Antiguos pobladores, pioneros del Fin del Mundo.
La llegada del primer Fadul a Tierra del Fuego, se remonta al año 1912, cuando don Barcleit, abuelo de Liliana “Chispita” Fadul y padre de Alejandro, Juana y Esther Fadul, llegó a Ushuaia.
La abogada Fadul describe así a su padre y a sus tíos: “Mi papá Alejandro fue una persona muy querida por la comunidad. Su espíritu solidario lo llevó a ser elegido presidente de la Comisión de Fomento, un cargo similar al de un intendente en la práctica, ya que por su población, la ciudad aún no tenía el status de Municipio. Por su parte, mi tía Esther, nacida en Ushuaia, fue diputada nacional Justicialista e integró el primer grupo de mujeres diputadas durante el segundo gobierno presidencial de Juan Domingo Perón, en 1952. Y en cuanto a mi tía Juana Genoveva, es una mujer muy recordada por su bondad, su empatía y el cariño que despertaba en sus alumnos como maestra de música de la Escuela N° 1 de la capital fueguina, establecimiento emplazado sobre la calle bautizada con su nombre”.
Su abuelo, don Barcleit, de origen libanés y religión cristiana, estuvo un tiempo radicado también en la ciudad de Río Grande, en donde trabó relación comercial con la familia Raful. “Allí estableció un comercio en las inmediaciones del puerto, el que al poco tiempo el fuego destruyó, regresando entonces a Ushuaia. Nuevamente en la pequeña capital del Territorio Nacional, se dedicó a vender productos de casa en casa, hasta que instaló su propio almacén de ramos generales y construyó una vivienda multifamiliar. Esa construcción es hoy patrimonio histórico, está ubicada en calle Juana Fadul 148 (ex calle Solis) y es conocida como `La Rosadita´. Cuenta con una planta baja rectangular, está cubierta por un techo a cuatro aguas y en su fachada se destacan tres entradas: las dos laterales enmarcadas por dos ventanas que aumentan la luminosidad interior y la entrada principal, rematada con un bow–window en la planta alta. El tenía tantas ganas de venir a Argentina que al poco tiempo aprendió el idioma y adquirió la ciudadanía. Y realmente se arraigó con mucha fuerza en Tierra del Fuego” – destaca la entrevistada.
Don Barcleit Fadul y su esposa María Amado tuvieron relación directa con muchos hechos históricos que afectaron a Ushuaia, como por ejemplo el hundimiento del transatlántico Monte Cervantes ocurrido en enero de 1930 y el rescate de los náufragos. Ushuaia tenía en ese tiempo una población de no más de 800 habitantes y no es difícil imaginar el impacto que significó recibir de repente, 1.500 nuevas personas en la ciudad. Todas fueron distribuidas en casas de familia, e incluso en la prisión, en donde los presos compartieron sus alimentos con los inesperados visitantes.
Respecto de sus orígenes, la abogada ‘Chispita’ Fadul evoca: “Mi bisabuelo, que se llamaba Skandar (traducido, Alejandro) Fadul, pertenecía a un pueblito muy chiquito, de muy pocos habitantes, pintoresco y de mucho verde y piedra, cuyo nombre es Baabdad y queda a 25 kilómetros de Beirut, en el Líbano. Él, con sus cuatros hijos, decidió venir a Argentina y es así como después de una larga travesía pudieron llegar a la Patagonia, la que transitaron en carreta. En el caso de mi abuelo Barcleit Fadul, fue el único que viajó a Ushuaia, ya que sus hermanos se quedaron y echaron raíces en la localidad santacruceña de Río Gallegos”.
Más cerca en el tiempo, Fadul rememora a su padre y habla de su hijo y nietos: “Mi papá, Alejandro, se casó con mi madre, Magdalena Elsa Mora, que fue maestra y directora de la Escuela Nro. 1. Ella fue la luz que marcó el camino de su familia y el de muchos niños que recibieron no sólo educación sino también calor de hogar. Recuerdo que los chicos iban a mi casa a tomar aquellas meriendas invernales, a las que su “seño” los invitaba, siempre repletas de exquisitos sabores. Yo tengo un solo hijo, que es la quinta generación de la familia, y que también se llama Alejandro. Serafina y Antonio son mis nietos, la 6ta. Generación de los Fadul. Todos estamos eternamente agradecidos por lo que Tierra del Fuego nos ha dado”.
“Seis meses sin que lleguen barcos…”
En la actualidad, con una temporada de cruceros intensa y la visita permanente de embarcaciones de carga, pesqueras o de exploración científica, en el puerto de Ushuaia, resulta dificil imaginarse cómo antaño la población se las arreglaba para sobrevivir sin recibir provisiones por intervalos entre barco y barco de hasta medio año.
Sobre aquel tiempo, “Chispita” Fadul recuerda que “Ushuaia era un puñado de apenas 25 casas con terrenos gigantes porque cada una tenía su propia quinta. Mi papá nos contaba que los barcos llegaban cada seis meses, y entonces era la Base Naval la que que ayudaba a la población civil a poder provisionarse y subsistir. La cárcel también aportó muchísimo al crecimiento de la ciudad porque había mucha actividad económica que tenía que ver con ella, además, claro, de lo que significó para el país. Mi familia proveía de carne al penal y es así como mi padre conoció a uno de los presos más famosos como fue el ‘Petiso Orejudo’.
Los Fadul y la política
Con respecto a su desempeño en la política, Liliana Fadul admite que fue la figura de su tía la que le marcó el camino: “Esther militó en el Partido Justicialista en épocas remotas del país, en los años 50. Ella fue diputada en tres oportunidades. Recuerdo que me contaba sobre la importante relación que logró entablar con Juan Domingo Perón y con Evita, a la que conoció en oportunidad de acompañar a una delegación de chicos fueguinos al primer campeonato que llevaba su nombre. Nos contó que Evita era increíble, una trabajadora incansable y que tenía una potencialidad tremenda. Era una topadora, en el buen sentido y un cascabel que hacía lo que decía. Ellos estaban en el estadio y debido a que Esther tenía un carácter introvertido, Perón la bautizó “la Pingüina”. En esa época los diputados no se designaban por elección, por lo que Perón la nombró primera representante de Tierra del Fuego en el Congreso de la Nación, con derecho a voz, pero sin voto. Posteriormente, ocupó en dos ocasiones más ese cargo pero por voto directo. Al pasar los años y tener yo misma el orgullo de ser también electa diputada nacional para el periodo 2009 al 2013, sentí al ocupar la banca que ella estaba muy cerca de mí. Yo también fui afiliada del Partido Justicialista pero por diferencias ideológicas cuando empezó la política neoliberal, fundé el Partido Federal Fueguino, que es hoy Somos Fueguinos”.
Lo que fuimos, lo que somos
Liliana Fadul continúa asomándose al pasado para contarle cómo era, a las nuevas generaciones y a los que ignoran cómo fue la Ushuaia aldeana: “Antiguamente habían muchas reuniones sociales y muchos clubes. Mi niñez fue el de una nena feliz en una sociedad en la que hubo una inmigración muy grande, sobre todo la italiana del año `48. Así se fue gestando la ciudad hasta llegar a ser lo que es hoy, y lo que somos quiénes la habitamos. Creo que tenemos que recordar los buenos viejos tiempos pero pensando siempre en los mejores que van a venir”.