Ante el hasta ahora inexplicable contagio de casi la totalidad de la tripulación del barco merlucero Echizen Maru, periodistas de Buenos Aires pusieron el acento en donde la prensa local viene insistiendo y que es la necesidad de controlar estrictamente a quienes arriban a la provincia por cualquier vía.
Ayer por la mañana la ministra de Salud de Tierra del Fuego fue entrevistada por algunos medios de prensa nacionales, entre ellos el que conduce el periodista Antonio Laje. La pregunta por excelencia fue cómo se contagiaron los 57 tripulantes del barco congelador Echizen Maru, dado que según dijeron “no tocaron ningún otro puerto” y estuvieron 35 días navegando.
En tono irónico y convalidando su teoría con la voz del médico infectólogo Pablo Bonvehi, los panelistas y el conductor ensayaron una teoría que es coincidente con el reclamo de varios medios de prensa local: una mayor rigurosidad en el control de quienes ingresan a la provincia y particularmente, de las condiciones de aislamiento en la que deben permanecer en los 14 días posteriores al arribo.
A criterio de quienes entrevistaron a la titular de la cartera de Salud, Judith Di Giglio, cuya comunicación se interrumpió sin tener mayor posibilidad de explayarse, lo que ocurrió es que – según ellos – en los 14 días de cuarentena que realizaron los tripulantes del barco merlucero en un hotel de Ushuaia, habría ingresado alguien que pudo haber contagiado a uno o más de los trabajadores. Sin decirlo aludían a la posibilidad de que los hombres hubieran tenido contacto con una o varias mujeres que pudieron haberles transmitido el virus, agregando entre risas la palabra “chinguengüencha…”. La hipótesis continuaba con la posibilidad de que este o estos hombres infectados hubieran subido al barco el día 6 de junio y luego se hubieran ido contagiando en cadena hasta llegar al punto de necesitar volver al puerto.
Finalmente, Laje remató “Pero no nos lo van a decir”, en clara alusión a la responsabilidad de las autoridades sanitarias con el cumplimiento del aislamiento absoluto de quienes habían arribado desde la provincia de Corrientes para embarcarse.
De esta manera se volvía a instalar la polémica que desde hace varias semanas ocupa a la población fueguina, que reclama a los funcionarios de Salud una mayor rigurosidad en el control de pasajeros que arriban por vía aérea particularmente y luego en la verificación del cumplimiento por parte de estos de la cuarentena en total aislamiento preventivo. Esto último ha sido violado reiteradas veces al punto de haber tenido el Gobierno provincial que constituirse en querellante contra personas que a poco de bajar del avión salieron de sus viviendas y fueron a hacer compras con total irresponsabilidad social.
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