La hotelería ushuaiense, presente desde los inicios ciudad

La hotelería ushuaiense, presente desde los inicios ciudad

Trabajo investigativo de Julio Lovece

La hotelería ushuaiense, presente desde los inicios ciudad
Hotel “Universal” de José Ramallo.

Los primeros “hoteles” de Ushuaia, fueron reflejando la historia del lugar. El entrecomillado no es un error, se trata de mencionar la historia de los primeros alojamientos de Ushuaia, que eran calificados como “hoteles” pero que hoy no cumplirían con las normativas mínimas para ser categorizados de esa manera. En su mayoría se trataba de pensiones o, en el mejor de los casos, de alojamientos.
Otro detalle digno de mencionar es que sus clientes más comunes eran trabajadores solteros, algunos ocasionales viajantes que ingresaban obviamente vía marítima y hasta ex presidiarios que, cumplida su condena, debían esperar los barcos de carga que los llevaran a Buenos Aires, si es que disponían del dinero para el pasaje.
Aunque no abunda información, publicaciones de los escasos medios de prensa de la época nos remite al año 1903 como año en el que posiblemente ya existiera el Hotel Universal de un tal José Ramallo. Se hallaba ubicado en la esquina de Godoy y Calle 9, actual San Martín y 9 de Julio (esquina noreste). Una promoción que menciona Juan Belza en el Tomo 3, Población / “En la isla del fuego” (Página 47) dice: “Hotel Universal de José Ramallo y Cia., con comida buena y abundante, servicio especial con excelente trato, dispone de confortables habitaciones para pasajeros y se reciben pensionistas a precios módicos. (Ojo, los extras, al contado)”. Mejor no indagar demasiado respecto a “los extras” a los que se hace referencia…
Este establecimiento, del que no existen mayores referencias relacionadas con sus comodidades, obtuvo cierta fama al haber sido promocionado en una edición del semanario “Caras & Caretas” edición del 23 de junio de 1906, con la siguiente referencia fruto del imaginario porteño: “Hotel recientemente construido en Ushuaia, en el que se sirve roast beef de lobo marino, huevos de pingüinos fritos en aceite de ballena y helados a la congreve que es nieve muy legítima del Olivia, Sarmiento y Darwin.”

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Hotel Castelar, de la familia Martínez. (Primer edificio a la derecha)

Por los mismos años podemos hallar el “Hotel Colón” del que se encuentran no siempre coincidentes versiones respecto de sus diferentes usos y que perteneció a los hermanos Mata. El primero en llegar a Ushuaia fue Lucas Mata, proveniente de León, España, allá por el año 1904, quien se dedicó de inmediato al comercio. Se debe entender que en el periodo 1904 – 1905 se instala el “hotel” que, con la llegada del hermano Pedro, amplía la oferta a panadería y almacén. La ubicación de este hotel era en Godoy y Calle 10, hoy San Martín y Juan Manuel de Rosas. El edificio, aunque totalmente reformado, aún existe y funciona allí un local de venta de artículos para deportes todo terreno. Don José Cabezas, autor del libro «Presencia argentina en el Canal Beagle» (1978), hace especial referencia al peculiar establecimiento y lo describe como un albergue de “solterones empedernidos y aventureros del mar”. Menciona por ejemplo a Don García, también de origen español, alias “barril”, un personaje que merecería una historia aparte y a otros como “Christoffersen” y “Hansen”, todos propietarios de pequeñas embarcaciones con las que se dedicaban a la caza de nutrias y lobos marinos. La especialidad gastronómica de los dueños era el puchero, servido por Pedro Mata a quien se lo describe de estatura baja, delgado y de grueso bigote. Acostumbraba a fumar un toscano “Avanti” encastrado en una boquilla medio curva hecha con un colmillo de lobo marino.

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Hotel Hispano, de la familia Gómez.

Otro recordado alojamiento se encontraba en la esquina oeste de la actual Maipú y Juana Fadul, al que se conocía como “Bar y Restaurante El Tropezón”. Disponía de un amplio salón siempre lleno de parroquianos que se juntaban a emborracharse o comer alguna comida del día; tenía habitaciones al fondo y una rica historia que comenzó en el año 1907. Un incendio lo afectó en el año 1915 cuando era regenteado por una famosa dama llamada Juana Rodríguez (“Esas mujeres en la Patagonia austral” / J. Castelli & P. Halvorsen. 2018). Aunque en viejas fotografías posteriores y hasta el año 1953 se lo ve reconstruido, incluso bajo el nombre de “Café de los Angelitos”, nada más alejado de su fama… Hay quienes recuerdan las famosas competencias de billar que allí se organizaban y también resulta inevitable creer que quienes se alojaban en sus humildes habitaciones, pudieran realmente descansar.

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Hotel Mafalda, de la familia Muñoz.

Aunque con enormes dudas respecto de su ubicación, existen registros del “Hotel Miramar” de un tal Francisco Molina. El hallazgo de algunos recibos, del año 1914, expresan: “Grandes comodidades para viajeros”, prometiendo un “servicio esmerado”. Hay quienes lo ubican en la actual esquina de Juana Fadul y San Martín, donde se hallaba la vivienda de José Romero, otro español originario de Sevilla que se radicó en 1890, formó matrimonio con una italiana, Teresa Messina, con quien tuvo 23 hijos. Ese edificio tiene una enorme historia ya que la parte norte del mismo fue también sede de la Subprefectura Marítima en el año 1905. Esto siembra dudas respecto a los diferentes usos de ese edificio y si es que, entre éstos, fue la de “hotel”.
A mitad de cuadra, entre Juana Fadul y 9 de Julio, se hallaba el “Hotel Comercio”, (1914) que se sospecha también pertenecía a Romero, aunque con diferentes administradores. Una de ellas fue la Ángela Sánchez Beltrán, alias “La Andaluza”, acompañada hasta esta zona por 3 de sus 6 hijas. Otro lugar de sospechosa fama. Una de las hijas fue la causante de un famoso crimen ocurrido en plena San Martín entre dos hombres que peleaban por su corazón.

