Los combates entre el Ejército y el último reducto de los yihadistas afines al Estado Islámico (EI) continúan en la localidad filipina de Marawi.
Las tropas gubernamentales «han tomado ya el control del 85% o 90% de la ciudad», declaró el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla, citado por la agencia de noticias EFE.
Cuatro rebeldes y tres soldados se sumaron al recuento de bajas, que superó hoy el centenar al computar un total de 104, según los datos ofrecidos por el gobierno: 19 civiles, 65 yihadistas, 17 militares y 3 policías muertos.
Las Fuerzas Armadas tratan de derrotar a la resistencia del Grupo Maute con bombardeos aéreos «de precisión», según dijo su vocero, así como operaciones sobre el terreno en las que los soldados buscan a los rebeldes «casa por casa» mientras se hacen con el control de nuevos barrios.
Un total de 95.630 residentes de Marawi (casi la mitad de la población) debieron ser evacuados a refugios en las cercanas localidades de Iligan y Cagayan de Oro, indicó el portavoz del Comité de Gestión de Crisis de Lanao del Sur, Zia Alonto Adiong.
Toda la isla de Mindanao, donde viven unos 2 millones de personas, permanece bajo la ley marcial ordenada por el presidente Rodrigo Duterte, por lo que se ha impuesto un toque de queda a las 10 de la noche y se observan numerosos puestos de control y patrullas militares, especialmente en la conflictiva zona del oeste.
La crisis de Marawi comenzó el martes pasado cuando el Grupo Maute asaltó la ciudad tras una fallida redada del Ejército para capturar a Isnilon Hapilon, líder del grupo yihadista Abu Sayyaf, también vinculado al EI, y por cuya cabeza Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares.
El EI reivindicó en su agencia de propaganda Amaq el ataque inicial del Grupo Maute, que dio inicio a la serie de combates que se prolongan hasta este martes.