Buscan el arma homicida con el que habría sido ultimada la Dra. María Alejandra Accetti.
Bajo una copiosa nevada, el juez Daniel Césari Hernández y el fiscal Ariel Pinno, con asiento de sus funciones en Río Grande, trabajaron en el corral en el que apareció sin vida la profesional del Centro Asistencial de Tolhuin.
Como en cada caso en el que le corresponde impartir justicia, el titular del Juzgado de Instrucción Nro. 1 de la ciudad de Río Grande, Daniel Césari Hernández, regresó al escenario del crimen de la médica María Alejandra Accetti, acaecido el lunes 18 de julio, en la localidad de Tolhuin. Lo hizo en compañía del fiscal Ariel Pinno, en el marco de la causa que investiga los pormenores del deceso de la mujer de 54 años de edad, que convivía en ese lugar con José Sebastián Cortez Toranzo, de 32 años.
Acompañados por peritos de la División Policía Científica de la localidad mediterránea y de Río Grande, el magistrado y el fiscal recorrieron una vez más el domicilio del barrio Altos de la Montaña
al igual que el sector de chiquero, jaulas y corrales en donde apareció el cadáver de la mujer. El objeto de la búsqueda no es otro que encontrar algún tipo de elemento que sea compatible con las lesiones que la autopsia reveló en el cuerpo de la profesional, concentrados en el rostro y cabeza. Como ya fuera informado, también se descubrieron cortes en una pierna, pero practicados post mortem.
Se pudo saber que pese a la expectativa que los había llevado por tercera vez al lugar, Césari Hernández y Pinno no hallaron ningún elemento nuevo que se pudiera adjuntar a la causa.
La investigación se encuentra en plena etapa de sustanciación, sin la colaboración del único imputado, la pareja de la víctima, quien al momento de ser indagado, se acogió a su derecho de guardar silencio.
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