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Hotel Las Goletas, hoy Casa Beban.

Algunos establecimientos más podemos recordar y que se encuentran en la memoria de los fueguinos. Por ejemplo: El recordado Hotel Castelar, en la esquina de San Martín y Fadul, donde luego de construyó el Cine Gral. San Martín. Era una hermosa vivienda cuyo origen es claramente anterior al año 1910 y que pertenecía a Carlos Freire quien, con su esposa Teresa, la utilizaban como “hotel” de hecho. Allí vivieron los integrantes de la familia Sánchez Caballero, recién arribados a Ushuaia, dato que ubicaría al edificio ya en el año 1898. Otros datos proporcionados por la familia Garea – Teresa era tía de Aurora Calderón de Garea – es que nacieron entre esas paredes algunos miembros de la antigua familia. Al emigrar el matrimonio Freire, el alojamiento fue alquilado a la familia Martínez, quien lo reconvirtió en un pequeño y más coqueto hotel de unas 9 habitaciones y excelente servicio gastronómico (1942). Tal es así que era utilizado para determinados encuentros sociales organizados por el Gobierno. Lamentablemente al poco tiempo un voraz incendio, ya en el año 1944, quizás producto de una salamandra defectuosa, redujo todo a cenizas. La misma familia construyó otro “Hotel Castelar” en la misma calle, entre las esquinas de 9 de Julio Y Juan Manuel de Rosas, pero en esta ocasión hecho todo de material.
No se puede dejar de mencionar también otros establecimientos a los que podemos ubicar antes del auge del turismo, como por ejemplo el “Hotel Hispano”, que lucía su recordada estampa en la esquina sureste de San Martín y 9 de Julio y el “Gran Parque Hotel”, en la esquina oeste de 9 de Julio y Maipú, histórico edificio que supo tener varios usos y que se lo conocía también como el hotel de “las tres mentiras”.

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El Hotel Albatros original, pionero en la industria turística, comienza a construirse.

El “Hotel Bahía Hermosa”, por su parte, ocupaba otra conocida casona, en la esquina oeste de Maipú y Roca, con hermosos ventanales hacia la bahía. Antes había sido una escuela por la que pasaron respetadas generaciones de fueguinos. Podemos recordar también a otros establecimientos de diferentes categorías como el “Mafalda” en San Martín y Yaganes, de bella arquitectura y “Las Goletas” en su sitio original de Maipú entre 9 de Julio y Juan Manuel de Rosas y que hoy funciona como “Antigua casa Beban” en el Paseo de las Rosas. En esos tiempos ya funcionaban El “Canal Beagle”, “Las Lengas”, el “Cabo de Hornos”, “Antártida”, “Aeropuerto”, “Maitén”, “Mustapic”, “Malvinas”, “Fernández”, “Capri” y el recordado “Los Coihues”, frente al aeropuerto viejo, que a meses de su inauguración fue devorado por el fuego.
Una mención especial merece un hotel que marcó el primer capítulo en la Ushuaia turística y que es el Hotel Albatros. Este establecimiento fue fruto de la perseverancia del gobernador Ernesto Manuel Campos, quien lo construyó en su mente soñando con el desarrollo de una actividad que hoy ya nadie pone en duda. Inaugurado el 22 de diciembre de 1966 y fatalmente destruido por un incendio el 25 de Mayo de 1982, indudablemente era un hotel que cumplía con todas las exigencias de la época y que acunó un turismo que entonces resultaba un verdadero desafío y que hoy es una contundente realidad.
Como epílogo de este resumen, mencionaremos al Hotel “Presidencial”, que lamentablemente no llegó a concretarse y que, de haberse materializado, hubiese adelantado el proceso turístico de nuestra ciudad.

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Gran Parque Hotel.

Aquellos que de muy jóvenes disfrutábamos de caminatas a Puerto Túnel (Tonel), cruzando el viejo puente del Río Olivia ya que no existía la ruta que hoy llega a Escarpados, seguramente recordaremos unos viejos cimientos de material que se hallaban a orillas del mencionado río y que eran nada más ni nada menos que de obradores y las bases de una ambiciosa obra de un hotel que se comenzó a construir en el año 1948. En el Boletín deicial del miércoles 7 de enero de dicho año se publicó el Decreto Nro. 41.130/1947 a través del cual se asignaban $ 7.137.829 m/n para la construcción del edificio del “Hotel de Turismo de Ushuaia, incluyendo la mejora del terreno circundante, como así también las instalaciones y habilitación…” Este documento lleva la firma de Juan D. Perón, Juan Pistarini, Ramón A. Cereijo, Fidel N. Anadón y Miguel Miranda. Fidel Anadón fue gobernador de Tierra del Fuego durante el periodo 1943/44 y posteriormente fue ministro de Marina durante el gobierno peronista, lo que permite sospechar que se trató de una iniciativa propia del nombrado gobernante. Es de suponerse que la obra de proceso lento, quizás por la escasa oferta de empresas constructoras (fue incluida dentro del plan de obras llevadas a cabo por los inmigrantes italianos) o por avatares políticos que no es objeto describir aquí, sólo alcanzó a cumplir con su primera etapa. Existen fotografías de la época que lo confirman, pero los hechos políticos posteriores a 1955, llevaron a la demolición de lo construido.


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Diario Prensa
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