Es el equivalente del puente amarillo en Ushuaia.
Aunque cada año la torre de más de 100 metros de altura es un lugar recurrente al que acuden personas que amenazan con arrojarse al vacío y reiterado el riesgo que corren los rescatistas, la base sigue siendo fácilmente franqueable y la sucesión de este tipo de hechos continúa alarmando a la comunidad.
Ayer, martes 4 de enero a aproximadamente las 12.15, vecinos que circunstancialmente pasaban por la zona, observaron cómo un sujeto trepaba por la antena de Radio Nacional Río Grande, ubicada en proximidades de la circunvalación de la calle Ricardo Rojas.
Alertados a través de la línea telefónica 101, efectivos de la Comisaría 1era arribaron con varios patrulleros a la base de la antena, en donde se encontraron con un hombre joven ascendiendo por el interior de la torre de hierro, a unos 25 a 30 metros de altura, poniendo en grave riesgo su integridad física.
Convocado personal especializado de Defensa Civil, el grupo de rescate se dispuso a ascender también por la angosta escalera interna de la torre, logrando llegar hasta el sujeto, quien durante varios minutos se resistió férreamente a ser sujetado con cinturones de seguridad y descendido. Muy agresivo, el frustrado suicida golpeó a los rescatistas, quienes después de intentar persuadirlo pudieron rodearle el cuerpo con un arnés y sujetarlo con ganchos a los fierros de la estructura. Después de un lento y cuidado procedimiento, todos pudieron descender a tierra en donde una ambulancia esperaba para llevarse al sujeto de 23 años de edad, con antecedentes psiquiátricos.
En el mes de octubre del año pasado, el mismo individuo había ascendido a la misma antena, produciéndose la misma situación de riesgo de morir, de todos los involucrados.
Un caso emblemático
De todos los hechos que tuvieron la torre de Radio Nacional como escenario de potenciales suicidios, uno de ellos, ocurrido en el año 2012, se constituyó en emblemático por el riesgo que no solo corrió el temerario joven que logró pararse en la punta misma de la antena sino también la gran cantidad de bomberos, policías y rescatistas de Defensa Civil involucrados.
En agosto del año 2012, un chico de 15 años de edad se balanceó como si de una diversión se tratara, en el extremo de la torre de más de 100 metros de altura, con un pie en el aire inclusive y solo agarrado con una mano de un caño de dipolos atornillado al hierro. Amenazando con tirarse, a lo largo de tres horas, el muchacho fue requiriendo que acudiera al lugar su abuelo y luego su madre, mientras algunos metros más abajo, un bombero intentaba hacerlo reflexionar y convencerlo de que no se arrojara al vacío.
En el operativo, que terminó felizmente, intervinieron más de 40 bomberos voluntarios y de la Policía, agentes sanitarios y de Defensa Civil, además de varios miembros de la familia del rescatado.
La tarea de descenso fue no solo riesgosa para el joven sino también para cada uno de los rescatistas, quienes sufrieron hipotermia, estrés y un gran agotamiento.
Reestructuración
Al igual que ocurrió hace algo más de dos años atrás en Ushuaia, en donde el Gobierno de Tierra del Fuego dispuso reestructurar los laterales del fatídico “puente amarillo” que cruza el arroyo Grande, en avenida Héroes de Malvinas, la antena de Radio Nacional Río Grande requiere algún tipo de medida que la haga infranqueable para toda aquella persona que no pertenezca al plantel técnico de la emisora.
Aunque el sitio en el que se emplaza está cercado, los intrusos fácilmente logran trasponer el alambrado y luego ascender por la torre, derivando esta accesibilidad en situaciones que pueden terminar en una tragedia.
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