ALAMBRES DE PUAS Y VIDRIOS ROTOS POR DOQUIER SON UNA PELIGROSA TRAMPA PARA QUIENES RECORREN UN BOSQUE PLAGADO DE INTRUSOS, EN MUCHOS CASOS AGRESIVOS.
El fotógrafo Alfonso Lavado, integrante de una antigua familia fueguina, advirtió que “además de los alambrados hay trampas a la altura del cuello de las personas y de las ruedas de la bicicleta. Y han tirado botellas rotas en los lugares donde los chicos pasan”.
Seguramente don Lavado, su abuelo, no hubiera podido creer que esa vasta extensión de bosques y praderas verdes que hasta hace 30 años atrás todos los vecinos podían disfrutar, yendo a pasar un día de campo o a tomar mate a la orilla del arroyo, hoy se hayan convertido en una especie de villa oculta a la que da miedo entrar.
El fotógrafo Alfonso Lavado estaba recorriendo con su bicicleta el sector cuando sintió el dolor agudo de púas que se le clavaban en el pecho y la cara. Tardó en darse cuenta qué le había pasado y cuando vio los alambres, dio gracias de no haber perdido un ojo. Los cortes profundos en la nariz, la frente y el pómulo derecho fueron más graves que los que le quedaron impresos en el pecho, en donde la ropa amortiguó un poco la acción del filo de las púas.
En contacto con la prensa, el ciclista relató que “el jueves pasado salí a dar una vuelta en bicicleta como hago prácticamente todos los días. Fui por primera vez al sector del Dos Banderas, en la parte baja. Subí por un sector que le dicen El Nelson. Subí por un sendero y bajé por otro, con la desgracia que me encontré con un cerco que estaba cortando el sendero. Realmente no lo vi”, afirma.
“Frené contra el cerco. Me pegó el alambre de púa en el pecho, en la cara y tuve un par de heridas considerables” – resalta.
Lavado asegura que “no me había pasado algo similar nunca” pero que después de denunciar la situación en sus redes sociales, “varias personas me escribieron contándome sus experiencias” con más de un in cidente de estas características, no solo contra alambrados, sino que se han colocado trampas a la altura de la rueda de la bici, del cuello de las personas. Han tirado botellas rotas en los lugares donde los chicos pasan”.
Lavado efectuó la correspondiente denuncia policial, luego de lo cual recomendó: “Tengan cuidado con los alambrados porque es una zona peligrosa. Sobre todo porque los vecinos son muy agresivos y hay muchos perros sueltos”.
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