La deuda con Borges

El 24 de agosto de 1899, es decir hace 119 años, nacía Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, el mundialmente aclamado escritor argentino.
Como en nuestra ciudad no hubo evento conmemorativo u homenaje alguno, esta página oficiará entonces como sentido reconocimiento a semejante exponente de la literatura universal.
Tuve como todos sus lectores, dos épocas muy marcadas. La primera, una época de escepticismo más asociada a su figura que a su obra (La verdad es que en ese momento no había ni siquiera intentado leerlo). Y una segunda, de rendición total a ella.
Borges supo sintetizar en breves cuentos y ensayos no mayores a 4 o 5 páginas el conjunto de ideas de la Filosofía, la Literatura, la Matemática y la Física.
En “Jardín de los senderos que se bifurcan”, el autor jugó con la idea del “multiverso”, una novedosa idea de la física que postula la posibilidad de que una partícula esté en varios lugares a la vez escogiendo distintas alternativas, con la particularidad de que Borges lo escribió 15 años antes que Everett postulara siquiera esa posibilidad.
Se atrevió también a la Teología en “Tres versiones de Judas” en donde fundamenta por qué Judas es en realidad el enviado y no Jesús con un argumentación tremendamente irrefutable inclusive para el clérigo más avispado.
En “La biblioteca de Babel” prefigura con claridad lo que décadas después se transformaría en “Internet” y coronó con el célebre “El Aleph” que remite a la Divina Comedia y plantea la posibilidad de la irrealidad, y acaso inspiró inclusive a los creadores de “Matrix”.
Describió una pampa olvidada de coraje, honor, de traición y muerte, así como las inimaginables orillas de un perdido Río de la Plata, lo que lo convirtió también en un escritor de la gauchesca.
Su estilo narrativo inconfundible, de claridad meridiana y cargado de referencias que alternan desde lo erudito a lo llanamente inventado, lo hacen cómplice al lector de afirmaciones que claramente desconoce; curiosamente este hecho de no subestimación del lector, por el contrario, fue tildado de “elitista” por el medio pelo vernáculo.
En nuestro país, Borges ha sido cruelmente criticado, identificado con la dictadura militar y tildado de “gorila” y de “extranjerizante”. Todo esto omitiendo maliciosamente que el Gobierno peronista encarceló a su madre y hermana por haberse manifestado en contra, y lo nombró “Inspector de aves, conejos y huevos” (mancha que nunca borraremos de nuestra historia y que ilustra a la perfección la estupidez argentina). No ser contrario a tal oprobio es ser un cobarde y un deshonrado, y apelar a esto diciendo que “la dictadura fue terrible” es contrafáctico en su época. Ni él ni nadie pudo prever los horrores de ese período, y en todo caso, fue uno de los pocos que en pleno proceso recibió a las Madres de Plaza de Mayo y firmó la solicitada exigiendo respuestas sobre las personas desaparecidas.
Con respecto a la afirmación de “extranjerizante” o “foráneo” me interesa saber si esos literatos recuerdan “Fervor de Buenos Aires” o “Cuaderno de San Martín” y comprenden lo que eso significa. Y estoy seguro que sabrán de qué habla cuando dice “tango de aquel Maldonado con menos agua que barro”, si alguna vez pisaron el conurbano bonaerense.
En cuanto a la adjetivación de “elitista” no conviene gastarse, es la fracción de alienados “cocosilystas” que piensan que hablar con propiedad, tener vocabulario o comer verduras es de poco argentino. El destino, que es criollazo, justiciero y vengador, ya ha de darlos contra el suelo.
Lo único verdaderamente malo de leerlo, es que arrebata de plano cualquier sueño de convertirse en escritor.
Encontrarse con la obra de Borges es una invitación al éter de las ideas y a la posibilidad de abarcar la complejidad del mundo en un cuento corto, en una poesía, un renglón o una palabra.
Borges es, sin dudas, toda la Literatura.


Edición:

Diario Prensa
Noticias de:  Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.

https://www.diarioprensa.com.ar