Milei y el día en que la bandera de EEUU flameó en la Base Naval Ushuaia

Milei y el día en que la bandera de EEUU flameó en la Base Naval Ushuaia

Con la notoria ausencia del gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella y del intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, el presidente de la nación Javier Milei fue calurosamente recibido solo por el legislador Agustín Coto y los jefes de las fuerzas.

Con gesto crispado, el libertario leyó a gran velocidad un discurso en el que declaró su absoluto alineamiento “con quienes compartimos costumbres, Estados Unidos e Israel” y anunció que en la nueva Base Naval Ushuaia que se está construyendo en la vera opuesta a la costa donde se emplaza la ciudad capital, tendrá participación fundamental el gobierno norteamericano.
Milei y el día en que la bandera de EEUU flameó en la Base Naval Ushuaia
Adentro y afuera de la Base Naval Ushuaia Almirante Berisso, la bandera de estrellas blancas fue ubicada junto a la celeste y blanca.

Después de dos horas de espera, el avión de la Fuerza Aérea Argentina – y no el presidencial como se había estimado – arribó a suelo ushuaiense poco antes de la medianoche. Luego de arribar a la plataforma aérea y descender de la escalerilla, enseguida fue recibido con sonrisas y abrazos solo por el legislador de su partido, Agustín Coto. Las demás personas, formadas en una fila, eran jefes de fuerzas militares con asiento en Ushuaia que pronunciaban un saludo protocolar en el que incluían su nombre y cargo. Con ropa similar a la utilizada cuando fue a la Antártida, Milei fue trasladado enseguida al gimnasio de la Base Naval Ushuaia, adonde la prensa local no pudo ingresar. “Esta es una ceremonia privada”, referían en el portón de acceso de la calle Yaganes y Gobernador Paz, como una letanía, los encargados de la seguridad, a quienes pretendían registrar periodísticamente el evento.
En el interior, el presidente leyó a gran velocidad un discurso inquietante: anunció que en la nueva Base Naval que se está construyendo frente a la ciudad, en la costa próxima al aeropuerto internacional Islas Malvinas, tendrá una injerencia fundamental Estados Unidos. Y a su representante, la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, le rindió honores.

Milei y el día en que la bandera de EEUU flameó en la Base Naval Ushuaia
La llegada de Milei y de su comitiva, se produjo a apenas dos días de la conmemoración del 42 aniversario de la guerra de Malvinas y tuvo por solo motivo firmar acuerdos con Richardson. El encuentro se produjo en un marco inédito para un ámbito como es una base militar: nuestra bandera patria, estuvo en todo momento escoltada por la roja, azul y blanca estadounidense.
Las cámaras de la televisión nacional difundieron en vivo el acontecimiento, y transmitieron el momento en que se cantó la marcha de Malvinas, sin que pasara desapercibido que la gran mayoría de la comitiva, a excepción del presidente, no movía los labios, en franca evidencia de que pocos sabían la letra.
Ni los ex combatientes, ni el gobernador, ni el intendente capitalino estuvieron allí ni tampoco recibieron al libertario. El vacío resultó glacial. Durante la tarde ya habían habido muestras del rechazo a la visita de la militar norteamericana y también a la del propio presidente Milei, quien el 2 de Abril brilló por su ausencia en Tierra del Fuego, capital de las Islas Malvinas.

Milei y el día en que la bandera de EEUU flameó en la Base Naval Ushuaia
El legislador libertario Agustín Coto – recibió a Javier Milei en el aeropuerto, exteriorizando gran felicidad, con un apretado abrazo.

Fuentes confiables revelaron que Javier Milei le dejó completamente en claro a Richardson la voluntad del Gobierno argentino de romper todo lazo con la potencia China y el compromiso de prioridad absoluta de la fuerza norteamericana en la explotación de recursos naturales como el litio, petroleo y el agua.
La presencia de la mujer de figura menuda y vestimenta castrense, es asociada inclusive a los hechos que rodearon reciéntemente al buque Tai An, descubierto con una descomunal carga ilegal de juveniles de merluza negra en sus bodegas y propiedad del empresario chino radicado en Ushuaia, Liu Zhijiang, ya que entre las pretensiones del gobierno estadounidense figuraría la revisión total de los contratos de explotación del recurso en los mares australes.
El acto en Ushuaia fue seguido con atención desde el continente, en donde en contraposición con la celebración libertaria, comenzaron a escucharse voces de franca oposición, desde el seno de diversas fuerzas políticas: “Si Milei quiere camuflar una base norteamericana en el sur de nuestro país, primero tendrá que pasar por el Congreso…”, sentenciaron.