nada refleja mejor el imaginario del “fin del mundo”.
• Porque el Canal Beagle encierra valores naturales, biológicos, paisajísticos, históricos, culturales, económicos, pesqueros, gastronómicos, turísticos, etc.
• Porque la imagen que el Canal Beagle exponga, como acceso y fachada de nuestra ciudad, condiciona la calidad turística promocionada y la imagen que el visitante recibirá y se llevará de nosotros y sabemos que el potencial turista se inclinará por nuestro destino en función de la imagen que éste le inspire.
• Porque la imagen que el potencial turista tiene de esta zona se sustenta en lo que promocionamos y vendemos: calidad escénica, naturaleza prístina y autenticidad cultural de la región. No ofrecerle esas condiciones, una vez efectivizado su viaje, no deja de ser una estafa y porque si no existe una relación clara entre lo que el visitante espera del sitio y lo que realmente encuentra, no hay desarrollo turístico posible.
• Porque la no protección de los valores que encierra el Canal Beagle, implicará un proceso de degradación y pérdida de la identidad, de ese imaginario y de la autenticidad que reclama el turista actual, transformando a Ushuaia en un destino turístico vulgar.
• Porque mal podemos hablar de turismo si no conducimos a esta actividad, por un proceso de planificación y gestión adecuados, que garantice el futuro de los beneficios que el paisaje en general y el Canal Beagle en particular, nos otorgan.
• Porque el turista de hoy, evita aquellos destinos con problemas sociales y ambientales. Incluso las noticias de conflictos o accidentes ambientales espantan al turismo, tirando a la basura todo esfuerzo de marketing y promoción llevados a cabo durante los últimos años y una muy lenta recuperación que puede implicar décadas.
• Porque no podemos ignorar que la actividad turística se encuentra totalmente afianzada en nuestra provincia y en particular en Ushuaia, mucho antes que cualquier otra actividad actual efectiva o potencial.
• Porque no pueden realizarse actividades que puedan erosionar aquellos valores en los que se sustenta el turismo. De la misma forma sería altamente recomendable que en cada oportunidad en que se prevea el desarrollo de una determinada actividad industrial que pueda implicar ciertos riesgos para la actividad del turismo, sea de información abierta, transparente y, sobre todo, consensuada con los actores del turismo.
• Porque el desarrollo de actividades que pueden impactar en la calidad de nuestro producto turístico, nos pone en una situación de desventaja respecto de otros destinos turísticos similares.
• Porque un manejo inadecuado de nuestros atractivos, puede convertirnos en “lugar de paso” hacia otros destinos con atractivos de mayor calidad natural y cultural.
• Porque el peor enemigo del turismo es la mezcla desordenada e incompatible de los usos de una determinada región. Para evitarlo se debe realizar una estricta planificación que identifique y proteja los valores ambientales, culturales y paisajísticos. Justamente lo que la salmonicultura convencional a gran escala, amenaza principalmente y ha destruido en el sur de Chile.
• Porque la primer contaminación que genera las salmoneras, es la visual. Banalizando el paisaje y destruyendo sus valores económicos, espirituales, escénicos, históricos, sociales e identitarios.
• Porque del turismo viven, en la ciudad de Ushuaia, no menos de 17.000 personas y no parece ni justo ni razonable que se ponga en riesgo la sustentabilidad de los recursos naturales, materia prima del turismo.
• Porque las salmoneras contradicen plenamente los preceptos del compromiso Onashaga.
• Porque la instalación de jaulas y salmones (especie exótica) generarán un desequilibrio del que serán víctimas los integrantes de nuestra fauna autóctona y que son parte del atractivo turístico ya afianzado e indispensable.
• Porque los lobos marinos, grandes protagonistas de nuestras excursiones marítimas, pueden ser atacados o expulsados al verse atraídos por las jaulas salmoneras. En Chile los lobos son combatidos a tiros o palos.
• Porque si en Chile, en 40 años que lleva de implementación esta actividad, no han logrado una relación más amigable con el medio ambiente, nada se puede esperar que lo logren en nuestra provincia.
• Porque debería ser una alarma para nosotros, que en varios países del mundo, aún sin una mirada muy conservacionista, han prohibido la instalación de este modelo de producción de salmones al considerarlo altamente contaminante.
