Joven fueguina expuso en Facebook que fue abusada a los 14 años

LA JOVEN PERTENECIENTE A UNA RECONOCIDA FAMILIA DE USHUAIA HABIA PREFERIDO MANTENERSE EN EL ANONIMATO HASTA QUE EL FENOMENO SOCIAL DERIVADO DE LA DENUNCIA DE LA ACTRIZ THELMA FARDIN LA DECIDIO A CONTAR SU EXPERIENCIA EN PRIMERA PERSONA Y A IDENTIFICARSE.

La denunciante, cuyo caso fue sometido a juicio oral no público en septiembre de este año y que concluyó con el sobreseimiento por el beneficio de la duda del denunciado, acusó a los jueces “de juzgarme a mí y a mis padres en vez de a él. Creyeron que yo mentía para llamar la atención”.

“A mí no me creyeron” – comienza diciendo Sol Begino, cuya identidad este medio mantuvo en estricta reserva hasta ahora, luego de que la joven en su cuenta de Facebook se refiriera públicamente al abuso que denunció – al igual que pasó con la impulsora del fenómeno social, Thelma Fardín – 11 años después de cuando habría ocurrido: “Tardé en poder hablarlo y cuando lo hice pedí que quedara en privado, entre mi familia y la Justicia. Antes de eso no me permitía ni siquiera pensarlo o hablarlo conmigo misma. Lo bloquee mentalmente, pensando que si no lo pensaba entonces no existía o no había pasado… que yo podía vivir con eso”.

Demetrio Stelios Luizón. En septiembre de 2018 fue absuelto por el beneficio de la duda. Estaba imputado del delito de abuso sexual agravado en perjuicio de una niña de 14 años de edad, en el año 2007. El fiscal Fernando Ballester Bidau había pedido para él tres años de prisión en suspenso; la querella, ejercida por el abogado Raúl Paderne, cuatro años y medio de prisión y el defensor, el ex juez Felipe Ricca, la absolución. El conocido preparador físico y ahora jubilado como docente de escuelas de la provincia, de 58 años de edad actualmente, se domicilia en Buenos Aires, aquejado de un cuadro de ceguera parcial devenida de una complicación de la diabetes que padece.

Sol afirmó que “a los 14 años fui abusada por quien en ese entonces era mi entrenador físico, Demetrio Luizón, – (de 47 años) – alguien que cuando era una nena se llevó una parte de mí y alguien que se cagó en mi integridad”.
De esta manera la joven, dueña de una gran belleza, que hoy tiene 25 años de edad y que es modelo en las pasarelas de Milán, Italia, se refirió a los hechos que llevaron al conocido entrenador Demetrio Luizón, a los estrados judiciales. En el expediente quedó plasmado que la chica acusó a su profesor de haberla sometido a tocamientos y prácticas impúdicas, en una época en la que sus padres lo habían contratado para prepararla deportivamente.
Sol también tuvo severas palabras hacia los magistrados que intervinieron en el juicio: “Ingenuamente lo denuncié, pensando que la Justicia me iba a respaldar. ¡Qué ilusa fui! Era lo correcto y no me arrepiento. Pero, como si el dolor del hecho mismo no fuera suficiente, la Justicia decidió juzgarme a mí y a mis padres en vez de a él, acusándome de mentir por “querer llamar la atención”. Todo el juicio se basó en mí y no en él. Como si la denuncia hubiese estado hecha en mi contra. Supongo que mi profesión, mi forma de ser “extrovertida” y el color de mi pelo no ayudaron… Ja! Me trataron como una mentirosa compulsiva que solo buscaba atención (y sin embargo hoy, 11 años más tarde, es la primera vez que lo hablo públicamente”.
Finalmente, Sol explicó qué la animó a realizar la denuncia que concluyó con el sobreseimiento por el beneficio de la duda de Luizón, medida que se encuentra apelada: “Lo hice porque entendí que tenía el deber moral de intentar frenar futuros casos porque él seguía trabajando con nenes y adolescentes. Y también lo hice para empezar a sanar. Una vez que la sentencia se hizo pública, aunque sin mi nombre en ella, muchas chicas empezaron a hablar. A contar sus experiencias con esa misma persona, a animarse a exponerlo. Y ahí entendí que lo que yo había hecho, aunque me destruyó por dentro, sirvió para que otras también pudieran hablar. Yo no mentí. Hoy elijo hablar porque me parece que la experiencia de otros puede educar y concientizar. ¡HAY QUE DENUNCIAR! Porque a la que viene atrás, si hay una denuncia previa, no se le van a cagar de risa en la cara. Y porque yo estoy convencida de que NO FUI LA ÚNICA, SOLO LA PRIMERA EN HABLAR”.


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