El gran desafío: cómo evitar que el “nuevo” turismo colisione con el ya existente

Turismo Informal (Cuarta Parte)

Intentamos informar al lector, especialmente a aquel que no está familiarizado con la dinámica turística, respecto del gran debate que se está suscitando en el mundo en relación al uso de las plataformas de Internet que ofrecen servicios al viajero, consistentes en alojamiento, «experiencias turísticas o culturales», traslados e incluso viajes de negocios. Decíamos que el imparable incremento del uso de estas plataformas, parece estar marcando un antes y un después en la industria del viaje. A punto tal que se habla de esta nueva etapa como la del «post turismo». En Ushuaia no podemos esquivar al debate y deberíamos inmediatamente comenzar a analizar y planificar cómo enfrentar las consecuencias negativas y positivas de este nuevo turismo.
El debate del que hablamos, no apunta esencialmente al uso o no de estas redes, sería de necios no aceptar la formidable llegada que tienen a tal punto que hoy, un 70 % de personas que planifican su viaje, primero se informan a través de Internet. El 54 % admite que la decisión de compra de su próximo viaje ha sido por lo hallado en Internet, mientras que otro 44 % tomó la decisión por lo informado a través de familiares y amigos.
Existen lógicamente dos posturas antagónicas respecto de esta problemática, una de ellas considera que debe propiciarse una desregulación absoluta que fortalezca esta nueva demanda, la otra considera que la adaptación debe aplicarse a esta novedosa alternativa, haciéndole cumplir la legislación vigente y, en el mejor de los casos, actualizar las leyes.
Los principios del turismo colaborativo, parecen haber sido deglutidos por el incremento exponencial de las ganancias de estas plataformas, que ahora ofrecen de todo, a punto tal que hay quienes afirman que si mañana alguien quisiera comprar a Airbnb, por ejemplo, debería disponer de unos 20.000 millones de euros. No es para menos, esa plataforma dispone de una oferta que supera las 330.000 habitaciones. Ya hemos dado las otras cifras relacionadas con Trips, su nueva plataforma que ofrece nuevas «experiencias» en las más distantes ciudades del mundo.
En estas cuatro notas en las que reflexionamos sobre el turismo informal, procuramos ponernos al día respecto de un proceso que incluye la histórica problemática del turismo ilegal y que hoy se ha multiplicado varias veces gracias a la informática y a la optimización de las comunicaciones. Hemos buceado en las nuevas tendencias de una demanda turística siempre ansiosa y expectante, hecho que ha motivado la creación de plataformas que ofrecen todo tipo de productos y servicios y que, hallaron en el turismo, un campo fértil y rico en oportunidades. Descubrimos el turismo colaborativo y, el negocio multimillonario que implica, para algunos, un turismo bajo la máscara de las denominadas «nuevas experiencias», que favorecen la puesta en oferta todo tipo de alternativas que pueden hacer, de cualquiera de nosotros, un nuevo prestador de servicios. Seguramente todo esto nos deja algunas dudas.
De algo podemos estar seguros, determinados procesos son imparables y nos queda enfrentarlos sin tapujos. Con la legislación en una mano, pero con un plan en la otra.
Seguramente dentro de no mucho tiempo más, estaremos viviendo un turismo totalmente diferente, también en Ushuaia. Un turismo en el que la contratación de servicios y atractivos en poco se parecerá a lo que conocemos. Enfrentaremos enormes desafíos por parte de millones de potenciales visitantes que pretenderán hacer en nuestra ciudad, lo que ya vienen haciendo en otros lugares. Es que se trata de una actividad tan dinámica que no terminamos de aprender a manejar una nueva herramienta y ya tenemos otras de las que casi nada sabemos.
En ese nuevo mundo, las excursiones que hoy ofrecemos, ya no serán suficientes. Algunos de nosotros lo venimos advirtiendo hace un par de décadas. En la mayor parte de los destinos turísticos medianamente competitivos, es absolutamente impensado no incluir a la cultura, por ejemplo, como «el» atractivo. ¿Y qué son esas «nuevas experiencias» sino permitir vivir al visitante, tres o cuatro días como verdaderos fueguinos?. No es adaptarnos a su cultura, es hacerlos vivir la nuestra. Pero para ello tenemos que saber vivir nosotros mismos como fueguinos, rescatar esa experiencia y fortalecerla.
De nada podemos estar seguros, solamente que este nuevo turismo, según traspase nuestra imaginación, deberá ser ubicado en un nuevo contexto. En esa duda hoy aplicamos las leyes a quienes están dispuestos a respetarlas, mientras que no sabemos qué hacer con quienes no quieren hacerlo.
Este nuevo turismo está generando muchos conflictos en el mundo, si vamos a permitirlo procuremos hacerlo también con las soluciones a las contradicciones que indefectiblemente vienen con él. Caso contrario una vez más imitaremos un supuesto desarrollo en su lado más fácil, mientras que por el otro, nos limitaremos a soportar lo que no somos capaces de procesar como es debido.
El desafío pasa, no por copiar apresuradamente las modas gestadas en otras realidades, sino por interpretar y adquirir la madurez necesaria como para prepararnos a nuevas demandas sin perder el control de lo hecho y, sobre todo, evitar colisionar un nuevo turismo con el ya existente. Nadie dice que sea fácil, quizás por ello el desafío es tan atractivo.


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