UNA MUJER POLICIA, LA CABO GISELA JODURCHA, FUE LA TERCER HEROÍNA EN EL NACIMIENTO DOMICILIARIO DE IAN AGUSTIN.
En la vorágine de las noticias, pasó desapercibido el nombre de una protagonista femenina en la historia que conmovió ayer a la comunidad de Tierra del Fuego.
A la encomiable labor del principal Eduardo Javier Ponce; del chofer de patrullero, el sargento 1ero. Rodrigo Lucas Rueda, se sumó también el acompañamiento y aliento de la cabo Gisela Jodurcha.
Como ya se publicara en la edición anterior de Diario Prensa, todo ocurrió en horas del mediodía del martes último, cuando Andrea Gisell Tillería, de 19 años de edad, rompió bolsa y comenzó con contracciones continuadas. Su pareja, Iván Ezequiel Bustos, de 21 años de edad, junto a otros familiares, desesperados llamaron a la Central de Comunicaciones de la Policía, recibiendo inmediatamente la presencia de dos efectivos en su domicilio, en calle Indios Yámanas 75.
Cuando el oficial Ponce y el suboficial Rueda entraron a la habitación en donde se encontraba la chica, el parto estaba en pleno proceso: no había tiempo de trasladarla al nosocomio así que ambos se arremangaron, se lavaron las manos y se dispusieron a ayudarla.
Momentos después se les sumó la cabo Gisela Jodurcha, quien supo transmitirle confianza a la joven madre, en el difícil y riesgoso trance que estaba atravesando.
Felizmente, poco después fue personal del Hospital Regional Ushuaia, que arribó al lugar en una ambulancia, quien se encargó de cortar el cordón umbilical y de acondicionar a la mamá y a su hijito para trasladarlos a ambos al centro de salud.
Ya en el hospital, la madre recibió las curaciones de rigor mientras que por su parte el bebé fue examinado y pesado, arrojando en la balanza saludables 2,700 Kg de peso.
Desde la Jefatura se reconoció el aporte de Gisela Jodurcha: “Ella llegó en segundo lugar, después de los efectivos Ponce y Rueda; y en razón de ser mujer y tal vez por su instinto maternal, le pudo dar gran contención a la madre de la criatura” – señalaron las autoridades.
Ayer miércoles, los tres visitaron a Andrea Gisell Tillería y a su hijito Ian Agustín en el sector de maternidad y le llevaron al bebé una hermosa ropita de regalo, en su carácter de padrinos del corazón.
“¡Qué decir si mi cara de felicidad lo dice todo… No hay palabras para algo así. Es lo hermoso de este trabajo que amo tanto” – señaló emocionado el suboficial Rueda. Por su parte, el principal Eduardo Ponce, apuntó: “No importa cuanto nos critiquen y tampoco lo que digan. ¡¡Estos son los momentos únicos que nos da esta profesión!!”.
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