“Huellas en el Cielo”, de las mascotas que amamos y nos amaron

“Huellas en el Cielo”, de las mascotas que amamos y nos amaron

Tierra del Fuego ya cuenta, en la faz privada, con el servicio de cremación de animales de compañía.

“Huellas en el Cielo”, de las mascotas que amamos y nos amaron

 

En diálogo con Diario Prensa Libre, el titular de Sanatorium S.A, Guillermo Carlos Alcoba, expuso las características de una prestación novedosa, necesaria y pensada para brindarle un adecuado tratamiento a los restos de esos pequeños seres no hablantes que nos acompañaron y prodigaron amor y alegría.

“Después de muchos años de juegos, paseos y experiencias compartidas, China nos dejó sumidos en el dolor cuando se fue al cielo de los perros, hace algunas semanas atrás. A su ausencia sin retorno se sumó la pregunta de cómo proceder para darle a su cuerpito un destino digno en el que se reflejara nuestro inmenso amor hacia ella. Hoy desde la pequeña urnita en la que sus cenizas descansan, nos continúa acompañando mientras encontramos la planta más linda que se nutra de ellas. Así, creemos que la vida de Chinita renacerá, traducida en hermosas flores”.
Así se expresaba una vecina de Ushuaia que decidió confiarle la cremación de los restos de su incondicional amiga perruna a la firma “Huellas en el Cielo”, de Sanatorium S.A. El servicio es novedoso en la provincia y cubre una demanda que se emparenta con la transmutación de una ciudad compuesta antaño por casas con patio a la actual, en la que los edificios de altura, sobresalen en el paisaje urbano.
Guillermo Alcoba, desde su oficina ubicada en el complejo que se alza en inmediaciones del Río Olivia y que se puede apreciar cuando se bordea el barrio 640 Viviendas por Perito Moreno, dialogó con Prensa Libre sobre las actividades que allí se realizan a diario: “La empresa comienza a funcionar en 1996 con el tratamiento de residuos patológicos. Nuestros clientes eran los odontólogos, centros médicos privados y el hospital de la ciudad. Observamos entonces que existía la necesidad de tratar otro tipo de residuos peligrosos como lo son los lubricantes usados y otros productos químicos provenientes de talleres mecánicos, lubricentros, agencias oficiales y también líquidos de sentinas de barcos, especialmente en las temporadas de cruceros pre pandemia, claro. Luego sumamos el tratamiento de aceites vegetales usados en rotiserías, restaurantes, hoteles y otros locales gastronómicos y así la empresa fue creciendo. En la actualidad la última unidad de negocios que incorporamos fue la cremación de animalitos de compañía. Acá quiero aclarar que esto último no nació bajo el concepto de tratamiento de residuos porque el servicio que le brindamos a las mascotas es el mismo que se brinda en crematorios de seres humanos”.
La observación de los cambios que fue experimentando la sociedad fueguina, llevó a Alcoba a desarrollar una propuesta que inmediatamente contó con una buena recepción: “La idea surgió del problema que deben afrontar las familias cuando se les muere el perro o el gato y que no cuentan con un lugar para sepultarlos. Acá no hay espacios destinados a ese fin y particularmente en invierno, las cosas se complican todavía más. No pasa desapercibido para nadie que cambió mucho la forma de vida en Ushuaia y que hay mucha gente que vive en edificios. Muchas personas alquilan y lógicamente no quieren sepultar allí a sus mascotas porque después saben que se van a mudar o tal vez se encuentran con que el propietario no lo permite. Notamos entonces que hacía falta un servicio para satisfacer esa necesidad, que podíamos ser muy útiles a la gente y también a nuestra empresa porque nos permitía sumar otra unidad de negocio. Justamente Sanatorium S.A., se ha ido expandiendo en función de las necesidades que detectábamos y para las que creábamos un servicio o solución. Demás está decir que el nuestro no es un servicio más ni un servicio cualquiera, no. Es un servicio en el que el componente humano es sumamente importante. Afrontamos el desafío de poder resolver una situación que nos plantea la persona que nos llama, para que el trance por el que está pasando le sea lo menos difícil posible. A las personas que pasan por una perdida así, que ojalá a uno no le pase muchas veces en la vida, los atiendo yo por lo general personalmente porque sé que es un momento muy difícil que hay que entender. La experiencia siempre es compartida con los demás integrantes de Sanatorium para poder todos juntos brindar un servicio de excelencia. Ante la pérdida nosotros damos solución al interrogante ¿y qué hago ahora con el cuerpo? En medio de todo el dolor, del recuerdo de los momentos compartidos con ese amigo o compañero, la persona puede sentir que hizo algo más por la mascota, que cumplió con ella y que le retribuyó tanto amor con una atención especial, porque el proceso es idéntico al de las cremaciones de humanos”.
