El único sospechoso del crimen de Zulema Medina no prestó ayer declaración indagatoria como estaba previsto, por recomendación psiquiátrica. Está internado en Salud Mental del HRU.
El comentario alertó a los peritos del cuerpo de psiquiatras que lo entrevistó para verificar si el sujeto de 35 años de edad es imputable. Aunque se confirmó que entiende la criminalidad del acto que se trata, será trasladado a Tribunales solo cuando se estabilice.
José Ceferino Lencina debía comparecer ante la titular del Juzgado de Instrucción Nro 2, la jueza María Cristina Barrionuevo, ayer jueves 24 de febrero, a fin de prestar declaración indagatoria sobre la muerte violenta de su pareja, Zulema Victoria Medina, conocida como “Andrea, la tucumana”, en su domicilio de la calle Vicente Lisandro Canga 1739, departamento 2, en Ushuaia.
El sujeto, nacido en la localidad de General San Martín, provincia de Mendoza, había sido detenido alrededor de las 22, por efectivos de la Comisaría 4ta., el martes último en una plaza del barrio Los Cauquenes, 13 horas después de descubierto el cuerpo sin vida de su novia, con una sábana alrededor del cuello. José Lencina portaba una mochila gris y roja, estaba bebiendo una lata de cerveza y denotaba un comportamiento errático, como si no terminara de entender que estaba siendo privado de su libertad, aunque no opuso resistencia a la labor policial. Vestía una campera azul, una remera negra y un pantalón embarrado en una botamanga y arremangado en la otra, pudiéndose ver entre ambas prendas la piel de la región abdominal, con marcas que podrían ser compatibles con rasguños.
Aunque se esperaba que fuera convocado por la magistrada a prestar declaración indagatoria en las primeras horas del horario judicial del día miércoles, esto no ocurrió, fijándosele turno para las 9 de la mañana del jueves. Entre la detención y la declaración, que finalmente tampoco se concretó, se dejó una ventana de 24 horas en la que Lencina estuvo alojado en una dependencia policial, en carácter de incomunicado.
Finalmente, cuando integrantes del cuerpo de peritos en Psiquiatría de la Justicia lo entrevistó algunas horas antes de la indagatoria pautada, para determinar si el individuo es imputable y si comprende plenamente la criminalidad del acto que se le enrostra, los profesionales confirmaron su capacidad de entendimiento y plena imputabilidad, aunque se sobresaltaron al expresar el examinado que “tengo ganas de suicidarme”. El comentario encendió las alarmas de los psiquiatras quienes elevaron a la jueza Barrionuevo un escrito recomendando que Lencina no sea indagado hasta tanto su ánimo se estabilice. Sugirieron también que el detenido fuera trasladado del calabozo a una habitación del área de Salud Mental del Hospital Regional Ushuaia, lo que finalmente ocurrió poco después.
Serán los médicos de esa área quienes evaluarán en qué momento Lencina está apto para sentarse frente a la jueza y contar su versión de los hechos o hacer uso de su derecho de abstenerse a declarar.
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