¡Feliz batianiversario… Batman!

¡Feliz batianiversario… Batman!

“No hay nada como Batman en la TV hoy, o como las series clásicas de los 60. Todo tiene una fórmula y es muy parecido. Y creo además que en la televisión hay mucha violencia y faltan valores.”

Adam West – Entrevista en la Argentina. 1999.

Como propuesta para este periodo vacacional y relajado de enero de 2019, vamos a continuar con aquellas series televisivas que marcaron época.
Este fin de semana se cumplieron 52 años de la primera emisión de la icónica miniserie “Batman” (el hombre murciélago), protagonizada por el inolvidable Adam West que le dio un cariz inigualable al superhéroe que luchaba contra el crimen organizado en la asediada ciudad Gótica.
La serie televisiva abrió su temporada un miércoles 13 de enero de 1966 en la cadena ABC de los Estados Unidos. Con un total de tres temporadas y tras 120 capítulos emitidos -incluyendo una inolvidable película con los mismos actores-, concluyó su fugaz e intensa existencia un 14 de marzo de 1968.

Un capricho de William Dozier

Los orígenes de este enigmático héroe se encuentran en la historieta de Batman, cuya primera aparición se dio en Detective Comics N° 27, creada en 1939 por el dibujante Bob Kane y el guionista Bill Finger; y si bien tuvo una primera adaptación a la televisión como miniserie en 1943, la terquedad del productor William Dozier, en darle la impronta que finalmente tuvo la serie, convirtió a al Batman de la década de los 60s en la mejor adaptación de la historia de un cómic al cine y la televisión.
Ocurre que en el año 1964 el dueño de emporio Playboy estaba proyectando con gran éxito en su selecto club, los capítulos del Batman de los 40s, del que era un entusiasta admirador. Se encontraba en el lugar un directivo de la cadena televisiva ABC y quedó impactado por la efusividad del público: ¡aplaudían y aclamaban los desenlaces y silbaban compenetrados la aparición de los villanos de turno! Ello llevó a que la ABC comprara los derechos para proyectar Batman y encargara a la Twentieth Century Fox realizarla.
William Dozier, un lector oculto de comics, se enteró de lo que se estaba gestando y se puso en contacto con la ABC, logrando quedar en 1965 responsable de la producción ejecutiva de la nueva serie. Los directivos de ABC y la FOX habían convenido en producir un policial que pusiera énfasis en el lado detectivesco de Batman, pero Dozier tenía una idea totalmente diferente.
Pensaba que era mejor invertir el sentido y en lugar de humanizar a Batman para adaptarlo a la Televisión, más bien se debía convertir la escena televisiva en un gran comic. De este modo, el público seguía siendo un lector y no un televidente clásico y el televisor, un medio sofisticado para reproducir una historieta animada, brindando la ilusión óptica perfecta de la atmósfera de las revistas en la pantalla. Quería realizar un dibujo animado protagonizado por actores reales y jugar con la verosimilitud de ese encuentro de mundos que hasta ese momento, habían sido imposible de realizar.

Una atmósfera poco seria

La segunda idea de Dozier, también tan resistida como la primera, fue que los comics eran poco serios y que por ello merecían contar con altas cuotas de humor absurdo. Para ello, Dozier se contactó con Lorenzo Semple, un guionista especialista en escribir comedia. Esta comunión explosiva terminó en definir el argumento central del piloto.
Fue así que la serie finalmente se caracterizó por el humor, un absurdo lenguaje apoyado por un telón de fondo que incluía una paleta cromática pop inconfundible y por la utilización de elementos visuales del cómic, como el vestuario y la presencia de onomatopeyas para representar las peleas: inolvidables serán las viñetas que aparecían luego de cada golpe propinado por Batman y Robin a sus circunstanciales adversarios: Pow!!, Biff!!!, Sock!, Kapow!…
Párrafo aparte merece la característica banda sonora que acompañaba la serie, con ese riff de guitarra tan particular y la repetición hasta el hartazgo del vocablo “Batman”.
Dentro de los delirios televisivos y cinematográficos del Batman de los 60s, se encuentran pasajes inolvidables como la competencia de surf con un Batman y Guasón en traje de baño y el repelente espanta tiburones; el sensual baile de Batman con Gatúbela; Batman corriendo de un lado al otro con una bomba a punto de detonar en la mano en un puerto de ciudad gótica; y desde ya, todas y cada una de las intervenciones del Guasón, interpretado por el inigualable César Romero.
Pero Dozier y Semple no estarían solos para encarar aquella hilarante cruzada del abusurdo y divertido pop psicodélico, ya que contaría con un entrañable aliado para perpetrar su plan: el aún más delirante actor Adam West.

Adam West. Un gran modelo para el nuevo Batman

Cuenta el actor que cuando le ofrecieron el papel protagónico de la serie lo rechazó porque deseaba hacer una carrera seria y temía ser encasillado en un personaje. Pero luego cedió a la curiosidad y aceptó leer el guión.
Al otro día le confesó a su agente que había reído toda la noche y que con gusto aceptaría ser el nuevo Batman.
Adam West estaba dotado de una comprensión y aceptación del kitsch increíbles, tan increíble como el altruismo del millonario Bruno días y la nobleza de su alter ego encapotado. Dueño de una frescura envidiable, sus gestos irónicos y la soltura con la que deslizaba sonrisas ante los diálogos más desopilantes, lo convirtieron en el mejor Batman de todos los tiempos.
Pero el Batman de West también tuvo sus aportes culturales. En cada capítulo hubo siempre una moraleja sobre la importancia del respeto por las normas, la sana creencia de la redención de los criminales (que solían engañarlo aprovechándose de su nobleza) y sobre todo, la capacidad inigualable de que Batman pudiera reírse de sí mismo, aún en las situaciones más traumáticas, cuando queda preso de las artimañas de sus archienemigos del hampa.
Puede afirmarse que con el talento de West nació un Batman diferente al caballero de la noche, rudo y neurótico en que intentan convertirlo las épocas actuales. Los siguientes Batman del cine y la televisión nunca podrán superarlo. De hecho, quizá Batman le deba a Adam West su popularidad mundial.

¡Santos Balances positivos Batman!

Más allá de todo, el Batman de Adam West no dejaba de ser un hombre comprometido con lograr una sociedad más justa, libre del hampa y la inseguridad. No era un superhombre con poderes (estilo Superman), si no un altruista que con su dinero era capaz de desarrollar un centro científico (eso era después de todo la “Baticueva”) para lograr una sociedad mejor.
Emocionalmente preparado para trabajar en equipo, junto con su inseparable compañero Robin (protagonizado por el estridente Burt Ward), el dúo dinámico se las ingeniaba para salvar a ciudad Gótica de criminales de la talla de “el Guasón”, “el Pingüino”, “el Acertijo” y la siempre sensual “Gatúbela”, los cuatro villanos que más apariciones tuvieron a lo largo de la serie.
Batman contó además con elementos que funcionaron como íconos de una cultura pop en pleno auge, que apoyaban la identidad de los personajes y la estética del programa. Nació aquí la “Batiseñal”, el “Batituvo”, el “Batifono”, el cinturón multifunciones de Batman, acompañados por los inolvidables medios de transporte como el “Batimovil”, el “Batihelicóptero” y hasta una ¡”Batipatineta”!
Muchas cosas para destacar, tantas que no alcanza con una columna en Diario Prensa. Así que les propongo que no se pierdan la segunda parte, siempre en el mismo “Batidiario” y por el mismo “Baticanal”…



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