Quienes han padecido la pandemia que afectó en forma masiva en otros lugares del mundo – principalmente en Asia, Europa y Estados unidos – nos han informado en base a su experiencia que los pacientes mayores tienen más riesgo de padecer las complicaciones respiratorias del COVID 19, requerir cuidados intensivos, el uso de respiradores y con ello mayor riesgo de un desenlace fatal.
Recientemente en el artículo de una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, The Lancet, en el cual participó el cardiólogo argentino Oscar Cingolani profesor asociado de medicina en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore identificaron que los pacientes jóvenes obesos son los más susceptibles a formas graves de esta infección.
En los datos recabados de 265 pacientes de Hospitales de Estados Unidos observaron una relación inversa entre el IMC, Indice de Masa Corporal (parámetro que se utiliza para definir obesidad cuando es mayor a 30) y la edad, es decir, en los pacientes de menor edad admitidos en el hospital afectados por coronavirus su peso corporal fue mayor.
La obesidad limita la capacidad respiratoria ya que limita el movimiento del diafragma indispensable para llenar los pulmones y altera la respuesta inmune a la infección viral. Además induce la aparición de diabetes que es otro de los factores de riesgo asociado a peor evolución. Por todos estos factores puede la obesidad favorecer el terreno para que la evolución de la infección viral sea más complicada.
A partir este nuevo hallazgo tanto los profesionales que atendemos pacientes durante la pandemia, como la comunidad debemos prestar especial atención a este grupo de riesgo. Quienes nos encargamos de comunicar a la población el conocimiento científico estamos otra vez comprometidos en difundir lo importante de una dieta equilibrada e intentar que cuando termine la cuarentena nuestro peso no haya aumentado a cifras astronómicas que nos resulte muy dificil bajar. ¿Quieren medir su índice de masa corporal? Es el peso en kilos dividido el cuadrado de su talla en metros. En Argentina, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018 la obesidad en la población adulta supera el 25%, por lo que este problema es de máxima relevancia.
Esta pandemia vino para quedarse y muchos de nuestros hábitos se verán modificados. Nos iremos acostumbrando a los tapabocas, a tomar distancia de las demás personas, evitaremos los besos, los abrazos y los mates compartidos. También puede ser un momento adecuado, conociendo los efectos de los kilos de más sobre nuestro corazón y las arterias sumado al COVID 19, que nos propongamos cambios en nuestro estilo de vida para vencer la obesidad y el sedentarismo.
Es seguro una buena oportunidad para aceptar el reto en aislamiento: ¿y si nos quedamos en casa comiendo saludablemente y haciendo actividad física? En cada uno de nosotros está la respuesta.
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