El vecino Gabriel Rayes realizó una intervención urbana en contra de la aprobación en el Senado, del aborto discrecional y gratuito.
30 cruces con los nombres de pila de algunos de los senadores y políticos que bregan por la aprobación de la normativa fueron emplazadas frente al cementerio Antiguos Pobladores: “Tal vez así recapaciten y cambien su postura” – dijo el vecino. Poco después y por una orden policial, fueron retiradas.
En la tarde de ayer, el vecino de Ushuaia y carpintero, Gabriel Rayes, colocó en el sector de ingreso a la pasarela Luis Pedro Fique, unas 30 pequeñas cruces blancas, simbolizando la muerte de los niños por nacer, ante el inminente tratamiento del proyecto de ley en el Senado de la Nación, que intenta legalizar el aborto “libre y gratuito”.
“La intención de presentar este monumento efímero es para ayudar a la toma de conciencia acerca de que lo que intenta legalizarse en el Senado de la Nación no es ni más ni menos que el asesinato de argentinos. De los seres más indefensos, que son los niños por nacer” – manifestó al periodista Angel Fretes, el autor de la intervención urbana.
“A lo largo del tiempo han ido incorporando excusa tras otra para aprobar el proyecto pero no existe, no hay nada, ninguna causa ni dolor que pueda ser mitigado con el asesinato de un niño por nacer, que como dije es un ser inocente y vulnerable. El vientre de la madre que se supone debería ser considerado un santuario, esta ley lo convertiría en una mortaja”, continuó consignando acerca del tratamiento de la ley que habilitará a las mujeres a decidir la interrupción del embarazo, de manera discrecional.
Consultado sobre la ideación de la intervención en la vía pública, a través de la representación de tumbas, Rayes explicó que “se trata de 15 cruces que tienen inscriptos nombres de mujer y otras 15, de varón, que simbolizan un camposanto y que se corresponden con los nombres de muchos de los senadores y de los políticos que están a favor de aprobar una ley aberrante y de muerte. Tal vez si ellos llegaran a verse allí, según el corazón de cada uno, puedan reconsiderar su postura y a entender que si ellos estuvieran en esa tumba con su nombre, hoy no estarían sentados en una banca, intentando legalizar el aborto”.
“Las va a tener que sacar…”
Ante la mirada atónita del grupo de personas que acompañaba a Gabriel Rayes, personal policial se acercó en un patrullero y lo conminó a retirar las cruces del lugar.
Ante ello, el intervencionista expresó su disgusto: “¿A mí me piden una autorización? ¿Y a los que queman cubiertas, arman carpas y cortan la calle y ustedes no hacen nada, también les piden la autorización? ¿Y a los que cortan árboles de manera indiscriminada también van a pedirles autorización?”.
Ante la imputación de “estar cometiendo un daño en la vía pública”, argüida por los uniformados, Rayes respondió: “Hace un rato pasaron dos muchachos ( – policías -) y me dijeron que no había ningún problema. Y ahora ustedes vienen a decirme lo contrario. ¡Si quieren sacarlas, agáchense y háganlo ustedes y si tienen huevos, no las saquen…!”.
Cuando se retiraron todos los presentes del lugar, las cruces fueron retiradas.
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