Encendida polémica en torno al emblemático cartel ubicado en la costa y su reemplazo por otro, resultante de un concurso.
El histórico cartel diseñado por la artista local Elsa Zaparart será reemplazado por una nueva obra de autoría del arquitecto riograndense Ariel Barría Legue. Mientras parte de la comunidad rechaza el cambio, desde la organización del certamen aseguran que la actual estructura será preservada en un museo y en el mismo lugar, montada la nueva insignia turística.
La obra ganadora y su autor, el arquitecto riograndense Ariel Barría Legue.
Lo que comenzó como un concurso de ideas para renovar el punto fotográfico más popular de Ushuaia se transformó, de manera inesperada, en un motivo de fuertes controversias. La Agencia de Desarrollo Ushuaia, el Municipio y el Colegio de Arquitectos de Tierra del Fuego organizaron un certamen para elegir un nuevo cartel de bienvenida en inmediaciones del muelle turístico. Pero al anunciar que la actual estructura —la emblemática obra de la artista Elsa Zaparart— será retirada, muchos vecinos expresaron su rechazo en las redes sociales.
Barría Legue recibió con felicidad el premio junto a sus hijos: «Aunque no lo crean ellos también me ayudaron con un programa que usan para recortar imágenes y hacer fotomontajes. Mi compañera de vida también aportó y juntos en familia elaboramos la obra».
Durante más de una década, millones de turistas y residentes se fotografiaron junto al cartel que dice “Ushuaia, fin del mundo” y “Los pobladores de Ushuaia les damos la bienvenida”, acompañado por pintorescas casitas pintadas a mano en estilo naif. Sin embargo, la obra —construida en madera— sufrió el paso del tiempo y el desgaste por la cantidad de stickers que los visitantes le fueron adhiriendo.
Diario Prensa Libre consultó a los organizadores al respecto, quienes explicaron que se evaluó en un principio restaurarlo una vez más, pero la situación estructural no lo permite: “Se ha probado sacar los stickers, pero al hacerlo se pela la pintura. Es como una persona mayor, de más de 80 o 90 años: no puede moverse como una de 20. Lo mismo pasa con el cartel”, graficaron.
El segundo premio correspondió a los arquitectos de Río Grande Guillermo Comba y su esposa Daniela.
“El cartel ya no da más. Tiene un desgaste muy grande y necesita un mantenimiento constante que se volvió insostenible. Por eso, la propuesta es retirarlo con respeto y preservarlo como patrimonio, enviándolo al Museo de la Ciudad. Así lo protegemos y lo inmortalizamos”, agregaron.
En ese contexto, surgió la idea hace varios meses atrás de convocar a un concurso abierto. Se presentaron nueve propuestas, seis de Ushuaia y tres de Río Grande. El primer premio fue para el arquitecto Ariel Barría Legue (Río Grande), el segundo para el dúo ushuaiense Guillermo Comba y Daniela —arquitectos y pareja— y el tercero para Benjamín Ortega Flores (Río Grande).
“Esto no es una elección a dedo, ni por gusto de unos pocos. Es como cuando se eligió la bandera de la provincia: puede gustar o no, pero fue una decisión tomada por concurso, con bases claras y transparente”, aclararon los organizadores.
Las nuevas bases incluyeron requisitos técnicos y simbólicos: que el cartel conserve la leyenda “Ushuaia fin del mundo”, que sea doble faz para poder sacarse fotos desde la bahía y desde la ciudad, que tenga retroiluminación, reloj en ambas caras, losa radiante para facilitar el acceso todo el año y, especialmente, que sea antivandálico y de bajo mantenimiento. “No se van a poder pegar stickers. Se utilizarán pinturas especiales y materiales duraderos. Esta obra no reemplaza el valor del anterior cartel, pero responde a una necesidad concreta y actual”, enfatizaron.
El cartel original, adquirido por la ciudad a la artista plástica local Elsa Zaparart, fue durante décadas ícono turístico de Ushuaia. Hoy, deteriorado por el paso del tiempo, será retirado y resguardado como patrimonio cultural histórico en el Museo.
La exposición de las propuestas se puede visitar en la Casa 56 del Paseo de las Rosas, sede de la Cámara de Turismo. Finalizada esa instancia, comenzarán los trabajos para remover cuidadosamente el viejo cartel y emplazar la nueva instalación.
“Es entendible que haya gente que sienta nostalgia, porque ese cartel forma parte de muchas memorias. Pero también es cierto que hoy la ciudad necesita un nuevo símbolo, que conserve el espíritu del anterior, pero que dialogue con el presente y el futuro”, concluyeron.