Donde el ande en el mar se sumerge
Y se yergue orgulloso el glaciar,
donde el sol se recuesta en los montes
en tu larga penumbra invernal,
donde Ushuaia, ciudad centenaria
se levanta con fuerza triunfal.
Fue tu cuna de sangre aborigen,
Raza fuerte, valiente y sagaz,
que cantó con el coro del viento
y lloró con las olas del mar,
y en tu alma sembró la simiente
de una nueva y pujante ciudad.
Tu niñez se nutrió de inmigrantes
que lucharon con fuerza tenaz,
para hacer de este suelo argentino
un remanso de honra y de paz.
Y hoy el sueño de nuestros pioneros
en los alto flamea inmortal,
y es el cóndor, sereno custodio
de tu cielo y de tu libertad.
Compuesta en 1984 por Raúl De Luca y Cristina Campos, la Marcha de Ushuaia nació con motivo de celebrarse el primer centenario de la fundación de la subprefectura que dio origen a la ciudad más austral del mundo. La pieza resume, en versos y melodía, la historia y el espíritu de un pueblo que supo crecer entre montañas, glaciares y mares de leyenda.
En sus estrofas se reconocen los paisajes y las raíces: “donde el ande en el mar se sumerge / y se yergue orgulloso el glaciar”. La letra recorre también la herencia aborigen, la llegada de los inmigrantes y la fuerza de los pioneros que, desafiando el clima y el aislamiento, sentaron las bases de una comunidad marcada por el esfuerzo y la esperanza. Es también una obra coral que canta a la identidad. En ella confluyen la memoria y la afirmación de pertenencia: “Y hoy el sueño de nuestros pioneros / en lo alto flamea inmortal”. Esa exaltación del trabajo y del sentido de libertad fueguina explica por qué la marcha trascendió el acto conmemorativo para convertirse en un símbolo permanente. En el año 2017, durante la gestión de la gobernadora provincial Rosana Bertone, se declaró canción oficial mediante la Ley N° 1.154, promulgada por el Decreto 1.188/17. La normativa dispuso que sea interpretada en todos los actos institucionales, oficiales y militares de los tres poderes provinciales, y también en los actos escolares de todos los niveles educativos. De ese modo, la Marcha de Ushuaia pasó a ocupar un lugar indeleble en la memoria colectiva, transmitiéndose de generación en generación como un himno al orgullo de pertenecer al Fin del Mundo. |