La denuncia se efectuó en la Comisaría 1era y ya tomó cartas en el asunto la Fiscalía.
A raíz del estado público que tomó el caso a través de Diario Prensa Libre, trascendieron en las últimas horas mayores pormenores del deceso de una paciente durante el incendio del HRU. Desde el Gobierno provincial se continúa guardando hermético silencio sobre ese y otros casos que se constituyeron en daños colaterales del siniestro ocurrido el 7 de julio último.
A los dichos de su hermano, Julio César Núñez, publicados en la edición de ayer de Diario Prensa Libre, se sumó el testimonio de su sobrino, Maximiliano Núñez. En forma coincidente ambos acusan a las autoridades del Hospital Regional Ushuaia de no haberles informado en qué circunstancias se produjo el fallecimiento de María Elena Núñez, en el mismo horario en que un incendio sacudió la instalaciones del hospital en donde se encontraba internada.
María Elena Núñez estaba alojada en la habitación Nro 5 de la Unidad de Terapia Intensiva del nosocomio, conectada a una máquina de asistencia ventilatoria mecánica, con diagnóstico de coronavirus, cuando las llamas y el humo obligaron a evacuar el edificio. Para ello el personal de salud debió desconectar a toda velocidad a los pacientes de los respiradores, asistirlos con máquinas portátiles de oxígeno en la ambulancia que los trasladó a la Clínica San Jorge y luego volver a entubarlos en los aparatos de ese establecimiento privado.
En el caso de María Elena eso no ocurrió. No fue trasladada porque los médicos intervinientes dijeron que estaba fallecida.
¿Qué pasó en ese lapso, entre las 17.30 o 18, horas estimadas de inicio del fuego y las 19 o 19.30 en que se logró controlar el igneo?. ¿Ella murió antes de que empezara el fuego? ¿O murió mientras la desconectaban del respirador para trasladarla a la Clínica? Para esas preguntas los familiares de la mujer de 52 años de edad y madre de un hijo, no tienen respuesta.
Del mismo modo, la comunidad, tampoco ha sido informada en modo alguno de cuál fue el real saldo del incendio que azotó las instalaciones del Hospital Regional Ushuaia, en lo que respecta al aspecto humano.
Aunque para el director Carlos Guglielmi, todo estaba bien y bajo control, según lo anunció en una conferencia de prensa efectuada el mismo día, el paso del tiempo comienza a poner en dudas sus afirmaciones.
“Alguien está mintiendo…”
Maximiliano Núñez relató ayer a la prensa, en una entrevista radial: “Mi tía María Elena tenía un neumotórax que estaba siendo controlado. Le estaba yendo bien, nos dijeron que le iban a bajar los parámetros del respirador para retirárselo. Por eso cuando me llamó el doctor Adrián Tobal, jefe de Terapia Intensiva y me dijo que mi tía había fallecido una hora antes, no lo podíamos creer. El médico me dijo que estuvieron tratando de hacerle reanimación durante una hora y nos pidieron que nos acercáramos con el DNI al hospital. Yo ni siquiera sabía lo del incendio. Fuimos y estuvimos esperando hasta que se pudiera liberar un poco todo. Cuando nos dejaron pasar hablamos con el director Carlos Guglielmi, quien nos dijo que el estado de mi tía era crítico, que cada día había ido empeorando, que su fallecimiento no había tenido nada que ver con el incendio y, al igual que me había dicho Tobal, que intentaron reanimarla durante una hora. Le dije que eso era mentira porque en el parte que nos habían dado al mediodía, el médico había dicho otra cosa. Guglielmi comentó que él no sabía eso. Así se contradijeron el director y el jefe de terapia. Cuando insistí en que eso era mentira, me mandaron a hablar con Tobal, quien me dijo que ella tenía la sangre muy acida, a lo que le respondí que eso no era lo que él me había dicho esa misma mañana. El me repitió que estuvieron una hora para reanimarla y después me dijo que en realidad había estado 15 minutos”.
Desesperados, los familiares de María Elena le preguntaron a algunos empleados del nosocomio cómo había ocurrido el incendio: “Me dijeron que tuvieron que cortar la luz por seguridad. Y entonces ahí empezamos a creer que hubo negligencia. Yo trabajé en el hospital y todo está sectorizado, puede haber sido que a mi tía le hayan desconectado el respirador”.
En otro tramo de la nota, Maximiliano afirmó: “En el acta de defunción dice 18 horas y el incendio comenzó a las 17.50. Eso se va a tener que peritar. La Policía nos dijo que el incendio comenzó a las 17.30. Las autoridades del hospital no se pusieron de acuerdo ni en la hora del fallecimiento de mi tía…”.
Finalmente, también la celeridad en el procedimiento de envío del cuerpo a la ciudad de Río Grande, para su cremación, provocó el desacuerdo y la reafirmación de las sospechas en la familia de la fallecida: “El director Guglielmi nos preguntó si mi tía todavía tenía COVID o si estaba internada por las secuelas. Yo le había preguntado al médico y me había dicho que la tenían que mandar ya a Río Grande para cremar. Le dije que no quería que la cremaran hasta saber qué había pasado, pero le hicieron un test esa misma noche. Querían cremar rápido el cuerpo de mi tía”.
Los dichos de Maximiliano fueron precedidos por los de Julio César Núñez, quien contundentemente había afirmado: “Dios se va a encargar de los que fueron culpables, querida hermanita…” y “Peleaste contra el virus y ganaste esa batalla tan dura pero esta tragedia imperdonable del hospital hizo que vueles a los brazos de papá…”.
Los familiares de María Elena Núñez radicaron una denuncia en dependencias de la Comisaría 1era de Ushuaia y las actuaciones fueron giradas al Juzgado de Instrucción de turno, con intervención de la Fiscalía.
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