Consultado sobre cómo se presta en la práctica el servicio, Alcoba explica que “luego de que se comunican con nosotros vamos a buscar el cuerpo en el domicilio o a la veterinaria que se nos indique. Luego lo trasladamos en un vehículo adaptado para la función. Proveemos una bolsa mortuoria especial en donde el animalito puede ir envuelto en su mantita o en su camita, con algún elemento que haya usado durante su vida, como puede ser su juguete preferido. Una vez en el predio, procedemos a hacer la cremación individual. Aclaro esto porque en otros lugares del país se hacen cremaciones colectivas, pero no es nuestro caso. El tiempo máximo para la entrega de las cenizas es de 72 horas pero puede ser mucho menos. Esto es así porque el horno trabaja a una temperatura de 1.200 grados y hay que esperar a que se enfríen para después trasvasarlas a la urnita que le entregaremos a la persona o a la familia, en su domicilio. Las cenizas son un material inerte que se colocan en una urnita de cartón de muy buena calidad y biodegradable. Elegimos este tipo de material porque muchas personas nos manifestaron su deseo de darle una continuidad de vida a los restos de su mascota, enterrando la urnita en una maceta con una planta o un árbol. En mi familia por ejemplo, cuando sufrimos la pérdida de nuestra perra después de 17 años de compartir hermosos momentos con ella, decidimos cremarla y enterrar la urnita en el jardín de invierno de la casa, en donde está rodeada de plantas y en un lugar en el que nosotros pasamos tiempo juntos. Otras personas deciden guardar la urna entre sus pertenencias más queridas”.
Con respecto a cuánto cuesta el servicio de cremación de la mascota, el entrevistado responde que “tal vez se piense que un servicio integral como el que prestamos pueda ser caro, pero esto no es así. Retirar el cuerpo de donde se nos indique, proveer la funda especial, trasladarlo al crematorio, cremarlo y entregar las cenizas en una urnita en domicilio cuesta el equivalente hoy más o menos a una bolsa de comida para perros”.
La creación de Huellas en el Cielo tiene además un componente relacionado con aspectos ecológicos y sanitarios. “Suele ocurrir – consigna Alcoba – que algunas personas sufren la pérdida de una de sus mascotas por alguna enfermedad infecciosa o contagiosa y no desean enterrarla en el patio de la casa en donde seguirán transitando sus demás animalitos. Por eso nuestro servicio cumple también una función sanitaria, dado que en la cremación se reduce no solo el cuerpo de la mascota sino también los parásitos o los patógenos que le causaron la muerte”.
Finalmente y preguntado el creador de “Huellas en el Cielo” acerca del grado de aceptación que a la fecha ha tenido la propuesta de su empresa en la comunidad fueguina, se manifestó muy satisfecho: “Ocurre que el usuario de nuestros servicios es una persona que tiene parámetros morales y que hay cosas que considera inaceptables. Hasta no hace mucho cuando moría una mascota se la arrojaba a la basura. La sociedad fue evolucionando e inclusive la problemática de los perros abandonados ya no es lo que era cuando yo llegue hace 30 años, en donde había un desprecio y una desaprensión hacia todo. Hoy en lo que respecta a las mascotas a mucha menos gente se le ocurriría abandonarlas, se preocupan por ver a quién se las regalan o se ocupan de esterilizarlas para que después no haya crías abandonadas. Si bien nosotros facilitamos que las personas puedan darle un destino respetuoso y trascendental a su animal de compañía, es justo aclarar que esto ocurre porque ha habido un cambio en la conciencia de la sociedad. En Argentina matar o maltratar animales está penado. En Buenos Aires quizás alguien ve a un caballo atado a un carro, que le pegan y no hace nada. En otros lugares eso es inadmisible y la persona puede ir presa inclusive. Eso visibiliza también el grado de desarrollo y evolución de las sociedades”.

A dónde llamar: (2901) 609597. Horario de atención: de lunes a viernes de 9 a 17 y los sábados de 9 a 13.


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