“Fui abusada por mi padre pero la Justicia no me escuchó”

“Fui abusada por mi padre pero la Justicia no me escuchó”

Inédita presentación ante la Justicia fueguina de una menor de 12 años de edad, en disconformidad con un fallo que la involucra en forma directa. Su padre fue absuelto hace algunas semanas atrás en una causa en la que se le imputaba haber abusado sexualmente de ella, a sus 3 años y 10 meses de vida.

Con la representación legal del abogado Rodrigo Guidi, una niña de Ushuaia se dirigió al Tribunal Oral en lo Criminal integrado por los jueces Rodolfo Bembihy Videla, Maximiliano García Arpón y Alejandro Pagano Zabalía para pedir que se anule el fallo “dictado sin perspectiva de niñez ni de género”, y se efectúe un nuevo juicio.  El expediente se inicio en 2014 y  tuvo sentencia definitiva recién 8 años después, en mayo de 2022.

“Fui abusada por mi padre pero la Justicia no me escuchó”

Mientras en la provincia la opinión pública se veía ayer conmovida por titulares de prensa que indicaban “Denunció a ex por abuso de su hija para no permitir el contacto, el hombre fue absuelto después de 7 años” y “El calvario de un padre que fue separado de su hija”, entre otros del mismo tenor,  Diario Prensa Libre accedió a una copia de un escrito, que – en forma inédita en la historia judicial fueguina – presentó ante la Justicia la niña aludida, expresando su disconformidad con un fallo que la involucra y  que pide que se anule.
La menor en cuestión, actualmente de 12 años de edad, refirió sentirse profundamente afectada por la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal, compuesto por los magistrados Rodolfo Bembihy Videla, Maximiliano García Arpón y Alejandro Pagano Zabalía, a través de la cual se absolvió al acusado, su propio padre, del delito de “abuso sexual simple agravado por el vínculo”. Al enterarse de la resolución judicial, sintiéndose “profundamente triste, desilusionada, con la sensación de no haber sido tenida en cuenta y considerada hasta mentirosa” –  tuvo la iniciativa de relatar ella misma, de puño y letra en un borrador, nuevamente las vivencias que impulsaron la acción penal en contra de su padre, las que luego fueron volcadas a una nota formal, con el añadido de jurisprudencia y otras citas documentales, por el abogado Rodrigo Guidi. El letrado presentó ante los estrados judiciales ese material solicitando la nulidad del juicio en el que se absolvió a su padre, insistiendo en expresar que fue victimizada por él a sus 3 años y 10 meses de vida.
En el escrito ingresado a través de la mesa de entrada del Poder Judicial fueguino, la nena hace notar que durante el juicio “no se puso a mi disposición la figura del Abogado del Niño, tal como está establecido en la legislación en este tipo de casos. No se me brindó tampoco la protección que se me debe garantizar en mi doble condición de mujer y niña, ni se cumplió con la obligación estatal de escucharme. Todo el proceso en sí, fue conducido y desarrollado sin perspectiva de infancia y sin perspectiva de género, desconociendo la doble condición de vulnerabilidad en la que me encuentro, de ser mujer y menor de edad, perspectiva que de haberse aplicado, el resultado del juicio hubiera sido diametralmente opuesto”.
La niña, siempre a través del abogado Guidi, reclamó “los derechos de acceso a la justicia y a la tutela judicial efectiva que me asisten y que incluyen el derecho de los menores víctimas de un delito a ser oídos y a ser parte en el proceso como sujeto y no como objeto”.

 “Fui abusada por mi padre pero la Justicia no me escuchó”
En los oficios ingresados a la Justicia se rememora que “la causa se inicia el 27 de mayo de 2014, mediando denuncia formalizada por mi madre contra mi padre, por el delito de abuso sexual contra mi persona. En dicha denuncia mi mamá relata lo que con mis escasos 3 años y 10 meses de edad pude contar de mi padecimiento. Obsérvese que la sentencia que aquí se recurre fue dictada el día 17 de mayo de 2022, es decir 8 años después”.
En lo concerniente al rol que desempeñó el fiscal en el caso, Eduardo Urquiza, hay en el escrito un marcado tono crítico: “No puede pasarse por alto que el primer organismo judicial que toma contacto con mi caso es el Ministerio Público Fiscal, Ministerio que entre otras funciones tiene la primordial misión de velar por la legalidad de los actos. Es ese mismo Ministerio Fiscal que propuso la absolución del acusado – mi padre – por el beneficio de la duda, conclusión a la que llega como consecuencia de las irregularidades del proceso que desde su mismo Ministerio debió evitar por sobre todas las cosas. Vaya paradoja. En el análisis que realizó de las pruebas el fiscal manifiesta un sesgo machista y carente de mirada de infancia. El fiscal debió velar por mis derechos constitucionales y convencionales como parte de sus funciones pero no lo hizo. Debió realizar una reconstrucción de los hechos con una mirada de niñez y género pero tampoco lo hizo”.
Sobre el objetivo perseguido a través de una presentación que no registra antecedentes en la historia de la Justicia fueguina, por parte de una menor de edad que decide expresarse sobre un fallo que la afecta de manera directa, ella – con la adecuación en el lenguaje aportada por el letrado – lo explica así: “En mi caso se violaron todas las garantías como víctima de un delito de abuso sexual en mi doble situación de vulnerabilidad: mujer y niña. La Justicia ignoró distintos testimonios presentados sin que ninguno de ellos fuera analizado bajo los parámetros internacionales de escucha a los niños y adolescentes. Aquí hubo un sesgo machista y adulto. La postura de los jueces fue anti infancia. El Tribunal de Juicio en lo Criminal se encargó de desprestigiarme al tratarme como adulta, para descalificar los hechos al punto de considerar que el abuso sexual denunciado no existió. La sentencia en cuestión afrenta mi dignidad humana, atenta contra mis derechos a una vida libre de violencia, a mi integridad física y mental, en franca oposición a lo normado en el artículo 19 de la Convención de los Derechos del Niño y me hace víctima también de violencia institucional. Por todo lo expresado solicito al Tribunal se anule la sentencia de fecha 17 de mayo de 2022 mediante la cual se absolvió a mi padre del delito de abuso sexual simple agravado y reiterado; se admita mi legitimación como víctima para recurrir un fallo sin perspectiva de género ni perspectiva de infancia y se ordene la realización de un nuevo juicio conforme a derecho y subsidiariamente se revoque la sentencia dictada por la causal de arbitrariedad”.


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