• Porque los residuos generados por las salmoneras, incluso las mismas jaulas ancladas al fondo del mar, pueden transformarse en una verdadera trampa y riesgo para las naves que llevan a cabo las excursiones turísticas.
• Porque con toda seguridad, los lugares elegidos como los más aptos para la instalación de estas salmoneras, serán las bahías y fiordos más atractivos para el turismo, por lo que esta actividad combatirá directamente con la mencionada actividad.
• Porque los accidentes conocidos en las salmoneras de Chile, han significado un verdadero desastre ecológico con consecuencias aún no estimadas pero que modificaron definitivamente los ecosistemas lindantes. Además de haber desalentado potenciales inversiones en infraestructura turística.
• Porque existe un rechazo cada vez más generalizado respecto de la carne de salmón, su calidad, su dudosa imagen culinaria muy cuestionada por los más prestigiosos chef del mundo e incluso de nuestra ciudad.
• Porque estos sectores naturales absolutamente singulares en el mundo, pueden generar muchos más puestos de trabajo con el turismo, que con la producción y engorde de salmones.
• Porque no se dispone de alternativas de mitigación ante la mortandad de salmones que siempre se suscita en este tipo de producciones, hecho que seguro significará que los salmones muertos sean arrojados al mar con el terrible impacto que ello promete. ¿Será acaso este espectáculo el que vienen a conocer los turistas?
• Porque la metodología implementada por estas empresas salmoneras, consiste en mudarse a otros sectores una vez contaminados los ocupados originalmente, sin ningún plan de remediación ya que éstos demandan varias décadas y esfuerzos presupuestarios. Esto significará la inutilización o banalización de diferentes sectores turísticos.
• El espacio utilizado por la industria salmonera, la contaminación química, los desechos industriales, el tráfico de embarcaciones y la contaminación acústica, impactan negativamente sobre el hábitat y/o rutas migratorias de mamíferos marinos, provocando en muchos casos la exclusión de estas especies. Se registran además enmalles incidentales en redes y matanza ilegal de lobos marinos y delfines.
• Porque el cultivo produce residuos que actúan como fertilizantes que promueven la proliferación de microalgas tóxicas, como las que producen las mareas rojas, afectando la vida humana y la fauna marina.
• Deberíamos preguntarnos por qué países de alta experiencia en turismo, prefieren comprar el salmón producido en Chile, antes de contaminar o poner en riesgo los atractivos turísticos que ofrecen al mundo.
• Porque el argumento de cambio de la matriz productiva en la provincia, en este caso resulta utópico ya que difícilmente el trabajador que hasta ayer cumplía funciones en una fábrica, decida asumir un trabajo tan riguroso y crudo como el exigido por las salmoneras.
• Porque la introducción de millones de salmones no deja de ser preocupante, más con la experiencia de la que disponemos con otras especies exóticas introducidas a nuestro territorio en el pasado.
• No menos de 23 Ongs ambientalistas de carácter nacional e internacional y otras tantas patagónicas y la totalidad de las locales, se oponen terminantemente al desarrollo de este tipo de emprendimientos. Estas organizaciones nucleadas en un foro especial, han concluido en un extenso informe que expresa: “En vista de la fragilidad, riqueza y carácter de las aguas de Tierra del Fuego, la inserción de una industria de alto impacto representa una amenaza a la conservación de especies y ecosistemas. Recomendamos en consecuencia proteger los ambientes de las graves consecuencias del cultivo de salmónidos exóticos prohibiendo esta particular forma de la acuicultura en la Tierra del Fuego y en cualquier otro sitio del litoral marino nacional.
• Porque muy destacados y experimentados biólogos del CADIC, quienes se encuentran estudiando las aguas y costas del Canal Beagle desde hace décadas, se oponen categóricamente a la instalación de este tipo de salmoneras en nuestra región.
• Porque el Canal Beagle es un sistema semicerrado, donde las entradas y salidas del agua son limitadas. Por eso la contaminación producida por la actividad salmonera se acumulará por tiempos impredecibles.


Edición:

Diario Prensa
Noticias de:  Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.

https://www.diarioprensa.com.ar