Generosidad versus egoísmo

Generosidad versus egoísmo

Generosidad versus egoísmoEs una práctica habitual en mi día de guardia, concurrir al quirófano a ver cómo esta conformado el equipo de guardia. Esta vez, en la puerta, vi caras conocidas junto a una familia angustiada. Por pudor personal no pregunté nada, pero el llanto me hizo pensar en que algo malo estaba pasando. Las lágrimas nunca son buena señal en ese lugar. Al entrar al quirófano mis colegas junto a un equipo de salud estaban practicando una ablación de órganos para el INCUCAI.
Ahí me enteré que esa persona ya no estaba en este plano físico y terrenal, pero que antes de partir, en la lucidez y la generosidad de su vida, había decidido donar sus órganos para que otros pudieran seguir viviendo. Tuve el privilegio de ser testigo de un acto de amor inmenso.
Estaba frente a una heroína que no pidió serlo. El silencio de máximo respeto, en la sala, solo cada tanto era roto por las indicaciones de los médicos.
Llegaban a mis oídos los sollozos de los que despedían a ese familiar y pensé en cómo se tornarían en alegría en esas otras familias que ésta noble mujer estaba beneficiando con un acto de humanidad, de desprendimiento extremo. Indefectiblemente pensé en la raza humana. En que la humanidad comenzó con el descubrimiento de un fémur curado. Con esos restos humanos de muchos años de antigüedad, justo en ese momento de la historia, nacimos cómo especie singular y única. Es que en el mundo animal un par herido es la muerte segura, las manadas, las jaurías, las bandadas, no se detienen frente a un individuo maltrecho…
Ese hombre con el fémur roto sobrevivió gracias a una persona que se quedó a cuidarlo, a darle de comer a calmar su dolor y ansiedad, a hacerle compañía.
Nunca es buena la partida de un ser querido por más que las vivencias, los ejemplos que nos dejan, las risas que resonarán en nuestros oídos para siempre, sean nuestro refugio en los momentos de flaqueza.
En contraposición a tanta generosidad, es el egoísmo que gran parte de la población ha desarrollado como un modo de vida, lo que nos aleja del concepto de civilización. Debemos reflexionar y entender que para salvarnos como sociedad debemos volver a los orígenes y recuperar el valor del entramado social, de la solidaridad, por encima del individualismo.
Por una persona como la que hoy nos dejó, nació la humanidad.
¡Vuele alto señora! Para la familia mis condolencias.
En lo personal, gracias por enseñarme a ver con otros ojos.
Donar órganos salva muchas vidas.


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