La Fundación Ushuaia XXI reclama que se cumpla la voluntad de Anne Chapman

OPINION: JULIO CESAR LOVECE

El 12 de junio de 2010, falleció en París, Francia, la famosa antropóloga Anne Chapman. Había nacido en Los Angeles, EEUU, en el año 1922. Siendo muy joven viajó a México, donde hizo numerosos estudios ampliamente reconocidos, sumando sus primeras experiencias en una carrera que la llevaría luego a Honduras, entre otros países de este continente, incluso Europa le abrió sus puertas. Pero es a partir de 1964 que, al conocer Tierra del Fuego, luego de recorrer la Patagonia Argentino – chilena, se enamora de estas lejanas tierras, a las que abrazó durante toda su vida.

Francia patrocinó sus investigaciones en esta región, desde esa década y hasta 1985. Trabajó con antropólogos del Centro Austral de Investigaciones Científicas y el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Buenos Aires.

Mantuvo una excelente relación con los últimos sobrevivientes shelknams, apoyada en una profunda amistad con Lola Kiepja y, posteriormente, con Angela Loij, dos importantes exponentes de esa etnia. Pasado el año 1985 se dedicó a estudiar en profundidad al pueblo yamana, a través de un permanente contacto con cuatro mujeres de ese grupo.

Recibió innumerables distinciones en muchas instituciones y universidades del mundo, escribió varios libros que, incluso hoy, podemos hallar en nuestras librerías y jamás dejó de pensar en estas tierras y en nuestras etnias, sobre las que supo echar luz y allanar el camino a actuales y futuros investigadores.

Es precisamente en ese contacto que se enteró, a través de la Dra. Estela Mansur, de la existencia de una fundación local abocada a temas patrimoniales, entre otros objetivos, y se informó de algunos proyectos propuestos en el año 2008 por esta organización denominada Fundación Ushuaia XXI.

Quiso sumarse inmediatamente a algunas de esas propuestas y apoyarlas incondicionalmente. Lamentablemente al poco tiempo enfermó y viajó a Francia a intentar recuperar su salud, despidiéndose definitivamente.

La confianza en nuestros interlocutores y la esperanza en los proyectos de esta ONG., fueron motivo suficiente para que determinara incluir en su testamento, la voluntad escrita de que todo su legado, documentos, carpetas, biblioteca, archivos escritos, sonoros, fílmicos y fotográficos, fueran destinados a Ushuaia, imponiendo como custodio a la Fundación Ushuaia XXI, quien determinaría el destino de tan importante material.

Pasaron siete años. El legado se encuentra resguardado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Nuestra fundación viene librando una batalla intentando desentrañar un laberinto jurídico al que nos ha llevado la heredera universal que ya se ha hecho de todos los demás bienes material de la fallecida y que mantiene frenado este legado profesional, con el riesgo inminente que se le encuentre otro destino, dentro o fuera del país, merced al interés de varias instituciones y universidades.

Desconocemos las intenciones de una demora de tantos años, pero el caso es que la Dra. Mariana Gesualdi, Jueza Interina del Juzgado Nacional en lo Civil Nro. 93 de Buenos Aires, si bien ha ratificado el destino que debe tener este material, que es Ushuaia, sigue dándole tiempo a lo incomprensible.

La Fundación Ushuaia XXI ha solicitado a la gobernadora de nuestra provincia, al intendente de la ciudad de Ushuaia y a determinados representantes de la Cámara de Diputados, nos apoyen ratificando el deseo que el legado de Anne Chapman, finalmente sea destinado a Ushuaia.

Mientras tanto la Fundación ha firmado, en el año 2013, un convenio con la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, mediante el cual dona en comodato, dicho legado a la mencionada institución, con la condición sea depositado en un departamento documental, resguardado, digitalizado y puesto a disposición de investigadores que anhelen profundizar en los estudios llevados a cabo por tan prestigiosa antropóloga.

Nos preguntamos si se hará justicia o si tendremos que renunciar a algo que ya debería formar parte del patrimonio cultural de todos los fueguinos. Era el deseo de Anne Chapman.